siparse en el momento en que un em.
pleado trata de abandonar su puesto por creerse víctima de una injusticia.
Nunca se ha de consentir que deje su cargo a impulsos de un resentimiento inmotivado. Si se pierde la oportunidad de disipar el error con las aclaraciones necesarias, un sentimiento de esa índole puede turbar el corazón del empleado por espacio de muchos años y aun comunicarse a otros, propalándose his.
torias y rumores que perjudican el negocio y desprestigian al supuesto autor de la injusticia. Un breve rato invertido en aclarar bien el asunto, puede, en estos casos, ahorrar gran número de molestias para lo porvenir.
Diálogo. Abuelo: ya que el peso de los años te enseña a leer en los abisinos de la conciencia humana, dine abuelo. la dulce mujer con quien se sueña. Esa mujer es dulce mientras está lejana. Mientras está lejana. No más. Pues, dime, abuelo, Esa inujer entonces. eg todas y es ninguna. Hijo, mira la noche. Miro. qué ves. El cielo 426 Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud Costa Rica.