338 RENOVACION El grupo de jóvenes avanza canino quedó el campo, el surco recién abierto, de la ciudad, cabizbajos, tristes, sor las eras recién sembradas, la novia, dos al vendaval que les fustiga, miu una madre convalecieute, los peque.
dos. Todos llevan el traje de los fios cachorros de labrador, la ainable doulingos: pantalones de chinilla, cha, compañera, la ylitita de sardos de podequeta de casimir, banda de seda roja roso etupuje, todo un universo.
Al cinto, recién lavado el pita y con La boca. jumensa del cuartel se abre ancha cinta negra en la copa; bajo el pesadamente y traga aquel puñado de brazo estrujan seudos paquetes oloro labradores, aquella porción de vida. sos. ropa limpia, conteniendo los Alora, el campo puede echar sus esmeros de la anciana. tradre, de la cuentas; 41Da resta. Seis menos en los hermana y de la compañera qtie han hogares y en los surcos recién abiertos quedado en la tranquera, recorriendo y en las eras recién plantadas. Acaso con angustiosa mirada la extensión seis menos también en aquel concierto del campo o la via que lleva la ciu de afectos que una mañana hizo funtad, dirse el ascua de un abrazo.
El grupo no se advierte ya; atrás RUBÉN Coro Balada de Noviembre El verano regresa. Me lo ha dicho viejo amigo, y deseo poder explicarte el viento, que he oído al despertar esta la sensación que me invade al oirlo!
mañana; agitaba las: ramas de los Viene. de dóide? Consi murtaullo árboles y pasaba salmodiando con su extrafio, pasa étvolviendo mi casa y tono profundo; mientras tras sí dejaba luego sigue calle abajo y se va, se va.
cristales y puertas en temblor. para dónde? Yo pienso en bosques Al oirlo he recordado luego mi lejanos donde las hojas de los árboles amigo, aquel extraño y hernioso mu fueron lenguas cuando el pasó: en caschacho con el cual convine en que tillos ruinosos, por cuyos corredores y me trataría como un compañero. sombrías y grandes salas agitó su ala ¿Qué habrá sido de él? menudo invisible levantando el polvo que ho pienso en mi amigo, fúnebre y amargo, llaron quienes loy también son polvo; conio Schopenlauer, su autor predilec pienso eu la confortable cocina de ting to, pesar de su juventud.
casa de campo, donde afuera es de noAlgunas veces, sin embargo, sus che, sopla el viento y cae nieve; el sueños eran dulcemente tristes.
fuego brillando como una custodia de De éstos conservo algunos que arran oro ed el hogar, y rostros tranquilos de có de su diario para dejarme como un niños, hombres y mujeres, alumbrados recuerdo, por la luz temblorosa de este fuego; He buscado y vuelto leer las pági la abuela con su cabeza blanca que nas que escribió al principiar el verano parece tu copo de nieve que se fumule de 190.
en oro al contacto del reflejo de la llaNoviembre, Domingo 3, Ya ves, el ma alegre, deja oir sui voz carsina que verano quiere regresar. Esta pedru parra historias de aparecidos a los nie.
gada me ha despertado el viento, ese tecillos rubios que la oyen con sus viento heraldo de la estación de las ojazos abiertos.
ardes rubias y melancólicas, Pienso en la juventud dulce de Afuera agitaba las hojas de los plá mis hermanos los árboles, que muere tanos. Movía los cristales de las venta cuando el viento del otoño viene, llenas, las puertas, y se colaba por las vándose las hojas que pasau arrastráriTendijas. No sabes lo qite ml më ğus dose conjo adioses tristes.
ta ese vientoi Lo quiero como un Al soplar por los agujeros, paré.