94 REPERTORIO AMERICANO El libro en ferias en la propia Ciudad Luz, por personas al tan Renán, no acertaba con la efemérides que le mi libro Vida y pasión de la cultura en Améto de la vida del diplomático tico.
solicitaba su jefe, por lo que éste le sermoneaba rica. Lo contraponía entonces al Ande, olviSi mis informes son exactos, don Manuel amablemente, diciéndole: dando la llanura. Hoy vuelvo sobre mis pasos María de Peralta llegó a París en circunstan. Hay que estudiar la historia que es la y enfoco el tema de otra manera. Se trata de cias aflictivas y hubo de poner a contribución maestra de la humanidad, pues los aconteci un asunto más vasto: psicológico. Los tropicasu talento, su ingenio y hasta su audacia para mientos se repiten y constituyen, por lo mis les existen a menudo fuera del trópico, y los sobrevivir. Vino a resolverle su situación, de mo, una saludable lección para quienes ahora polares, andinos o pampinos, en pleno corafinitivamente, el General don Tomás Guardia, vivimos.
zón de la manigua, abobados por calores irresque llegó a la capital francesa en calidad de Si la efemérides de turno era, por ejem pirables y por verdes que enceguecen.
presidente de Costa Rica. El magnate, oue era plo, la correspondiente a la angustiosa noche Todos nos hemos equivocado muchas vehombre amigo de divertirse, encontró en su de San Bartolomé, Peralta, esponjándose como ces, pero, a Dios gracias, solemos rectificarnos, paisano el hombre que podía soñar part que un pavorreal añadía: lo cual ensalza nuestra inteligencia. En este tele sirviese de cicerone por los vericuetos galan. Carlos IX era un calzonazos que se de ma del trópico, confundimos, primariamente, tes de Montmartre.
jaba gobernar por su madre, la cruel y astuta las dictaduras pintorescas de Centroamérica De ahí que cuando el General Guardia re Catalina de Médicis.
con la inspiración de sus poetas; hicimos una gresó a la sede de su gobierno se preocupara Mario Sancho había observado que la pre sola cosa del arrebato locuaz de sus oradores de la suerte del marqués, al que hizo dar un gunta de índole histórica que le formulaba don y de la parquedad metafórica. No nos dimos puesto en el consulado parisiense, que le per Manuel María todas las mañanas, sobrevenía cuenta, sino hasta hoy, de que dictadores cenmitió ir tirando; colarse después en la lega después de una visita del Ministro a la biblio troamericanos los hay hasta en respetables esción, donde sus entronques sociales le facili teca; por eso, penetró furtivamente en ella pa tados, donde se enarbola la razón y se consitaron el matrimonio con una señora Gontaut na indagar de dónde procedía la rebosante y dera el cálculo en preponderante puesto. PorBiron, de la más rancia aristocracia francesa. siempre oportuna erudición del marqués. No que épocas hay, las de infancia o adolescencia, Cuando conocí a don Manuel María, en su tuvo que buscar mucho, pues sobre un facis cuando se constituye algo nuevo, en que priresidencia de la Avenida Henri Martin, era de tol se tropezó con un lujoso volumen abier ma el tropicalismo, y épocas, cuando madura cano del cuerpo diplomático de París, en tan to a manera de misal que era nada menos algo que dejó de ser nuevo, cuando prima la to que su esposa criaba perros finos que gana que el Libro de las Efemérides. Penso enton frialdad y triunfa el racionalismo. Si hacemos ban los primeros premios en las exposiciones ces que le podía dar una lección a su jefe, es un examen de conciencia, caeremos hoy en la caninas. Rubén Darío, al que atraían los tí condiendo incontinenti el tan manoseado ma cuenta de que Asturias, escritor centroamericatulos nobiliarios, dedicó a la Marquesa de Pe motreto. Lo hizo tan presto, que no lo vio ni no, coincide en la euforia imaginativa con los ralta un soneto que comienza así: siquiera Bibi. el perro favorito de la mar más ajustados cánones de la imaginería del quesa. El olímpico cisne de nieve frío Valery. Voila.
con el ágata rosa del pico, Al día siguiente, don Manuel María perlustra el ala eucarística y breve maneció callado a la hora de la efemérides, por que abre al sol como un casto abanico.
lo que Mario, para inducirlo a hablar, le preguntó. Ministro. qué acontecimiento conme(En El Tiempo de Bogotá, Todos los días, antes de iniciar el traba mora hoy el mundo?
noviembre 19 de 1948. jo oficinesco, don Manuel María preguntaba Don Manuel María se hizo el sordo y, a su attaché, a manera de aperitivo, qué acon malhumorado, ordenó a Sancho lo siguiente: Se agita a impulso del viento, en una de tecimiento celebraba en esa fecha la humani. Escribale al joven Quirós, que la Le las más concurridas calles de Popayán, una dad. Mario, que en sus horas de ocio que Mario SANTA CRUZ.
ancha faja de lienzo atravesada de un alar a eran las más del día se ocupaba en leer a Bogotá, marzo, 1949.
otro, con este anuncio: Feria del Libro. en letra roja de gran tamaño. Pasan los días y las CUADERNO DE BITACORA semanas sin que la feria se realice. En la fecha sañalada par su inauguración los libreros no habían acudido con sus mercancías las gentes aficionadas a la lectura, parecen mirar con inPor Luis Alberto SANCHEZ diferencia el aplazamiento, en que acaso no tienen fincadas ningunas esperanzas. En el Rep. Amer. La institución de la feria del libro decae, según las apariencias, y anturalmente merma La calle se hunde como la hoja de una Domador de Pulgas, dotes en verdad difíciles también la afición a la lectura de libros. El espada quebrada en el puño de la plaza. Los de igualar. Eran tan frescas sus imágenes y tan cine, el radio, las historias gráficas y el perióárboles hechizan la ciudad entera. La tela del sencillas, que respiraban aire bíblico, y no lle dico diario, parecen satisfacer el anhelo de cogadísima del sueño se puebla de sombras que la naba su obra ese jadeante y caótico impulso nocimiento y las aspiraciones metafísicas de hacen temblar. El aliento de los árboles ale. tropical si se quiere de Neruda y Hui una gran parte de la humanidad. Entre nosja las montañas, donde el camino ondula co dobro. Porque en Altazor se encuentran más otros se añade a las causas de desprestigio del mo hilo de humo. Son imágenes arrancadas rasgos de trópico que en Revenar, y El habi. libro la cifra alarmante de los analfabetos. Ande Guatemala, una maravillosa estampa de Mi tante y su esperanza de Neruda trasuda mayor tes de ahora la indiferencia de los gobiernos en guel Angel Asturias. No puede ofrecerse nada exuberancia que Leyendas de Guatemala. materia de enseñanza elemental era corregida, más gráfico y fresco. Esta es poesía de diecio Ciertamente, el trópico, por su espléndida aunque en pequeña escala, por la voluntad de cho quilates. Tropical? Paul Valery, ese gran naturaleza predispone a la lujuria imaginativa algunos individuos que se sentían aislados y arquitecto de metáforas, declara en la página y verbal. Quizás más a ésta que aquélla, y ahí en posición inferior de la sociedad por su ignoliminar que las leyendas lo han dejado tras reside su flaqueza. Pero, se trata de dotes in rancia para la interpretación de la palabra espuesto. He aquí al trópico impresionando dividuales, comunes a cualquier latitud y, por crita, y se esforzaban por hacerse dueños de una mente de tan fríos contornos como la de cierto, nada dignas de reprobación o menos ese conocimiento. Hoy el cine hablado en esValery, poeta extraviado y gran ensayista. precio, que de otra suerte iría en detrimento pañol el radio y la historia gráfica lo alivian Las frases de Asturias y el comentario de de todos nosotros, ya que Rubén Darío, un parcialmente de la pesadumbre agobiadora del Valery traen a colación un viejo tema: de si tropical de Nicaragua, y Enrique Gómez Ca analfabetismo. el libro pierde por lo tanto.
existe un estilo tropical.
rrillo, un tropical de Guatemala, y Rafael Aré una parte pequeña, pero claramente perceptiEn algunos países, especialmente en Chi valo Martínez, otro tropical guatemalteco. ble, de su significado como elemento cultural.
le Argentina, se ha dado en llamar tropi marcaron con su impronta los caminos del arte Además, parece que se conjuran contra el cal a todo lo excesivo. Sin embargo, hay mu americano.
libro en esta amenaza de días peores y de incho exceso en algunos escritores fríos. y No quiero volver a discutir aquí, si exis capacidad de los gobiernos y de los particulares gran medida numerosos tropicales. Por te un estilo maya. pues eso restringe el te para sortear escollos fiscales y económicos, la ejemplo, Max Jiménez, ese costarricense de in ma, lejos de ampliarlo. Prefiero referirme a un pobreza, la incertidumbre y la desidia. En Cocoercible fantasía, lucía en su Revenar y su estilo tropical, de lo que hablé alguna vez, en lombia, país de poetas y de letrados, el libro El mito del trópico en Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica