118 RENOVACION una sobre la máquina. Tus pies pequeñitos critos para el juzgado; acago te hayas puesta movían los pedales de hierro, y entonces le gruesa, como todas las muchaclias de pueblo máquina marchaba, marchaba en el sosiego cuando se casao, tal vez encima de la mesa del patio con un ruido lijero y rítmico del comedor haya unos pañales. yo sientMaría Rosario, yo pienso ratos, después, to uda secreta angustis cuando eyoco este de tanto tiempo, en tus manos blancas, en momento ſinico de fitiestra vida, que ya 110 tas pies pequeños, en ta busto syavemente volverá, Maria Rosario, ettg bencbido; yo quisiera volver a aquellos los dos frente a frente, mirándonos de hito años y oir el ruido de la ináquins en ese en hito sin decir nada. Azorin.
patio, y ver tus ojos claros, y tocar con las dos manos muy blandamente tus cabellos largos. Del libro Las confesiones de un pequeño filosofu. Otros libros de Azorín: El alw esto no puede ser, Maria Rosario; th castellana, La Voluntad (novela. La ruta vivirás en una casa obscura; te habrás casa.
de don Ouijote, Castilla, Los pueblos, Clado con un hombre que redacte terribles es sicos modernos.
Primer amor (PROSA DE AZORIN. Marisabat Caryalat. Carmen Liral.
on homenaje.
Recuerdas. Recuerdas.
su nieve los altos, María Rosario?
sug sotibras la ausencia, Frisalas entonces. 12 peva sus dardos: tus bellos quince años. y yo envejecidoto traje era negro; siento al recordarlos, tu cuello muy blanco el contacto suave pequeños y novos de tus blancas manos, ergo tus zapatos.
el compás airoso Tú cosías siempre de tu anlar gitano.
sentada en el patio destreszando al viento de rojos ladrillos. tus abellos largos.
bien puliinentados; Siento la mirada tu máquina alzala de tus ojos claros.
go amoroso canto, y las opuleiicias. al sentir el ritmo.
de tu busto, alcauzo de tus pies enanos. a escuchar el dejo Todo elli era fresco ili duulcemente extraño todo alli era grato. de tu voz, y anhelo las plantas sombradas: volver al pasado, eh cubos pintados, revivir aquellos las telas metidas adorables Tatos dentro dei fayanco, que vivimos juntos, la pobre Teresa que juntos gozanos sentada en un ángulo.:i a la fresca sombra. con sus ojos dulces de tu fresco patio, y su rostro pálido. a inicotras trabajabas, todo respiraba. Maria Rosario!
silencioso encanto. ¡OL. YR 10 es posible. Sobre esos instantes. Tú te habrás casado.
jamás olvidados.
con un hombre adusto.
bap ido poniendo. quizás. en los campos. Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.