CommunardsParis CommuneSocialismViolence

NEWTON AKARAN.
FEL SEN Ado BARCELONA 19 DE MARZO DE 1908 Epoca 2: Número 51 Tierra y Libertad Número suelto: céntimos Redacción y Administración: Arco San Pablo, 8, Paquete de 30 ejemplares: peseta La Comuna de Paris mes IOS.
tarde.
obrado por el entusiasmo que inspiran las sancio de la facna y de la caminata, deja cact me cosas grandes.
cuerpo, lleno de pesadez, sobre la silla, y suje Bien puede asegurarse: el objeto que se taado con ambas manos la cabeza, prematurt propusieron los conservadores con la repre. monte covejecida co los talleres, lapza vo fuerto sion de la Comuna fué operar una selección suspiro. Malbayal ¿Cuándo iráa concluir at leccion tas estériles fatigas? Sí, estériles, porque o tan estériles faticasa si esten Las circunstancias que determinaron el, sentantes de los Estados monarquicos ea.
al revés, como se hizo en tiempo de la In ningún bepcicio me proporcionan, como no in movimiento de la Comuna de Paris eran, ropeos, olvidando su origen inmediato, la quisición, suprimiendo los hombres culpa. los tormentos de este vivir detestable. Ab; bien considerado todo, un hecho relativa rebeldía: salido del pueblo, se imaginaba bles de una inteligencia superior, de grao siempre lo mismol De casa al taller; del taller mente insignificante, el escaso vigor de la pertenecer ya otra clase, la de los domie pensamiento y voluntad que no se acomo casa. Eternamente la misma vuelta, igual que defensa por parte del gobierno y el abando nadores; pero el pueblo hablaba también por las mulas do tahona. Malhayal (Pausa. Por ensa norte del gobierno veſ abandonadores: pero el puebio hablaba también por daban al embrutecimiento que ha de caracno de un parque de artillería de que los Pru. su boca cuando publicó el decreto que abo. terizar a los súbditos obedientes. Esa selec. que ine habrá acgado el gerente one pequei ción de las victimas favoreció al clericalislic sjanos podrían apoderarse al entrar en Pa lía la quinta, rompió sus lazos con el clero, anticipor No cumplo con mis obligaciones de obreror. Demasiadol Acaso no no deben dica ris; pero eso fueron simples detalles. Francia devolvió las prendas empeñadas en el Mon.
mo español, que impidió, en efecto, a sas veces más de lo que yo he pedidor estaba desunida; era necesario que los dos te de Piedad y las multas y retenciones de conciudadanos pensar y obrar durante tres. Carmen. No to atlijas, Ramon. Habla en voz elementos opuestos se agrupasen franca salario a los obreros y abolió el pago de alcientos años; en Francia no pudo proseguir baja, con triste dulzura, adelantándosc hacia él, mente uno con otro en toda la sinceridad de quileres por las habitaciones. No era eso se con bastante método para llegar resol después de haber estado observándole doodo sú sus aspiraciones, en toda la rectitud de sus ya como un principio de sociedad comutados tan decisivos, pero ha tenido consta llegada. Lo do siempre. verdad? Pues no voluntades. Tal es lo que hicieron los co aista?
cuencias muy apreciables en la evolución afilijan, Francisco, sabes? el zapatero vecino, munalistas de Paris, más conocidos, como En Paris se vió por primera vez en el histórica de la generación siguiente. Cuán.
on siguiente. Coán. me ha prestado hoy un peso: mañana, Dios dirá.
todos los vencidos, por una denominación mundo lo que jamás ha tenido analogía en tas veces, en circunstancias graves, se ha ipjariosa, communards. Las condiciones de Ramón. Levantando la cabeza. Abi cesta observado que faltaban hombres! En su la historia; los Parisienses no odiaban al bar ahi? Ando como atontado.
supremo peligro en que a la sazón se halla enemigo que les había tenido sitiados duconjunto, si el socialismo ha cesado en su Carmen. jQué te pasa, hombre? Vaya por ba Paris eran a propósito para elevar los Iran en sus monocarácter generoso, ferviente y humanitario, Dios! Siempre reniegas. Denariado tenemos corazones: triplemente rodeada por las tromentos las señales marcadas con sus obupara transformarse en un partido político con qucstra mala suerte. No te af jas. El zape.
pas alemanas, que ansiaban el saqueo; por ses. Los Alemanes acampaban todavia aldispuesto acomodarse las intrigas de los tero.
las tropas francesas, que ardían en deseos rededor de los fuertes exteriores del Este, parlamentarios. no ha de buscarse una de Ramón. Abl Si, ch? Un peso. Yo no quie de vengar las victorias germánicas con la desde Saint Denis hasta Villeneuve Saint sus causas en el hecho de haberle privado Io vivir de limosna, venga do donde vengal sangre de sus compatricios, por la masa ¿Dios. Dios va rcmcdiar bucstra situación de sus mejores hombres. Se le había herido Georges, y no se odiaba aquellas gentes Quita de ahi! Nada tiene que ver Dios con de la nación francesa, que se hubiera lanza que ejercian por mandato su oficio de solen la cabeza!
nuestras cosas, coyen? Ya cstoy cansado do redo voluntariamente sobre Paris, foco de in. dados. El mundo, que tenia fijas sus miraPero «nada se pierdes, y si es cierto que petirtclo.
cesantes revoluciones, la gran ciudad no das en Paris, vio con admiración que las la reacción pudo creer decapitada al finala Carmen. Vamos! No te enfades. Ni siquiopodia esperar el triunfo, a pesar de la in ideas de la fraternidad de los pueblos, prohidra socialistas, los acontecimientos de la ra 18 preguntado como sigue la criatura.
nensidad de sus recursos. Para quien tuvie clamadas por La Internacional, se habían Comuna, aumentados por el eco, se propa Ramon. Cambio brusco. Pobrecito. La ra la menor noción de historia no podia ofre. convertido en una realidad viviente. Lo que garon a lo lejos en las masas profundas de faz del exacerbado jornalero, esta nueva idea, er duda el resultado fatal del conflicto. To tamiliar ya, pero suplantada ratos aturdida los pueblos como una garantia de emanciliteratos y artistas, Eugenio Pelletan (en La en el torbellino de las otras, se transforma por dos los que aclamaban la Comuna, viejos Presse) y Courbet, habian pedido en tiempo pación y libertad. En todas partes, hasta en completo. El relieve taciturno de su fisonomia revolucionarios o jóvenes entusiastas, sa del Imperio, el derribo de la columna de les el fondo de las prisiones rusas y de las mi.
acentúaso, pesar de que sus ojos brillan cong.
bian de antemano que estaban destinados a emano one estaban destinados a Vendome el pueblo de París lo quería efec.
Vendome, el pueblo de París lo quería efec.
nas de Siberia, renació la confianza en el animados por una fubita lumbre. Pobrecitol la muerte, y, como víctimas propiciatorias, tuar a la presencia misma de aquellos a porvenir. La historia de Paris proclamando (á Carmen. Ha tonido mucha fiebre boy?
por la nobleza de sa sacrificio y por la amCarmen. No. ha pasado muy tranquilo la plitud de sus ideas, ostentaban una grave. Cosa inaudita hasta entonces, los vencidos ciones épicas.
dad serena, que se reflejaba sobre la fisono derribaron con entusiasmo el monumento Eliseo Reclus (El pequeñuelo, en el descenso de la febricog. cia producida por la enfermedad que lo ha bo mia general de París, y le daban en aquellos de antiguas victorias, no para adular vil. 1) El llombre y la Tierra, XVII, cho enflaquecer basta el peligro, duerme trabe dias de resolución viril y de completo desm ente a los que acababan de vencerles sa josamente, respirando con ruidogo diapasón, or interés un aspecto de majestuosa grandeza vez, sino para atestiguar sus simpatías fraRÁPIDA la tarea de sus dolientes pulmoncitos do ave. que jamás había tenido. Los mismos hom. ternales a los hermanos a quienes se había Ramon. Maldita pulmonial Lo que os por fres enviados al poder obedecian en su ma. conducido contra ellos y sus sentimientos Ensimismado en profundos pensanaicntos, mall falta de ropa no se enfermará otra vez la criat yor parte móviles más elevados que los de execración contra los amos y los reyes, una tarde de otoño con dirección a la campiña, ra. El jornal es escaso, si, muy escaso, pero.
que impulsan ordinariamente a los ambicio. que, de una parte y de otra, conducían sus ansioso de aspirar el aire puro y saludable. jestoy dispuesto a robar, con tal de que el chico sos de lítulos, de honores y de influencia; súbditos al matadero. Aunque la Comuna vaya bien abrigado!
Voy hacia adelante, contemplando extasiado Carmen. ijest. Exclamación de reproche, también veian ante sí, pasado un plazo de de Paris no tuviera más que ese hecho suel hermoso panorama de la Naturaleza. Allá. mientras une las manos en ademán piadoso. To algunas semanas o de algunos meses, la in activo, merece ser colocada muy alta en la lejor, mi cansada vista divisa, encorvados sobre eoloqueces, Ramont evitable derrota.
evolución de las edades contemporáneas.
el suelo, varios campesinos, entregados todos Condenados de antemano una implaca. Ramón. No, Carmon, no me enloquezco. the a la ingrata tarea de producir lo que otros conEvidentemente, una sociedad nueva que que voy apreciando las verdades, dentiendes?
sumen.
ble represión, los hombres de la Comuna obraba en tan completo desacuerdo con las Apresuro mi marcha y me dirijo hacia el sitio Carmen. Pero dices unas cosas. No hemos hubieran debido aprovechar aquel corto antiguas políticas, no podia suscitar en el vivido hasta hoy honrados, como nuestros pæ en que aquellos desgraciados se encuentran.
plazo de existencia para dejar grandes inmundo rutinario de las clases gubernamen Buenas tardca, compañerosl les digo apedres, y felicer a pesar de nnestra desgracia?
Ramón. Honrados. Felicesi. Felices, con comparables ejemplos, para plantear, para tales más que un sentimiento universal de nas llego.
la felicidad de nuestros afectos, que es mucha, nás allá de revoluciones y contrarrcvolu horror y de reprobación. Los miembros de Para algunos, quizás lo sean me responde ciones, una sociedad futura desembarazada ya lo sé; pero nada más; muy poca cosa, ai ne uno de ellos, mas para Dosotros, que empuñala Comuna comenzaron por limitar su suel.
del hambre y del azote del dinero; mas para compara con la dicha que nos deben.
mos este azadón desde que nace el dia hasta do lo más estricto, y continuaron comien.
iniciar semejante obra hubiera sido preciso Carmen. quién es el que nos debe. Qué que obscurece y que solo ganamos ua mezquino do modestamente en el bodegón de la esé irrisorio jornal, que apenas podemos reparar es lo que quieres decir?
concertarse en una voluntad común y poner quina; los que habían sido tomados entre los las fuerzas que nos roba el trabajo, mal pode1 Ramón. Ah! No comprendes. Los honra.
en práctica un saber experimentado ya, loſ obreros jornaleros continuaron su compamos decir que son buelas.
dos, los otros honrados nos deben. La honradezi que no era posible, porque los insurrectos ñerismo con sus compañeros de trabajo, de Calle. Con el alma destrozada y ardiendo en Ya me voy percatando de lo que significa de de París representaban grupos muy discor jando sus mujeres y sus hijas en sus talle ira me alejé lejos de allí, sin hacer la menor ob.
honradez. No te lo he dicho. Por qué tiene des que forzosamente habían de obrar en res de costura, en los lavaderos ocupa jeción tan lamentables, pero verídicas pala.
empeño todo el mundo en que se lo reconozn honrado. No basta con ser hombre, con vivir sentido inverso unos de otros: unos sujetos ciones ordinarias. Tal derogación de las como deben vivir los hombres. Ah, pol Hay todavía accesos de romanticismo jacobi tradiciones de todo gobierno que se res. pensar que el que todo lo produce ha de que manifestarke boorado para poder mistificar no, otros que sólo tenían honrados intentos peta no podían perdonarse, desde los pri. encontrarse a merced de cota hipocrita burguele pada hacel al progimo con mayor facilidad, suelta y derete revolucionarios; únicamente una minoria se meros encuentros alrededor de Paris, el daba cuenta de que era preciso proceder radamente. Los poderosos, los fuertes, para este CÁNDIDO JARINGAN ejército regular no dejó de aplicar a sus plotar, para mentir, para atiborrarse de satis Utebo (Zaragoza.
con método la destrucción de todas las prisioneros el nuevo código de guerra, que facciones sin esfuerzo ninguno, para gozar instituciones del Estado y a la supresión de permite tudo militar arrogarse el derecho costa de los otros. Los debiles, los pobrc. IN todos los obstáculos que impiden la agrupa de muerte sobre todo paisano. aquellas andrajosos, las bestias, gente desgraciada que rehusa su dignificación, que está a obscurat, ción espontánea de los ciudadanos. En rematanzas la Comuna respondió por un «de.
desunida o mal unida, porque no se ven les sumen, la obra del gobierno de la Comuna creto sobre los rehenes. que ejecutó tarde efectos de su fraternidad, todo ese rebaño de fué minima, y no podía ser de otro modo, y sin arrostrar la responsabilidad completa, PERSONAJES miserias errantes ticde que ser boprado para sh paesto que en realidad estaba en manos del mientras que la matanza de los comunalis.
frir sin chistar las cxplotacionos, las injusticias, pueblo armado. Si los ciudadanos hubierantas continuaba alegremente alrededor de Ramón: 30 años, carpintero.
las iniquidades del amo y del capataz, del cach sido impulsados por una voluntad común de Paris; después, durante la «semana san.
Carmen: 25 años, mujer de clase humilde.
que y del verdugo, de todo el que se sienta con renovación social, la hubiesen impuesto a grienta. en las calles y en las casas, y por (Lugar de la escena. una vivienda pobre en un átomo do poderfo! porque de lo contrario, sus delegados; pero solo les preocupaba la fin, pasados los setenta dias, en los cuarte ios arrabales de una ciudad. En el centro de la jay de ellos para todo existen leyes. Hay que habitación eo ve una mosa do cedro, y a la izi les y en las cárceles. El contraste entre las defensa: combatir bien y bien morir.
ser honrado, o, lo que es igual, sumiso; porque quiorda una cuna con un niño que duermo. So. para tener honradez, accesario se hace el carga La falta principal que cometió el gobier dos morales se manifestaba evidente: en bro ol pequeño velador, varios frascos copto la espalda con la bolsa de todos los acatamicino de la Comuna, falta inevitable, puesto tanto que los socialistas de Paris, respetuoniendo brevajes medicinales de preparación ca tos. Comprepdes? Nosotros tenemos que sopor.
que derivaba del mismo principio sobre el sos de la vida humana, se decidieron contra gera. En un entanto del rincón hay libros y po tar la nucstra y la de los quo nos esquilman. cual se había constituido el poder, consistia su voluntad y en virtud de legitima defensa riódicos. Al comenzar la escena, Carmen dor.
almacenero de la esquida, que te cogada en el precisamente en ser un gobierno y en reem a las represalias contra personajes de la mita junto a la cupa, cra la mano abandonada peso de lo que lo compras, y el buen propietaplazar imponerse al pueblo por la fuerza casta enemiga, el asesinato de todo ciuda sobre la cabecera. Son las sicte de un anoche rio que con los alquileres que le rindes, acamu de las cosas. El funcionamiento natural del dano de la ciudad rebelde era considerado cer tardio y nebuloso, como esporanza de prosi la, co poco tiempo, lo que la finca lo cuenta. cumo meritorio entre clérigos, jueces y soldiario. Rambo vuelve del taller. osas dos personas que to roban legalmento, bog poder y el vértigo de mando le llevó a conradamento, 800 personas may dignas, 200 siderarse como el representante de todo el dados. Viose un jefe del ejército del corEscena única Estado francés, de toda la República, y no 080? Si está más claro que el agua de an mit (El carpintero entra, fatigosamonto distraido; dens, uno de los oficiales superiores que du.
sólo de la Comuna o división territorial de nantiall rante el Imperio había llevado la vida más arroja con violencia su sombrero sobre la mosia Carmeo. Ah, Ramon, Ramón! Cuando so Paris como tomando la iniciativa de invi. vil, jactarse después cínicamente de haber ta, como libertándose de una carga demasiado molesta, on tanto que su rostro adquiere cierta se tiene paciencia.
elegido entre los prisioneros, designando tar a una lihre asociación a otras comunas, expresión de angustia y rabia a la vez, y un gcse Ramón. Paciencia. Otra hermosural La pa.
campos, villas y ciudades. De tal modo se para la muerte a todos los que tenían una to amargo contrar por un instante au figura, ciencia ticno sun limites, mujer. Do paciencia a contagio el nuevo poder con la locura gu. cabeza noble, inteligente y digna; a los an. apenas disimulada en la indecisa penumbra del se vivo; con ella lo que so haco os sufrir pan bernamental, que se creyó obligado en cianos, porque habian obedecido a sus con tugurio. quo edifiquen fábricas los hoorados, los que me trar en relaciones oficiales con los repre vicciones, a los más jóvenes, porque hablan Ramón. Vaya una vida. Con el doble can tienen paciencia para osporar cuando talianos ras.
Gentes honradas.