RENOVACION Nada, tada de aquello le era extrafio: De prozito, entre la parvadla de armonías, aquellas artdonían las había vividlo él. había, asomó una nota sords, sombria. Fue una Teitto tanto y tanto había llorada. Aquellos congoja siniestra, degesperante como titregocijos habían sido suyos, y atlyos también guta otra: uo gegricio, el mismo, el últiino habían sido aquellos lanientos. Cómo sabía extalado por su hermanita al morir.
el violín relatar la historia de su corta, de Aquella viva impresión conmovió de tal, eu faticosa existencia! Records Coralia, tuodo al pobre arra piezo, que del rosal de ausente desde el bitimo octubre; recordó las oti sentimiento brotarot com extrata fuerza risueñas tardes, dulces tardes perdidas acaso florescencias de color para sienipre, en que, cogidos de la mano En el frotnento en que el pequeño levaiban juntas a la montaña; allá en lo upbrio, taba la matiga de la blusa para eljugar en pasatan baras y horas al atisto del tri ells los torrentes de emoción, una piano tar de los jilgueros, junto e un mapartial torpe le asía bruscantente por el bra que sirgía de una comba del bosque. Des gándole a bajar. El policial le miró salvaje pués, ah! su hernianita había muerto, en tin y le indicó el canditto con el bastón.
arochecer lurafo, horrible. Cuánto kabía El limpia botas quedó atónito, comprendid llorado su madre aquella noche; floral y el peligro y dejó medroso fa ventana. LAŁ llamabe e la muerta: Coralia! Coralib a qué murmuro, to Babis yo que fuCTA proluihida dejarnos. Lloraba estrechándole a él contorla Bettir.
fuerza, haciéndolelloraraún más. xut más. Una rosa y un beso Marta Zeledón Venegas bre, dei raciocinio formuláis la interrogación, el por qué del dolor eu los niños sólo será para vosotros una injusticia inexplicable. diréis carmigo; uo, 11o debiera Sufris esos inocentes.
También los niños yan af 110spital. Ellos taupoco están libres de ser arrastrados por el dolor. Ni ellos!
Sus pobres cuerpecitos, tulados en las hileras de pequeños catres, baceu le impresión de un puñado de pájaros sin alas, con los miembros vendados, privacios del canto y muy tristes. De cuando en cuando abren los ojos desmesuradamente, unos ojos cargados de angustia, como diciendo: ya esto es demasiado, por que delito de nos codiletiæ a sufrir tanto?
Es la condición huinana. yo hubiera que rido decirles. Si el libro en que vuestra existencia ya leyendo no queda cerrado de esta vez, si la vida os reserva nuevas congo jas aun, cliat do seáis hombres podréis en contrar dos respuestas a la cuestión que ahora parpadea en el fondo de ese quebran to que os doblega y os consume: si cercando los ojos a la razón incorporáis vuestra individualidad en el manso rebaño que marcha extraviado por los laberintos del absurdo, os darán a entender que una divinidad omnipotente y justa y buena es la causa de quebranto que os consume y os doblega.
Pero si libres del yugo que el dogma impo, ne al pensamiento, y erguidos sobre la cum Los enfermitog del liospital son todos. 111fios pobres. Pobres y enfermos, vaya una suerte!
Sin embargo, en esta Noclzebueria que pasó, algunos han tenido su pogtuito de fiestai.
con motivo de los presentes que les trajo el Niño: Ese niño Dios que veces se mues.
tra tan cruel. la pobre Nina, la huérfapa que ocupa el aúnero 10 de la sęgdöda hilera, no le tocó nada en el reparto de juguetes, Salió lo que ella presunia, igual que el año pasado, y que el de pgg antes, y que el otro. eso no fuera nada, la poche que pasó la infeliz. Al amanecer del veinticinco sentía como si tuviera un garfio candente clavado dentro del pecho, y en los accesos de tos lo que sentía dentro era ya un incendio; como a las siete se sintió mejor, pudiendo incorporarse un tanto. Con esa indiferencia eo que se resuelve la resignación habitual, Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministero de Cultura y Juventud, Costa Rica