RENOVACION 43 El rostro de Ana estaba lleno de pena, para ella más queridos que sus hijos!
Se estuvo quieta durante un rato, pero Estas 11ujeres tan mal educadas, coino los niños no pueden estarlo 11. u no deben tenerlos! Los hombres al buscho tiempo, comenzó mariposear eu car exposa po pensaujos más que en la torio de su padre.
satisfacción del instinto. Buscamos la Sauto Dios. Qué hizo la aiba? No inujer, no la piadre!
pude conteperme y prorrumpi eu una i amigo estaba realmente indigexclamación, nado.
Aua había volcado 40 vaso de agua No sabes continuó cuánto lu.
sobre unas telas. No olvidaré nunca cho yo aquí por la educación de esos el rostro congestionado de aquella nig niños, pero siis padres no hacen caso.
dre. Estata feroz, Cou zaña increíble lo más extraño es que mi hermana golpeó el débil cuerpo de su hija: La tuvo una uiiez bien triste con su mavt muchas veces levantar su mano drastra. Parece haber olvidado la amatbianca y bella y descargarla sobre la gura de sus días de chiquilla: Cuando indefensa cabeza de la chiquilla, Era se casó crei que seria ulla madre cari: un espectáculo odioso y yo la aborre bosa porque sus dolores de niña los cía. La apostrofó con las mismas duras recordaría siempre y los evitaría sus palabras con que arrojó al perro: Quita hijos, pero como ves, me equivoqué.
de aquf, sinvergüenza. añadió; Quisiera matarten, La niña salió con las manos en la cabeze. hula hacia dentro cono si Si alguien me hubiese contado esos huyera de algo horrible. Había una hechos, yo habría ituaginado una hoininenisa desesperación en su carrera: rible madre, con el aspecto que tierea parecía como si todo hubiese acabado las ogras y brujas que ilustrar los li.
para ella, bros que leſ de pino.
Se había fijado la piña en que su.
madre la abrumo con la misma iinprecación con que lo hizo su perro? Así estarían confuudidos la niña y su per Después de aquel tiempo he tropeTTo en el corazón de esa mujer? zado en mi vida con muchas madres Mi exclamación y la voz iraclinda de parecidas a la de Ana. La educación su beruána llamaron la atencióu de que dan sus hijos se reduce alimenmi amigo. tarlos, vestirlos y maltratarlos con sus Salió de su cuarto intervino: Eres manos y con sus palabras. Una me muy cruel, Maria. le dijo. No oſ más; decla una vez, cou tono admirado, anibos bablaban con aceito codipritni babláudoine de unos sobrinos suyos: do. Cuando volvió a entrar me dijo Son niños quienes no pegati punca!
así, en tono confidencial, pero exalta figúrese Udi. Sonreí con aguargura y do: No sé cómo sou estas madresi ya miré con lástimia al pequeño que tenía ves cómo la trata; pues cuando cae sentado en sus rodillas. enfermia se desespera y 10 se separa. No hay escena para ini més repug.
111 momento de su lado; si un cliqui. pante y dolorosa, que ver una piadre lio de la veciudad le pega, arına un con la mano levantada amenazando buen alboroto y sin embargo ella lo sus hijos. No tienen ojos para ver el.
hace sin piedad. Ana olvidará los gesto de desesperación, de impotencia. golpes de sus compañeros, pero no y hasta de odio que hay eutouces en el olvidará nunca los de su madre. mi rostro de los niños? Si en sus corazome indigna mi hermana, te lo digo nes hubiera nalicia, sus labios sabrían francameuţe: figúrate que porque los decir: Para esto nos trajfsteis al miuo. nitios desgartan o ensucian sus vesti do? sobre todo, Tcuántos golpes!
dos, los maltrata con la mano y con la jujustos, dados por no saber leer los palabra, como si sus vestidos fueran sentimientos de los viños! Golpes que Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miquel Obregón Lízano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.