389. RENOVA armonias extrañas envueltas en el cualcs arrojo a intervalos una mira. perfume de las primeras flores, y da distraida, se mezclan seres som otoño cuando al pasear por entre brenaturales y deformies, y de çuanlas largas alamedas, el ruido espe do en cuando veo aparecer una cara cial de las hojas amarillas, que cru de tafetán celeste que me mira con mis pics, me llena el alma sus ojos fiulęcos, una 11ariz colosal de un sentimiento melancólico e in. que me sale al paso como ccrrándodefinible. Si el viento de Guadarra. 11c el camino, o una cabeza fantás ma mc enrojece la punta de la nariz, tiça que me hace visajes horribles.
exclanto cndosándome el gabán de desde el fondo obscuro de una tien más abrigo. Diantre, sin saber có da de tiroleses. Al notar que aque. mo ni por donde, se nos ha entrado las visiones no son otra cosa que cael invierno! si, por el contrario, retas que en largos lestones de ma. el calor me obliga a aflojarme el nu Diarrachos vrtan la entrada de los do de la corirata, ya no me cabe duda establecimientos públicos, exclamo de que el estio comicnza a dorar las al fin. cayendo en la cucnta det mes dieses y a tostar los hombres. en que me encuentro. Ya tenemos Hay sin embargo dos solemnida. el Carnaval en planta, los traficantes des o fiestas o corrin se les quiera de la locura comienzan a vender los llamar, en el ains, que nunca pasan pasaportes de la despreocupación.
inadvertidas para mi, porque a se11 mejanza de las gelundrinas que la época del Carnaval la pasado.
3114ncian la estacitin icmplada cun El Carnaval parece que parodiata su vuelta, las preceden cicrtas seña en el mundo 110crno la costumbre les características. Estas son el dia que en el antiguo permitía a los eskle difuntos y el Carnaval. No sé pre clavos en ciertos días del año jugar cisamente en que estación ni en qué a los señores y turnarse con éstos ines; pero ello es que hay un día en todo género de libertades y aún de el año que al pararme distraido de licencias. En la Venecia de los tene.
lante de uma de esas tiosas ataque brosos Conkmics de la Palunos lerías de la Carrera «le San Jeróni del puente de los Suspiros, en la Romo, allí donde otras veces me he dc ma de los Borgias, en cualquiera lcuido a contemplar uno de esos parte doucle el pueblo la viviclo suacernos de flores y le plumas des jeto por una mano de bicrro a un tinado a ornar la esposa cabellera de poder riás o menos tiránico, se coninta dama elegante y hermosa, y prendlin esta pericica explosión de besar con sus flotantes cabos de cio libertad y de locura. La politica y el tas sueltas, sa rcclonila espalda o su amor pedian prestado sui traje a Arschio mal en cubicrto por un encaje lequin, y al alegre ruido de los casfinişimo, me encuentro con una con cabeles del cetro del bufón, urdian runa de pálidas sicmprevivas, en cu la trama de su novela sangrienta o yo centro, y entre un diluvio de lá sentimental. La aparente rigidez ile grimas de talco, dice con letras de las costumbres, cl aislamiento del oro y dos colosales signos de adni hogar, cl carácter propio de la épor ración: mi esposo1 ca, hacían necesarias esas noches de La fiesta de todos los Santos se luna velada par tulics, de rostros aproxima, digo entonces entre ini, ocultos con antifaces, de algazara los mercaderes de la fillertc comien popular y de misterios, en el Corso zan a sacar a luz la bisutería del do y en Rialto.
tor. En otras ocasiones vagando al La aristocracia en sus bailes de azar por las calles comienza a sor buen tono comienza por desterrar la prendlernte un espectáculo extranici. careta, u 110 permitirla lasta cierta.
Me parece que entre la gente que hora de la noche. llasta aqui la ariscircula a oli alrededor y sobre las tocracia es tugica. En otras épocas, Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lizano del Sistema Nadonal de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.