REPERTORIO AMERICANO CUADERNOS DE CULTURA HISPANICA Tomo XLV San José, Costa Rica 1949 Miércoles 30 de Marzo No. Año XXIX No. 1078 Coral de NONUEVO Todas las noches leo tu descripción, tus ríos: ellos guían mi sueño, mi exilio, mi frontera.
Toco tus trenes, paso la mano a tus cabellos, me detengo a pensar en la ferruginosa piel de tu geografía, bajo los ojos a la luminaria esfera de arrugas y de cráteres, hacia el Sur mientras duermo va mi silencio envuelto en tus finales truenos de sal desmoronada.
PARA LA PATRIA SEN TINIEBLAS Cuando despierto (es otro el aire, la luz, otra la calle, el campo, las estrellas) toco la rodaja de espino tuyo que me acompaña, cortada en Melipilla de un árbol que me dieron. miro en la coraza del espino tu nombre, áspero Chile, patria, corazón de corteza, veo en su forma dura como la tierra, el rostro de los que amo y me dieron sus manos como espinos, los hombres del desierto, del nitrato y el cobre.
Sta El corazón del árbol espinoso es un círculo liso como un metal bruñido, ocre como una mancha de dura sangre seca, rodeada por un iris azufrado de leña, y tocando este puro prodigio de la selva, recuerdo sus hostiles y ensortijadas flores cuando por las guirnaldas espinudas y espesas el perfume violento de su fuerza te arroja. PABLO NERUDA así vidas y olores de mi país me siguen, viven conmigo, encienden su terca llamarada dentro de mí, gastándome y naciendo.
En otras tierras miran a través de mi ropa, me ven como una lámpara que pasa por las calles, dando una luz marina que traspasa las puertas; es la espada encendida que me diste y que guardo, como el espino, pura, poderosa, indomable. En el Rep. Amer. Atención del autor. II LOS HOMBRES DE PISAGUA Feliz año, chilenos, para la patria en tinieblas, feliz año para todos, para cada uno menos uno, somos tan pocos, feliz año, compatriotas, hermanos, hombres, mujeres, niños, hoy a Chile, a vosotros vuela mi voz, golpea como un pájaro ciego tu ventana, y te llama desde lejos.
Patria, el verano cubre tu cuerpo dulce y duro, Las aristas de donde se ha marchado la nieve galopando al océano con labios turbulentos, se ven azules y altas como carbón del cielo.
Tal vez hoy, a esta hora llevas la verde túnica que adoro, bosques, aguas, y en la cintura el trigo. junto al mar, amada, patria marina, mueves tu universo irisado de arenas y de otras.
Pero la mano que te acaricia se detiene junto al desierto, al borde de la costa marítima en un mundo azotado por la muerte. Eres tú, Patria, eres esta, este es tu rostro. Este martirio, esta corona roja de alambres oxidados por el agua salobre. Es Pisagua también tu rostro ahora. Quién te hizo daño, como atravesaron con un cuchillo tu desnuda miel?
Tal vez, tal vez. Quién soy para tocar de lejos, tu nave, tu perfume? Soy parte tuya: círculo secreto de madera sorprendido en tus árboles; crecimiento callado como tu suave azufre; estentórea ceniza de tu alma subterránea.
Antes que a nadie, a ellos mi saludo, a los hombres, al plinto de dolores, a las mujeres, ramas de manio, a los niños, escuelas transparentes, que sobre las arenas de Pisagua fueron la patria perseguida, fueron todo el honor de la tierra que amo.
Cuando sali de ti perseguido, erizado de barbas y pobreza, sin ropa, sin papel para escribir las letras que son mi vida, sin nada más que un pequeño saco, traje dos libros y una sección de espino recién cortada al árbol.
Los libros: una geografía y el Libro de las aves de Chile.
Será el honor sagrado de mañana, haber sido arrojado a tus arenas, Pisagua: haber sido de pronto recogido a la noche del terror por orden de un felón envilecido y haber llegado a tu calcáreo infierno por defender la dignidad del hombre. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica