A puntes 65 Viajar en tren, señora, es esto sin ser esto, porque el viajero inmóvil ve que en torno a su puesto. aldeas, riscos, prados, boscajes y torrentes todas las cosas giran en planos diferentes; y ve que el valle sube, se allana la colina, se detienen las aguas, el camino camina, y al encuentro le salen con los brazos abiertos los árboles que cantan en los soñados huertos.
Casa. D:tente. Todo baila. Qué horrible pesadilla!
Hasta los mismos árboles. Ciérra esa ventanilla!
Haz que pare esa máquina, que la aventura cese, y el viajero a su nido y su centro regrese.
Ya lo dijo el poeta. La dicha no responde a la inquietud del alma. Feliz el que se esconde, y al cariñoso amparo de su repuesto valle, entre muchos caminos toma siempre una calle y entre mil resplandores busca sólo una llama.
ESTACIÓN: Si el viajero consigo lleva cuanto más ama, de la humana ventura la medida se llena y se dobla el encanto.
CASA: se dobla la pena de la vieja casona que ausentarse le vido y que llora su ausencia porque teme su olvido. Tú no sabes que hay casas que de olvido se mueren?
De los tres enemigos que en la sombra nos hieren, más que al temblor de tierra, más que al fuego le temo al desamor del hombre, que es el martirio extremo. Pero entiendes las quejas con que asi te importuno, tú, la casa de todos y el hogar de ninguno. Tú que al venir la noche, sin un leño que irradie, en tu sala de espera nunca esperas a nadie?