RENOVACION en razón ya, La tierra es una hembra que ha dado a luz. Como la hostia senta, incendiando los cielos se levanta al sol del Porvenir. El azul pleno canta: es el mismo luminar sereno que alboreala ca el palico infinito cuando, desde las velas espafiolas, se alzó el potente grito de Rodrigo de Trana IY anunció la epopeys americana entre el salvaje estruendo de las olas! MARTINEZ KUTIS Desolación LA qulén confiaré mi pena?
El crepúsculo. Gruesos copos de un oficial con Capote y la capucha nieve giran perezosamente en torno echada.
de los mecheros de gas que se acaban Cuartel de Viborg repite el ofide encender, y se posao, formando cial. Estás durmiendo. Cuartel de una capa blanda y fina, sobre los te Viborg!
jados, sobre las grupas de los caballos, Iona, en signo de consentimiento, sobre los hombros y los sombreros, tira de las riendas, y este movimiento El cochero Iona Potapof está blanco hace que caiga la pieve de sus homcomo un fantasma. Plegado sobre sí bros y de la grupa del caballo. El oi.
mismo, tanto como puede plegarse un cial se sienta en el trineo. Iopa excita çule po humano, está sentado en el con la boca a su caballo, se inclina pescante y no hace ningán inoviinien. hacia adelante, tiende up cuello de to; aunque cayera sobre él todo un cisnc, y, más por costumbre que por montón de nieve, do experimentaria, necesidad, hace sonar el latigo. El ca.
a lo que parece, la necesidad de de ballo también alarga el cuello, dobla sembarazarse de ella. Su caballejo stis piernas rígidas, y se pone en mar.
permanece también igualmente iounó cha con paso indeciso.
vil y blanco. Por la angulosidad de. Por dónde vas, animal? oye exsus formas, la rigidez de sus patas, la claniar Iona desde los primeros pasos inmovilidad, se parece, hasta de cer en la masa negra que sube y baja.
ca, a un caballito de pan de ligo de un ¿Por dónde diablo vas? Toma a la dekopek. Está evidentemente sumido recha.
en sus pensamientos. Eu efecto, des. El oficial se enfada, pués de haber sido arrancado a su ara No sabes guiar. Toma a la dedo, a sus paisajes babituales y grises, recha.
y de haber sido lanzado a aquel abis Un cochero de lujo jura; un tran.
mo lleno de fuegos monstruosos, de scunte que atraviesa la calle, y a quien incesante ruido y de gentes que co han rozado la espalda las narices del fren, icómo no pensar en todo eso! caballo, mira a Iona de un modo fuHace ya mucho tiempo que Ioua y rioso, y se sacude. Iona, como si es su caballo 20 se han meneado; ban tuviera sobre alfileres se revuelve en salido de la cochera poco después de su asiento, penea los codos a derecha la comida, y no se han estrmiado aúa. e izquierda, mueve los ojos, como un la niebla de la noche cae sobre la bombre a quien el vapor ciega, y tie ciudad. Los juntolerables fuegos de ne aspecto de to comprender en dóu1os faroles reemplazad a la luz vive. de está ni por qué está allt.
La agitacióo bulliciosa de la calle Ile. Qué imbéciles! exclama el ofi88 su mayor fuerza.
cial. Se diria que se han puesto de Cochero, cuartel de Viborg oye acuerdo para ponerse delante del caIona de repente.
ballo.
Iona se estremece y al través de sus Ioua se vuelve bacia su parroquiado pestañas, pegadas por la nieve, ve y no mueve los labios, Este documento es propiedad de la Biblioteca Nadonal Miguel Obregón Lizano del Sistema Nadonal de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.