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REPERTORIO AMERICANO 221 tico, y en el mando, dió una lección de limpieza que ya ven muchos, que todos verán mañana. La lección del sacrificio de su vida de escritor a los duros deberes de la ciudadanía, al peligro de andar sobre la cuerda floja que es hoy un gobierno nacido del pueblo y para beneficio del pueblo, y el espectáculo actual de las charreteras y el dinero contra la legalidad y la inteligencia, allí quedan. Feliz de usted hoy y mañana. El atentado cometido contra la democracia y la cultura, encarnadas en un hombre como usted y en un nombre como el suyo, no halla justificación, ni la hallará, cada día menos. En la euforia del triunfo, los autores, los cómplices, los propiciadores, los provocadores, los deseadores y los beneficiarios del golpe a la postre nadie será beneficiariobuscan, esculcan, hurgan, revuelven, sacuden y estrujan los hechos para encontrar justificaciones. No las hallan. Todo resulta juego verbal, habilidad, sofisma, mentira o eructos de odio.
Allí se estrellan los inteligentes tanto como los necios.
En principio, no hay mayor mal, ni mayor surtidor de males, en cualquier parte, que un ejército deliberante. El cambio violento de gobierno puede admitirse, y aun es necesario y conveniente, cuando el pueblo encabeza la inMis versos (En el Rep. Amer. Envío de la autora. DUDA Ofreciste a mi vida crepúsculos y auroras para tejer ensueños y recordar después; paisajes tarde y noche; estrellas, lago y luna y un vestido de besos para toda mi piel. mi alma insatisfecha ese amor sin hastío, que da vida un instante y que mata después. mis labios sedientos: vida y vino en orgía.
La gloria en unos días, pero mañana. qué?
Dejaste en mis oídos con las frases más bellas: palabras sortilegio, embrujo y embriaguezmuy valiente o cobarde, yo desvié nues tas rutas.
Ahora surge una duda. bice malo hice bien?
AUSENCIA Manos que se alargan sin llegar a estrecharse.
Palabras que aún perduran y voces ya sin eco, surrección o cuando, al menos, toma parte importante en ella. en la América Española, por la negra tradición del ejército deliberante, por el flanco vulnerable que la ilegalidad descubre ante los intereses extraños, el cuartelazo no puede ser visto sino con duelo y aun terror.
Del cuartelazo no puede salir más que otro despotismo, después de una terrible lucha entre los que se creen con derecho al mando, o una sangrienta guerra civil. Qué buenos pronósticos pueden hacerse sobre un gobierno militar que viola la misma voluntad que él apoyó. Con qué autoridad moral puede proteger a su pueblo y hablar ante el extranjero?
Que el pueblo se haya sometido si es verdad que se sometió no puede indicar colaboración ni aceptación. Qué han de hacer las manos inermes cuando brillan las bayonetas, las ametralladoras y todo el material motoblindado moderno. Quién, qué poder bueno o malo, fuerte o débil, quién puede dar más crédito a este típico pronunciamiento que a la elección que le llevó a usted al gobierno, con todos los reproches de violencia y soborno que le atribuyen los mismos que ayer la sancionaron?
Que el gobierno de usted era incapaz. Así dicen: incapaz. Qué capacidad intelectual, moral, legal tienen los militares para juzgar la de Rómulo Gallegos y su grupo de jóvenes fervorosos. Cómo puede nadie hablar de ella con sólo nueve meses de administración. Qué derecho tiene nadie, valido de tan pobres argumentos, de tronchar la primera elección directa del pueblo venezolano? Mañana acusarán de cualquier cosa al nuevo gabinete que han formado, o al que salga de las elecciones que prometen para pronto, y lo derrocarán también.
Inevitablemente vuelve la pregunta. en qué mínimo aspecto puede ser esta situación mejor, más estable, más fuerte, más respetable que la que usted presidía. No. Sólo el odio ciego, el rencor destructivo, los intereses egoístas o la total falta de cordura pueden ver sin espanto la desgracia caída en esta hora aciaga sobre América.
Salí de Venezuela en septiembre sintiendo sabiendo lo que iba a ocurrir. Pude sentirlo y saberlo porque recorrí el país y hablé con muchas gentes. Vi el fervor y la honestidad de sus colaboradores y vi la fuerza material. militar, financiera de sus enemigos. Vi 12 joven planta democrática que crecía y también vi la cizaña cavernícola, caudillista, seudoaristocrática que quería coparla, que iba a coparla. En las tres charlas que di a mi llegada a Nueva York en el Instituto Hispánico, en el Centro de Redactores Hispanos, en el Centrc Mexicano no dije mis temerosas previsiones con toda claridad, por no dar alas al mal. Hablé de Venezuela pueblo al que aprendi a querer desde mi infancia costeña, a admirar desde una adolescencia encendida por la admiración a Bolívar, a Sucre, a Bello, a Cecilio Acosta con cariño y con tristeza.
Repeti cubriendo la dolorosa verdad de colores esperanzados lo que ya había yo dicho a mis amigos del gobierno y a los pocos viejos amigos que estaban abiertamente en la oposición, y que también me recibieron cordialmente en Venezuela. De la reseña que de una de esas charlas publicó en El Nacional de México y en El Mundo de La Habana, en octubre, el joven periodista cubano Roberto Esquenazi Mayo recojo estas frases: Hay dos clases de oposición, en Venezuela: una legítima, de hombres en desacuerdo fundamental con los Que aún vibran en los nervios y queman en la sangre.
El tenerte tan lejos y sentirte tan cerca.
Voces que aún embriagan, rumores en el tiempo.
Luces de las tardes teñidas de reflejos.
Manos que al juntarse con manos otros días, abrieron un sendero de rosas al recuerdo.
INQUIETUD Ven. Vamos al campo a deshojar distancias. No ves que nube el tiempo baila danza gitana?
La vida es inquietud que ha tenido un instante.
La brisa está leyendo una canción profana.
Vamos. Deja el trabajo. Ya se impone el descanso.
Tengo para tu espíritu, tengo para tus ansias, paisajes de una selva tropical y extraña, con bambúes silvestres y musgo y enramadas.
Un reloj. loco arroyo cuenta el tiempo que avanza con risa de agua clara. Mientras, la carretera abre el interrogante. Somos hoy o mañana. Somos luz de mañana o somos noche de ayer?
Deshojarán distancias, dando adiós a los vientos, mientras mis manos alas los pensamientos rudos borrarán de tu frente. Me dirás? No hablaremos.
La emoción es alarde que se pierde en la nada. Pensarás? Imposible. La emoción va al cerebro y al sentir, solamente habrá en un instante, agua, nubes, brisas mutables cual el tiempo, o selva, primavera, amor, tú y yo y nada.
Nelly RICHARD Panamá, enero 1949. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica