AnarchismWorld War

REPERTORIO AMERICANO 191 quico del absolutismo triunfante en el antiguo continente. Con admirable sincronismo los pueblos americanos de origen latino se insurreccionan, luchan con denuedo, derraman su sangre, vencen unas veces, son derrotados otras, hasta que, por último, después de la batalla de Ayacucho, adquieren la certidumbre de ser dueños absolutos de su independencia y libertad. Qué es lo que acontece luego cuando desaparecen las amenazas exteriores? Suena la hora de organizarse constitucionalmente. Cada nación tiene que dar el ejemplo de su capacidad para el gobierno propio. Mas el tránsito de la guerra a la paz no se lleva a término con la naturalidad del paso de la sombra a la luz.
Sobrevienen las discordias entre los hombres dirigentes que, al reunirse en Asambleas, no logran ponerse de acuerdo. La falta de armonía se vuelve difícil, a veces imposible. El desorden se generaliza hasta la anarquía, ésta hasta las guerras civiles, que desembocan, cuando no en la dictadura de un grupo, en tiranía de un déspota. La morada de la libertad se convierte en morada de caudillos prepotentes que les niegan a los pueblos las garantías y derechos que les acuerdan en las cartas políticas, porque las constituciones liberales, después de prolongadas contiendas y retrocesos, fueron finalmente sancionadas en todas las naciones de Hispanoamérica.
Un sagaz y erudito profesor inglés, Mr.
Cecil Jane, que conoce a fondo la historia de España y de sus ex colonias, ha estudiado de manera muy feliz las características políticas de las repúblicas de América. Advierte dos aspectos comunes. En todas ellas, dice, se han promulgado constituciones del tipo más liberal y democrático; en todas ellas han surgido, de tiempo en tiempo, dictadores cuyo poder absoluto se ha ejercido ya de una manera descarada, ya bajo un tenue velo de formas constitucionales. Con tal frecuencia se ha establecido ese poder en muchos de esos países, que en ellos se ha dado una casi perenne y completa contradicción entre la teoría, entre el nominal y el verdadero sistema de gobierpo. La teoría reconoce la soberanía del pueblo, el derecho de los ciudadanos a darse el gobierno que más les plazca, el ejercicio inalienable de la libertad de palabra, de prensa, de cultos, de asociación para todo fin legítimo, de comercio, de tránsito, de disponer a su albedrío de su propiedad y sus bienes, etc. Pero en la práctica, subraya Mr. Jane, en todas y cada una de las repúblicas ha existido a veces, en la realidad, un régimen muy distinto.
En algunos casos el poder ha sido arrebatado por individuos que han suspendido o derogado la Constitución y que, descaradamente, han afirmado su propia y despótica autoridad. El estado de sitio para casos excepcionales, se ha convertido en ciertos países en estado permanente. El resultado es visible. Que la dictadura sea franca o disimulada, las libertades dejan de ser efectivas. qué se debe ese contrasentido entre la teoría y la práctica, entre lo ideal y lo real? Débese, responde Mr. Jane, a que en Hispanoamérica existen dos clases de hombres o de temperamentos: de un lado se agrupan los devotos de la libertad, los que piensan que vale más vivir en la escasez o en la miseria, que disfrutar de todas las dichas materiales, pero sin libertad. En el lado opuesto militan los que invocan la eficiencia en el gobierno y prefieren el orden sin libertad a la libertad sin orden.
Ambas premisas son erróneas. La libertad sin orden no es libertad, así como el orden sin libertad no es orden. El drama político de Hispanoamérica consiste en el persistente culto de la fuerza, apenas semivelado, por las libérrimas constituciones escritas.
La orden del día en nuestro pobre planeta es hoy precisamente el romper los sellos que guardan las arcas cerradas de ciertos pueblos y ver sus adentros y aprender en esa gruta oscura cuánto allí hay que dé una clave para tratar los jeroglíficos llamados China, o Indostán.
o América del Sur.
Eso que llaman búsqueda del conocimiento, y que es, por excelencia, la tarea del hombre, requiere instrumentos sutiles. El primero de ellos es el aprendizaje de idiomas. Ustedes adoptaron este oficio fino mucho antes de que la segunda guerra mundial sacudiese a los adormilados e hiciese ver a los ciegos. ustedes van a ser en cinco años más quienes den testimonio recto y claro a los dirigentes de los Estados Unidos sobre los países mal deletreados, mal averiguados, que son los nuestros. Es categoría subida esta de traducir el espíritu de las razas. Pero es también trabajo muy bello, porque se trata de ver y tocar raíces y sacarlas a la luz.
QUÉ HORA ES. Lecturas para maestros: Nuevos hechos, nuevas ideas, sugestiones, incitaciones, perspectivas y rumbos, noticias, revisiones, antipedagogía.
ON UN El aprendizaje de un idioma fué siempre una aventura fascinante, el mejor de todos los viajes y el llamado más leve y más penetrante que hacemos a las puertas ajenas, en busca, no de mesa ni lecho, sino de coloquio, de diálogo entrañable.
Los sudamericanos no somos gentes de puertas atrancadas. Excepción hecha del indio puro que es huidizo, en cuanto a criatura herida y traicionada, los demás, el mestizo y el blanco del Sur, somos de una indole fácil y fluvial. Nos gusta el extraño, por una curiosidad colombina de costas nuevas; viajamos bastante, somos projimistas. es decir, cristianos que aman convivir. Somos dados al trueque o comercio de las almas, en el sentido que dió a esta palabra aduanera el francés Valéry.
Cuando ustedes, con nuestro idioma a flor de pecho, vayan a nuestros pueblos, allá les pagaremos las marchas forzadas de los cursos de español con la moneda de la cordialidad rápida y de la lealtad. Juntos hablaremos de nuestros problemas, juntos corregiremos los feos errores del pasado, como quien enmienda planas de cuaderno escolar.
En cuanto al volumen del idioma español, no es nada angosto ni leve; el alumno siente, como el bañista de río, que se ha metido en un torrente. La riqueza del castellano cs realmente la de una catarata. Mucho creció la corriente verbal por el vaciadero de las generaciones y allí está ahora despeñada sobre un muchacho californiano que la recibe, cegado del resplandor y aturdido de la música vertical.
Las demás aventuras se quedan chiquitas ai lado de ésta; son nonadas. Aquí es el trance de volverse niño y aventar el amor propio, aceptando el balbucear, el caer de bruces a cada rato y el oír las risotadas del corro. el reído ha de reír con la clase entera y no enojarse como los vanidosos. En esto ayuda el buen humor americano, linda virtud. ustedes, californianos, no se les ocurre que van a perder la batalla. Como el niño, vais aprendiendo sin saber cuánto, y pudiendo, y alcanzando. Pocas cosas se parecen más a una infancia que el aprendizaje de lenguas, y nada hay tan lindo como el trance de parar en seco la adultez, de hacer una pausa en ella y echar a correr por el espacio liso de la puerilidad, del deletreo y el pinino. aquí también es lo del querer para al(Concluye en la pág. 188 La aventura de la lengua Por Gabriela MISTRAL (En La Nación de Buenos Aires.
Marzo de 1947. Vivo agradeciendo a ustedes, californianos, día a día, y pueblo a pueblo, el interés y el amor que vuestro Estado pone en la enseñanza del español. Vengo de hacer una ruta sigzagueada de lenguas diversas, y he visto la suerte del castellano a lo largo de esta cinta de mi viaje, tendida entre el Brasil, Suecia, Inglaterra y los Estados Unidos.
Los dos puntos en los cuales hallé nuestra lengua servida con vehemencia fueron los más opuestos que darse pueda: Suecia y California.
En los dos sitios probé una verdadera euforia al comprobar que el castellano gana almas como quien siembra y cosecha a brazadas en ritmos alternos.
Sigue en el mundo la conquista de las tierras ajenas y la de los cuerpos ajenos: la vieja Conquista bruta y ávida no se ha acabado.
Es la empresa resabida de brazo y coacción, de manotada y hierro, y sigue siendo odiosa, aunque se emboce de Derecho y de Bien. Prefiero a la eterna maniobra arrolladora de tierras y cuerpos, la empresa ganadora de almas, que es la expansión de cualquier idioma. Esta acción pascual de compartir el espíritu ajeno, esta marcha silenciosa de un habla sobre territorios incógnitos, no significa invasión sino apropiación recta y feliz, y me alegra las potencias; hasta me las pone a danzar.
Comprender fué siempre goce. Si nos hace dichosos entender las funciones vitales en la planta y aprender las maniobras del instinto en los animales. cómo no va a ser felicidad seguir el alma de una raza en su verbo. Texto inédito leído en la Universidad de California. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica