AnarchismBourgeoisieCommunismCommunist ManifestoDemocracyEngelsLeninMarxMarxismStalinTrotskyWorking Class

CUADERNOS INTERNACIONALES CUADERNOS INTERNACIONALES con arreglo a la receta, porque ella misma será un Estado, todo Estado es una clase, y. el proletariado una clase dueña de todo y señora de todos, que hará de la sociedad una sola clase, pero de esclavos. Marx, en este orden de cosas, no hizo más que repetir las coplejas de Blanqui y de Baboeuf, aunque alterando la letra un poquitin para darle aires científicos.
En efecto, el segundo capítulo del Manifiesto Comunista. lo cerró con una lista de los decretos apuntados por Baboeuf para hacer polvo a los ricos y con una exposición de la táctica de Blanqui, que en París la aprobaría, pues se encontraba allí al frente de la Liga Comunista. a sus maestros de estrategia, especialmente a Blanqui, copió Marx al criticar con tantas infulas el Programa de Gotha: Entre la sociedad capitalista y la comunista queda el período de la transformación revolucionaria de una en otra. este periodo corresponde otro, de transición política, en que el Estado no puede ser otra cosa que la dictadura revolucionaria del proletariado. Como bien ha dicho Rodolfo Rocker, Esas transiciones no las conoce la historia. porque el desenvolvimiento social es continuo y complejísimo, de transformaciones sin transición; pero, eso aparte, Marx dió por suya la receta de Blanqui: para pasar de la monarquía al Reino de la Igualdad. hay que recurrir a un poder revolucionario que ponga al pueblo en condiciones de ejercer sus derechos. Marxismo, blanquismo y robespierrismo tienen el mismo concepto de la revolución. ésta es un proceso, dictatorial. Y, por lo tanto insisto yo. es un retroceso en guisa de avance, más absurdo que la marcha del cangrejo. Los conceptos de libertad y democracia. advirtió Lenin en su Marxismo sobre el Estado suelen ser considerados idénticos, y a menudo se usa uno en substitución del otro. Pero, en efecto, la democracia excluye la libertad. Mas no la excluye, como cabría creer, porque la hipotética y endiosada voluntad general puede hacer polvo al individuo, sino porque la democracia del marxismo, como a veces que no siempre la burguesa, restringe el sufragio y los derechos político civiles a una clase o a un Partido, y encima ejerce el Poder contra todo el resto de la sociedad. La dialéctica de desenvolvimiento es ésta añadió Lenin del absolutismo monárquico a la democracia burguesa; de la democracia burguesa a la proletaria; de la proletaria a la ausencia total de democracia. En otras palabras, por lo que atañe a los últimos períodos: de la opresión democrática del proletariado por la burguesía, a la opresión democrática de la burguesía por. el Estado proletario. y de aquí a la libertad, a la anarquía. si el Estado proletario se marchita para no dejar mal a los profetas del Testamento marxista, que en verdad es el Antiguo por lo inmoral, por lo bárbaro, por lo absurdo, por llenarlo el Jehová sanguinario del Terror, por anunciar la venida del Mesías proletario, que tras su pasión agonía o lucha y su muerte bajo el INRI que le declare dictadura, redimirá a la humanidad pre saecula saeculorum.
Ahora bien; desde Robespierre a Stalin, la democracia es un régimen terrorista, y menester es distinguir entre tal régimen y el Estado que a él ajusta sus funciones. El Estado de Robespierre es el Partido jacobino, que en nombre de la nación se proclama soberano. El de Baboeuf, el de Blanqui, el de todos los marxistas, es un Partido revolucionario. que ejerce el Poder en nombre de la clase proletaria. El Estado jacobino, cuya misión es hacer la revolución política. o hacer a todos los ciudadanos iguales ante la ley, se declara Ley suprema, y así somete a todos los ciudadamos a su autoridad política, que le permite privar de derechos democráticos a quien no esté dispuesto a obedecerle. El de los demás revolucionarios. y especialmente el marxista, como se propone hacer la revolución social. establecer la igualdad o implantar el comunismo, no sólo acapara la libertad y la autoridad como el Estado jacobino, sino también los medios de producción, los productos y todo medio de vida, de manera que según advirtió Trotsky et viejo principio Quien no trabaja no come es substituído por otro nuevo: quien no odebece se muere de hambre. Y, completada la histórica faena, vemos que la revolución. precisamente por tender a lograr la libertad y a alcanzar el comunismo por la fuerza de las armas, es la negación de entrambos y la más perfecta fórmula de nuestra esclavización. Nos sorprende? Pues el timo nos lo han dado a sabiendas. Marx y Engels, en el Manifiesto Comunista. pintaron la aparición del proletariado, le atribuyeron un sino redentor, pero metieron así su contrabando en el mito: Esta organización del proletariado como clase, y consecuentemente como Partido político.
Lo que hay que leer así: Este proletariado que surge uniéndose en Sindicatos, es convertido después en jumento electoral de cuatro politicastros. otro toque de dialéctica nos convierte el Partido proletario en un Estado por el estilo, con lo cual queda redondo el engaño: El proletariado usará su poder político para arrancarle, por grados, todo el capital a la burguesía, para centralizar todos los medios de producción en manos del Estado, esto es, del proletariado organizado como clase dominante. Pero es curioso notar que el cauto Stalin, al citar esas frases del Manifiesto en su polémica de 906 con algunos anarquistas georgianos, se saltó muy cucamente a la torera lo de en manos del Estado. para darle a la formula marxista este seductor aspecto. centralizar los medios de producción en manos. del proletariado como clase dominante.
Pero esto nunca ha estado claro. Cuando los anarquistas, viendo engaños en la fórmula marxista dictadura proletaria para implantar la anarquía han insistido en preguntar qué va a ser tal dictadura, los marxistas se han visto en mil apuros, y algunos de ellos los más fieles al maestro, han adoptado posiciones poco menos que anarquistas. Recordemos la de Engels. Tras decir que todos los socialistas están de acuerdo en que el Estado, y con él la autoridad pública, desaparecerá a consecuencia de la venidera revolución social. gritó, aludiendo a los libertarios: No han visto nunca estos caballeros alguna revolución? Una revolución es indu132. 133