REPERTORIO AMERICANO 349 Sentir, pensar, hablar!
Por Fresia BRENES de HILAROV (En el Rep. Amer. Temprano de la mañana, una brisa fresca en la piel y el pensamiento, mirando el cielo y añosos árboles gigantescos que me contemplan bellos, me digo: La contemplación, el indagar dentro de sí es lo más bello de la vida! Pero oigo la sinfonía de un cardenal que llama y vuelve a llamar feliz! no, no hay como su canto! No hay como el arrebato al ver ese aeroplano que sereno cruza el firmamento. No hay como estas gladiolas hermosas al alcance de mi mano. como este temblor interno que sacude el alma al plantarme frente a frente. Todo esto es el hombre y el hombre es su pensamiento y su pensamiento es su lenguaje. Si sube a los labios con el acento de España o de Sajonia.
España. madre cuna que esparció su palabra por el mundo. Español! Se vuelca un cántaro de memorias y sonidos Madrid, Sevilla, Alcántara, Guadalquivir, veo sus danzas, su gente, narices aguileñas, ojos negros, la peineta en la trenza, la sonrisa en la boca.
Lazarillo de Tormes, Gil Blas de Santillana, mi Don Quijote Bertoldo, Bertoldino y Cacaseno. los días enteros leyendo, las noches que a escondidas leía. Detrás de la biblioteca, debajo de la cama, en el árbol de naranjas, en la escuela, caminando! Todos aquellos innumerables libros de poesía: Alfredo de Musset, Jorge Sand, Byron, Silva, Darío, Balzac, Tolstoi, todos todos. libros que por venir de la biblioteca de mi padre y de mi tío eta amplia, sabia, escogida. No comprendia entonces que era la mejor literatura del mundo, leía porque era el respirar de mis pulmores. Sin el libro no vivía.
Cuando fui transplantada de mi tierra cálida, de mis montañas a tierra extraña, mi rebel ón fué grande y por dos años rehuse ir a la escuela. Dos años que impelida por esa hambre y sed constante de leer, me vi obligada a tomar libros en inglés. Al principio no entendía nada. Buscaba aquellos libros que conocía en mi lengua y poco a poco todo estaba ante mis ojos claros nunca busqué un diccionario, la intuía en aquellos dos años de devorar incesante la literatura mundial en inglés la reconocía pero a pesar de que comprendía 10 sabía hablar. Pronunciaba como leía. Qué horror! No comprendo como nadie me entendiera cuando desesperada por el ansia de aprender esta lengua que ahora era tan mía, como la de mi madre, decidi ir a la escuela. Llegué y comencé entonces a escribir poesía. Tomé todos los cursos de inglés, lo otro no me importaba, a insistencia de mi padre asistí a clases de historia, geografía, mecanografía, etc. Me cogió pasión loca por escribirle y durante diez años me dediqué por completo a esta maravillosa lengua. Un día de repente la sentí esclava a mi pensamiento, dueña y señora. La abandoné y comencé otra vez a leer solamente en español. Cómo me rebosaba el corazón el retornar, fué entonces cuando comencé a publicar versos en ella. Lengua nativa, niñez, candor, limpias aspiraciones, sueños, amor de siglos sangre de mis venas! Poco a poco vi que unos días me tendía por un sendero otros volaba en otro. veces la satisfacción intima de mi mente residía en una lengua, otros en la otra. Mi escritorio contenía cuaderros escritos unos en inglés otros en español. veces, meses después de sentir y escribir algo en inglés, sin pensarlo brotaba en español. Otras solamente el español era capaz de darme regocijo, interpretación de un sentimiento. Por esa razón la obra se mantuvo original en cada lenEl ritmo mental de cada una es singular y único, casi se puede decir, opuesto. El español es para mí el agua. Fuente maravillosa, scnido, melodia clara, vivificante y como el agua refleja apacible o clama como un mar.
El inglés es montaña, peñascos áridos, roca inconmovible, riscos que rasgan los cielos! Bañada en árboles y cantos de pájaros, el águila en la cumbre. Fuerte, indiferente, conmovedora. Una ternura eterna, la otra fuerza! veces siento las dos fuerzas del universo, masculina y femenina enlazadas como lo somos por el amor en cada una de ellas. Psicología interesante esta de la creación, el germinar y brotar del lenguaje! Mi padre me decía: Nunca cometa el error de confundirlas, estudie a fondo, lea en voz alta, adquiera un vocabulario tan amplio en cada uno, no se diga usted esto se dice mejor en inglés o en español. Cada una es suficiente en sí, porque cada una tiene su causa, su entidad, ha servido siglos a una raza, a un pueblo. Es verdad que las lenguas se modifican, adquieren nuevos vocablos, cambian la pronunciación, que palabras mueren o nacen, y por eso es necesario estudiar, intuir qué es cambio y qué prostitución de la lengua. En muchos casos el escritor, el poeta sobre todo, enriquece, crea lengua nueva. Sonriendo Ya le dirán a usted o que traduce de una a la otra o que no la coroce; no le importe, recuerde que usted es una precursora del escritor de este continente que manejará dos o tres lenguas como propias. No he querido la elaboración del pensamiento en mi obra; ser clara, límpida, ha sido mi motivo, comprendiendo que el ansia de ser diferente enturbia la voz de muchos moder11os. No he querido usar el diccionario de insa piración. En el goce mismo de conocer la lengua se usa el diccionario, se aprenden las palabias, pero la palabra no se debe usar si no se siente, si no lleva consigo asociaciones íntimas.
Usar la palabra simplemente como palabra, por ser esotérica, fantástica, desconocida, es mostrar lo poco del espíritu. Las palabras se usan como violines, por sus sinfonías, cuerdas que llevan ecos de recuerdo como flores conocidas enlazadas en colores. Como estrellas con laz propia que destellan como luciérnagas que a veces nos miran y otras se esconden.
El lenguaje es una fase de lo complejo que es el ser humano.
Cuando volví a Costa Rica después de una ausencia de muchos, muchos años, invariablemente a los pocos minutos de conversación con amigos o familiares, se me decía: Pero no tiene usted acento ninguno, habla como si nunca hubiera salido de Costa Rica, no está metiendo palabras de inglés como lo hacen tantas gentes que vuelven después de dos o tres años de ausencia.
Papá y yo nos mirábamos. Cómo era posible para mí, hija del mejor maestro de la lengua, olvidarla, ajarla, insultarla; la amaba y la usaba con cariño. Cómo era posible cuando en mi casa no se habló de vos, para no contaminar el verbo! Cuando papá nunca nos dejó decir zacate por césped, mecate por cuerda, borona por morona, etc. etc. No porque ro reconociera la palabra como lengua americana, sino porque decía. Ustedes aprenden todo eso fuera de casa, aquí lo dicen correctamente, a lo español. Para mí al volver a mi patria el deleite era usar expresiones, vocablos que no había usado en tantos años! Comer chicharrones, chorizos, caminar en las calles recordadas y hablar mi lengua era todo uno!
Muy mío. La lengua no es muleta! Es el avión del espíritu, dos lenguas amadas, comprendidas, son dos pares de alas prendidas a la espalda y se lanza uno al azul con toda el alma usando las unas o las otras, al antojo, al azar, determinadamente, consciente.
En Milwaukee, Wis. Setbre. 1949.
Sembremos (En el Rep. Amer. Sembremos todo el campo de robles y de pinos para cubrir de barcos los anchurosos mares, y sembremos naranjos en todos los caminos para llenar nuestra alma de blancos azahares.
Sembremos sombra amiga para los peregrinos, para los que nacieron sedientos de cantares y como si llevaran al hombro sus destinos caminan agachados cargando sus pesares.
Sembremos para el hombre que nos da su cariño; para el hombre que goza y para el hombre que llora; para los que nos fingen que son nuestros amigos.
Sembremos las sonrisas que necesita el niño y llenemos con ellas el cesto de la hora para obsequiarles flores a nuestros enemigos. Francisco VILLALOBOS ROJAS.
gua.
Zapote, San José. Setiembre de 1949. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica