CalderonismoCommunismFascism

Nuestro criterio frente. Viene de la Página uno)
Sus declaraciones fueron siempre escasas y ayunas de perspectivas económicas y sociales. El mismo pequeño programa que formuló no tuvo ninguna difusion eficiente. Su propaganda fué siempre mala, no sólo por el contenido sino también por la forma de hacerla. Se limitaba a hacerle a Figueres el cargo de ser comunista con lo que no hacia otra cosa que abonar el terreno para que Figueres pudiera sembrar mejor su demagogia. Era una compaña orientada a quitarle a Figueres el apoyo de los ricos, precisamente en momentos en que Figueres ya no los necesitaba, porque estaba bien financiado; y a permitirle a Figueres capitalizar la orientación izquierdista del pueblo, que es precisamente lo que Figueres necesitaba, porque él para triunfar tenía necesidad de votos más que de capital.
a EL TEMOR FIGUERES Así las cosas, la derrota de Figueres y el triunfo de Castro, quedaron supeditadas a un único factor: el temor a Figueres. Todo dependía de que el pueblo, fiel sus tradiciones democráticas violadas por Figueres durante sus dieciocho meses de Gobierno, votara contra él. Pero en ese aspecto, tampoco se hizo ninguna campaña eficaz, bien planeada, bien concebida, bien enderezada hacia la conciencia de los ciudadanos. Se abuso de la injuria y se prescindió del argumento serio y convincente. Sólo el proscrito Partido Progresista intentó una campaña seria de ese tipo. Pero la inició a última hora y con medios muy limitados, seguramente por razones de orden económico.
FACTORES DE LA DERROTA lo dicho, deben sumarse, como factores influyentes en la derrota, los siguientes hechos: Primero: El pleito entre Castro y Echandi, que condujo a restarle al primero un aporte considerable de la antigua oposición. Fué ésta una división del antifiguerismo, que no benefició en nada a Echandi, y que sí benefició a Figueres. Súmense los votos obtenidos por Echandi para sus papeletas de diputados, con los obtenidos por Figueres para las suyas, y se llegará a la conclusión de que los echandistas votaron por Figueres.
Segundo: La campaña de tipo abiertamente calderonista realizada por uno de los Partidos que apoyaban al senor Castro. Esta campaña, indudablemente más eficitente que la del castrismo oficial, le dió color y sabor al castrismo a pesar de él; le dió el carácter de un movimiento orientado a restablecer el antiguo estado de cosas y a sancionar a los oposicionistas de ayer. Nos parece claro que ante esa situación, gran parte de los antifigueristas que también son anticalderonistas, se de.
cidieran a votar por Figueres.
Tercero: La desorganización del castrismo, que se puso de manifiesto en todas las ocasiones, frente a una organización muy efectiva del figuerismo.
Cuarto: Una mala actuación del castrismo en el Registro Electoral y esto agravado con la ilegalización del Partido Progresista Independiente que permitió que el figuerismo tuviera el control total de todas las mesas electorales.
Tales fueron, en nuestro concepto, los factores determinantes de la derrota castrista. Todos esos factores fueron debidamente previstos muchos meses antes de las elecciones, pero el castrismo posiblemente no consideró necesario darles debida atención.
LAS PERSPECTIVAS DE PUEBLO Veamos ahora un poco el presente y el futuro Continuamos creyendo que el figuerismo implica un serio peligro para la arida democrática del país, por las características mismas de ese movimiento que le dan fisonomía de movimiento fascista. No obstante eso, nuestro criterio es que debe respetársele el triunfo a Figueres, sin pensar en aventuras locas, por demás extemporáneas, y usar todos los recursos a nuestro alcance para impedir que el Gobierno de Figueres se desarrolle en la dirección que tememos, en la dirección del fascismo. Esos recursos están en el pueblo mismo, una parte de cual apoyó a Figueres por lo positivo de su programa, y no por lo negativo de su probable acción política. Dentro de figuerismo, aún dentro de sus círculos dirigentes, es pro.
bable que haya varias tendencias: unas reaccionarias y antidemocráticas, y otras realmente progresistas. Esas tendecias entrarán en lucha muy pronto. Si triunfan las primeras, nos encontramos ante el fascismo. Si triunfan las otras, las perspectivas cambiarán. Dos factores de última hora pueden favorecer el triunfo de las tendencias mejores: el angeglo de la situación internacional, que parece habersseiniciado el propio día de las elecciones con la firma del armisticio en Corea; y la propia votación que obtuvo Figueras, la cual seguramente hará pensar a éste que no necesitaba de medios violentos para gobernar. En todo caso, nos parece que lo que procede, es estructurar sin pérdida de tiempo un verdadera movimiento democrático del pueblo costarricense, capaz de frenar cualquier orientación del figuerismo hacia la tiranía, y capaz también de obligar a Figueres, a cumplir las promesas que le hizo al pueblo cuando tena interés en ganar las elecciones.
EL ODIO FACTOR NEGATIVO ¿Era dable esperar, que el simple temor a Figueres, o el odio en casos de menor importancia electoral, diera por resultado, por sí solo, la derrota de Figueres? Nos parece que no, si toma en cuenta, como queda explicado, que ese temor no fué convertido en convicción de que Figueres implicaba un peligro real para las instituciones democráticas. Era más posible esperar, que los ofrecimientos de Figueres, de tierras para los campesinos, de mejores salarios para los trabajadores, de leche para los niños del país, y de casas baratas para todos los costarricenses, tuvieran más influencia en el pueblo, que el temor. Aquí cabe recordar aquél refran que dice, que el estómago es más poderoso que el corazón. Los muchachos del Partido Progresista estuvieron en la justo cuando afirmaron, que la campaña política no podía girar alrededor de un factor negativo como es el odio, sino que debía girar alrededor de ofrecerle ai pueblo la solución de sus más apremiantes y sentidos problemas.
CAUSA DEL ABSTENCIONISMO El abstencionismo fue muy grande, como lo anotamos atrás. Más de cien mil ciudadanos inscritos no votaron; y es posible que otro tanto de ciudadanos, habida cuenta del tamaño de nuestra población, fueran los no inscritos. Pero razonemos a base de los inscritos, que no votaron. No cabe duda de que esta gran masa electoral habría podido darle una solución diferente al problema. Por qué no votaron? Alguna parte porque no pudieron hacerlo. Pero la mayor parte, porque no fueron convencidos de que debían votar. No son figueristas, porque si lo fueran habrían votado sin lugar a, dudas. Pero prefirieron abstenerse, porque el castrismo no supo atraerlos por falta de programa y por falta de una propaganda eficiente.
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