374 EOS EOS 375 tenia franca entrada a su salón, donde se reunian los hombres más conspicuos de aquel tiempo. Es imposible olvidar la conversación del señor Aranzazu: no podia haber nada más animado, más brillante, más armonioso, más lirico. El timbre metálico de su voz, y su fisonomia, aunque moribunda, llena de nobleza y distinción, daban a sus palabras un encanto irresistible. Las inmensas lecturas a que se entregó en sus últimos años, habían enrobustecido su natural talento, y su conversación, además de rimada y cadenciosa, era instructiva y sustancial.
El talento de la conversación, genial en los franceses, es raro entre nosotros. Hay en nuestro país profundos estadistas, escritores brillantes, hombres de un mérito incontestable; y sin embargo, su conversación lo adormece a uno, como las pláticas doctrinales de un cura de aldea. Es mucho más común tener talento que espiritu, y la buena conversación es hija del espiritu. Muerto el señor Aranzazu, he oido con mucho gusto conversar al doctor Cuervo, y con muchisimo más al doctor Vicente Lombana. Al doctor Lombana se le podrá tener antipatia, se le podrá tener odio, se le podrá tener miedo; pero cuando se está bajo la influencia de su burlesca y espiritual conversación, es indispensable reirse, es preciso admirarlo.
En la casa del señor Aranzazu, conoci todas las notabilidades del pais: alli concurrian hombres serios e históricos, como el doctor Márquez, don Lino de Pombo, el doctor José Manuel Restrepo; poetas excéntricos y soñadores, como Caro y Ricardo de la Parra; banqueros, hombres de sociedad, beatas, militares, etc. Conoci también alli a don Luis Baralt, el hombre del sombrero antediluviano, caricatura viviente, bajo cuya gravedad cómica se ocultaba, dicen, una alma justa y un espiritu recto. La fisonomia ascética y firmemente modelada del Arzobispo Mosquera también se me presentó alli por la primera vez. Yo escuchaba a esos hombres con respeto casi religioso, y a veces tenia la pedanteria de tomar parte en sus conversaciones.
Con ese poder de asimilación que tiene la juventud, yo injertaba entre mis ideas frases y conceptos tomados a aquellos señores, con los cuales me pavoneaba entre mis condiscipulos, que a veces se preguntaban admirados. Este diablo de Emiro ¿de dónde saca tantas ideas?
Yo me guardaba bien de decirles que era del salón de don Juan de Dios Aranzazu.
Después lei la fábula del grajo adornado con las plumas del pavo real, y esta alegoria me causó una viva impresión.
Desde entonces me ha gustado más vestir mis pobres escritos con harapos propios que con púrpura ajena. Si alguna vez me he apoderado de pensamientos ajenos, ha sido inocentemente, creyendolos capital propio. Una pirateria literaria me parece un pecado mortal: un pillaje en la bolsa de un individuo sólo le arrebata algunos escudos; un pillaje en sus ideas le roba una parte de su alma, una porción de si mismo. Viva la originalidad! Todo hombre debe ser algo, edición distinta del gran libro: tener su lenguaje, sus ideas, sus costumbres, sus pasiones, sus debilidades y sus virtudes especiales.
En el colegio se respiraba esa atmósfera de despotismo que don Mariano soplaba sobre todo el país. El plan de estudios pesaba sobre nosotros como un fardo de hierro; pero no hay maestros bastante detestables, ni prisiones bastante lobregas, ni planes de estudio suficientemente represivos para ahogar el buen humor y apagar la esperanza y la alegria en el corazon de un estudiante.
Querido lector: no tengáis envidia a un Ministro de la Corte Suprema, ni a un Senador del Congreso, ni a un agiotista afortunado, ni a un candidato para la presidencia de la República; pero tened envidia, eso si, con todas las fuerzas de vuestra alma, al primer estudiante de diez y ocho años que pase por la calle. Qué bella es esa edad de diez y ocho años! Entonces todavía no lo han engañado a uno las mujeres, ni lo han explotado los usureros, ni lo ha mistificado el destino! esa edad se tiene siempre una hada al dormirse que nos cierra los ojos con sus dedos de rosa, y otra igualmente bella que nos mira sonriente al despertar. Decidle a esa alma sincera, afortunada y creyente que su querida es yua coqueta, y os gritara mentira!
Decid que sus amigos, sus compañeros de placeres, sus comensales de fonda, le voltearán la espalda el dia que le JIEMTEGA ya wa SPA MACIONAL Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.