RENOVACION.
41 Las manos de las madres. Lo mismo que las flores, sus. Con el tiempo nos hicimos amigos: modelos, fiuesitas manos del Hacer Oficio de cáliz, que recoja Ella iba siempre inuy modosa y link al coco y ta mlet, para agrir al cuerpo y distribuirlo otros seres pia; se conocía que la habían acos que te lan menester. tumbrado andar al cuidado del traje: CARYZX SYLVA. Al llegar yo, corría encontrarnie: me Una de estas mañanas paseaba pot gustaba verla levantar hacia mí si las afueras de la ciudad. Al pasar por hociquillo riente y rojo y su pequeña Lilla casa de pobre aparieucja; me sort nariz respingada.
dolorosameute los gritos Cuando la pregunté cómo se llamme de un niño. Eu medio de la habita ba, me contestó: Anal. Bonito nomción que daba a la calle había una mu bre tienes, pequeña. De hoy en acle: jer de cara iracunda que descargaha lante te llamaré Auita. No me llame golpes en la cabeza de un débil niño Ud. Auita, me suplico. muy seria. Dide seis años, que agarrado a las rodi game Ana, simpleinente. Por aquí llas de ella, escondía el angustiado vive una chiquilla que pelea uiucho rostro entre las faldas, como si buscara contigo y todos la llarnau Azita; auxilio en la misnia que le maltrataba. quiero ser Ana.
Al alejarme con el corazón oprimido Luego pie contó que mi compañero, le oi decir soliozardo: 110 mue pegue era su tío Joaquín, que tenía dos hero, diás, mamita, que nunca volveré manos, uno que ya iba a la escuela y perder un cincov.
otro, inás pequeño que ella, más malo. Pobre niño, me dijo, seguramen. y lindo! La madre era una mujer joven te ba perdido 272 cinco. y. por ello sui y bonita, de rostro que nie pareció madre le golpea! Qué ironía!
lleno de hondad, Por un cinco borra todo recuerdo Tiene Ud. una preciosa niña, ser: amable que ella podría dejar en el co fora, la dije razón de su hijo.
Me sourió complacida y acarició Coutinué mni paseo liaciendo tristes su hija que se agarró a su falda. Es recuerdos. La escena que acababa de un movimiento de los niños que me presecciar, me hizo recordar una encauta. Hay en él todo tin poema dulce chiquilla que conocí ha inucho de teruura: él dice del amparo que tiempo.
ellos encuentran etitre los pliegues ou Esto sucedió durante mi último año dulantes del vestido maternal. pen. de Colegio y fué para buscar un com sar que veces se equivocan! Si las.
pañero de estudios, con el que me madres vieran la confianza que flota eri unía una intinia anuistad, que visité el ademán de sus hijos, al agarrarse. varias veces la casa de esta niña, La su falda, nunca dejarían çaer su mano: primera, mue encontré con taa mucha para maltratarlos.
chita seutada en el umbral de la puer. Cuando estuve en casa, peosé con ta, jugando con su muñeca. Teuía los cariño en aquella joven madre y at cabellos ondulados, de un rubio certi pensar en el amor con. que trataria ciento y de entre la gloria de crespos sus hijos, dije er til arranque de lirisbrotaba como una flor el rostro de co mo: ces una linda flor con tesoros de lor soprósado; su paricilla respingada aroma y quiet en su senon. Sin querer, impripía en él un aire picaresco, açen comparé la vida que debían tener aquetuado eu aquel momento por una man llos dichosos niños al lado de una maclita de jalea que lucía en la punta dre tan joven, tan lizda y en cuya faz.
de eila.
sólo encontrarían sonrisas, con mi vida Me causó una sensación deliciosa: de chiquillo, en el caseróa de mi tío, todos los uiños sonrosados y que son el rígido señor de x, siempre rlen mne la producen.
vigilado por el rostro de mis tías, dos Este documento es propiedad de la Biblioteca Nacional Miguel Obregón Lízano del Sistema Nacional de Bibliotecas del Ministerio de Cultura y Juventud, Costa Rica.