Omar Dengo

166 REPERTORIO AMERICANO cación Pública hacia 1920. Director de la Biblioteca Nacional durante varias administraciones.
Arraigado en Costa Rica, no hay quien de allí lo saque. Pero su lator lo lleva, cada vez que sale el Repertorio Americano, de uno al otro confín del Continente.
ANTONIO URBANO EL GREMIO TELEFONO 2157 APARTADO 470 sitio de honor en el parnaso centroamericano.
Pero además, profundo conocedor del francés y del inglés, tradujo El pájaro azul de Maeterlinck, el Tú y yo de Paul Geraldy, diversos ensayos de autores clásicos y los poemas teosóficos de Krishnamurti. en medio de su producción literaria y de sus funciones oficiales, el maestro, siempre el maestro, consagrado desde 1905 con su Gramática Histórica y Lógica de la Lengua Castellana, altamente elogiada por don Rufino José Cuervo, don Julio Cejador, Menéndez y Pelayo, entre otras autoridades de esa especialidad.
Humanista en la más honda acepción de la palabra; sin odios ni rencores para nadie, a pesar de los quebrantos politicos que sufrió en su vida; generoso siempre, su nombre y sus enseñanzas son bandera de alta cultura en nuestro medio.
Almacén de Abarrotes al por mayor San José Costa Rica Joaquín Garcia Monge Poco menor que Brenes Mesén, concuño suyo, educado como él en Chile, aún viva por muchos años don Joaquín. Quién no conoce su Repertorio Americano? Un cuarto de siglo lleva de publicarse esta revista benemérita, verdadera institución de los que piensan y escriben en nuestro idioma. antes, como animador inigualable, como divulgador de cultura, su Colección Ariel, las Ediciones de Autores Centroamericanos, el Convivio, Ediciones Sarmiento.
De joven. lo sigue siendo por su tenacidad y por su espíritu escribió varios cuentos y pequeñas novelas regionales: El moto, Hijas del campo y Abnegación, hará de ello medio siglo, años más o menos; y en 1917, La mala sombra y otros sucesos.
Maestro, también, y muy profundo, de castellano y de literatura. Secretario de EduOmar Dengo Otro maestro de profunda espiritualidad. Ha de haber nacido de 1888 a 1889, pues murió en la plenitud de los cuarentas. en noviembre de 1928. Viajó, leyó, estudió mucho, así en los libros como en la propia vida. En periódicos y revistas iba quedando dispersa su labor literaria, su pensamiento filosófico, su actitud rebelde con un hondo sentido místico.
Aparte de sus cátedras, no aceptó nunca comisiones oficiales. Era, sin duda, un apóstol, un hombre superior, un idealista puro, de quien escribió Rogelio Sotela que sólo trataba de iluminar el camino de los demás.
Lo iluminó, efectivamente, con magníficos ensayos y meditaciones, que García Monge ha logrado reunir a últimas fechas con el título de Meditaciones. Murió como un filósofo griego, rodeado de amigos y estudiantes.
Los que fuimos discípulos suyos como de Brenes Mesén y de García Monge nunca olvidaremos tantas enseñanzas y ejemplo tan extraordinario de renunciamiento. Valores éticos e intelectuales como los que apenas, a grandes rasgos, he podido señalar en reseña, son los que han formado y prestigiado a Costa Rica. Son, en realidad, la esencia misma de nuestra patria. Las generaciones de hoy recogen el fruto de estos grandes artífices, sembradores de ideas y de inquietudes.
esta México, 12 de agosto de 1948. Ocio? Las dos eternidades Contemplativo?
Por Ramón PEREZ DE AYALA (En La Prensa. Buenos Aires, de marzo de 1947. referencia y medida en más o en menos a la imperfección relativa del mundo perecedero; y este arquetipo fué Satanás, el ángel rebelde. Satanás es la mentira absoluta, inspirador de todas las mentiras relativas. Satanás es el que dice: seréis como dioses. Siendo así que no podemos ser sino en Dios y por Dios. En Dios nos movemos, vivimos y sonros. San Pablo; es decir: nos movemos en el espacio, vivimos en el tiempo, y somos porque El nos colocó en el espacio y el tiempo finitos. San Agustín: Señor: si las cosas del universo son algo, lo son porque te tienen a Ti; y no son nada porque no son lo que Tú eres. Satanás es el no ocio, el nec otium. el maldito negocio incesante. En el ocio, el hombre entrevé aquellas verdades relativas que en esferas gradualmente elevadas se acercan más a la verdad absoluta, para nosotros inasequible, como lo es también la mentira absoluta. En el negocio, en esa acongojada ansia e incesante agitación por el medro, se engendran todos los males que afligen la tierra. Dios creó el mundo, y al séptimo día descanso, para toda la eternidad, no sin antes ver que el mundo era bueno; o, lo que es lo mismo, que el mundo estaba bien hecho, conforme al plan preconcebido de que en tiempo y el espacio luchasen entre sí el bien y el mal relativos, hasta alcanzar al fin el ocio infinito de la verdad eterna.
Eso de las dos eternidades, antes y después de la vida individual de cada hombre, me retrae de nuevo a Epicuro y Lucrecio. Uno y otro se propusieron nada menos que suprimir y acabar con el terror de la muerte. Según ellos, el terror a la muerte es lo que hizo nacer los dioses. En otras palabras: que el miedo a morir hizo que los hombres inventasen la existencia de los dioses. Como quiera que (ya lo hemos visto) Epicuro no negaba la existencia de seres inmortales, lo que realmente quiere decir es que del terror es de donde han grminado las diversas religiones positivas e innumerables supersticiones, con su triste acarreo de terribles males. Pero ¿el terror a la muerte de dónde ha nacido sino del hecho inevitable de ser el hombre mortal. Es que el hombre contemporáneo siente menos que el hombre primieval el terror de la muerte? Epicuro y Lucrecio eran positivistas. En cambio, los positivistas contemporáneos han trocado el orden en la relación de causa a efecto entre terror de la muerte y religión; aseguran y se quedan tan frescos que la religión es la que ha hecho nacer el terror a la muerte en el alma humana, a fin, añaden, de que los sacerdotes, que se confabularon para inventarla, pudiesen dominar tiránicamente la sociedad.
Nada de eso. La religión lo único que ha heEn todo cuanto estoy escribiendo acerca de Horacio he insistido ya desde el punto de partida en que su aspiración suprema era el ocio contemplativo. Ocio contemplativo!
Parémonos a considerar, por unos instantes.
Del ocio, como condición para la contemplación y para la creación espiritual, ya hube de decir algo, en esta serie de ligeros ensayos (ligeros por estar escritos de prisa y corriendo; sin ocio. Creo recordar que Pascal dice en alguna parte que esa ingénita e invencible tendencia hacia el ocio es lo que más claramente demuestra que el hombre es hijo de Dios y su predilecta criatura. Qué quiere decir Pascal con eso? No se requieren grandes entendederas para entenderlo. Veamos. Dios es eterno, sin principio ni fin. Yo no me aventuraré irreverentemente a decir que a causa del aburrimiento o hastío de la eterna e infinita homogeneidad de Sí Mismo, pero ello es que, en esa su totalidad, indivisa en el espacio y el tiempo. Dios decidió en cierto instante desplegarse, desdoblarse. Decidirse supone ya subdividir la eternidad en instantes determinados; y desdoblarse supone ya subdividir el infinito en puntos o lugares determinados (o sea, que tienen un principio y un término. El tiempo y el espacio son las categorías básicas del mundo físico. Hasta entonces, no había mundo físico. Hasta entonces, Dios no hacía nada.
Era el ocio inmóvil y por excelencia; el goce de los goces y la perfección de las perfecciones. Pero, desde entonces y aparte de la perfección absoluta, y ya en el tiempo y en el espacio, ha de existir la perfección relativa; la cual, a su vez, no puede existir ni ser juzgada sino por comparación y contraste con lo que es más o menos perfecto. Dios creó el mundo, que es perfección e imperfección relativas; como lo es todo lo temporal y finito. De manera que Dios decidió desdoblarse en una nueva manifestación suya (como si dijéramos: una manifestación experimental; no para él, claro, sino para el hombre. condicionada por las categorías de espacio y tiempo. Ahora bien: si en lo temporal y finito no puede haber sino perfección e imperfección relativas, y el punto de referencia de la perfección absoluta que desde este mundo perecedero vislumbramos está en Dios, que es ocio infinito en la eterna comprensión y contemplación de sí mismo, o sea la verdad absoluta; si ello es así, Dios, antes de la creación física del mundo, tenía necesariamente que haber producido una especie de arquetipo original de imperfección absoluta, que sirviese paralelamente de punto de Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica