REPERTORIO AMERICANO 117 RADIUS Calle del Variedades TELEFONO 4692 de belleza es la suya. Sabemos, sí, que es eterna como la sangre y está llena de interrogaciones. El poeta mismo no sabe a ciencia cierta cómo es. Su nombre está inundado de lágrimas, es una sombra, una fragancia, apenas. Esta presencia fugitiva no logra revelarse. Cuando estamos más cerca de ella es porque un hombre desconocido, de vestiduras exóticas nunca vistas, traza con un gesto en el aire su silueta. En cambio sabemos que la mañana se levanta al borde suyo como si fuera nacida de su cuerpo, es hermana del musgo, y camina en un nimbo dorado de tristezas. Pero sabemos algo más todavía: sabemos que quererla es como morir y no poder morir, porque ya lo dijo: Antes de nacer vienes herido.
Espejos de todas las clases Cuadros Marcos Objetos tallados Souvenirs Oleos y Acuarelas Vidrios para sobre de muebles y para Automóviles SERIEDAD RAPIDEZ EFICIENCIA y tocan los arcángeles las trompetas del juicio.
Entre estas vagas y desoladas representaciones surge como el sujeto central de la poesía, la poesía misma. Ella vive allí, irradia y palpita; la obra del poeta es su morada y su raíz, su proceso y su pasado.
La decoración envuelve símbolos, objetos significativos, un espejo roto, una lámpara, la muerte que mueve sus pálidas manos, pero sin duda la poesía es el sujeto de todo este orden, es esta cosa errante y movediza que huye de la materia surgiendo de ella, carne y espíritu, prolongación del hálito divino que surge entre vislumbres en sus libros, parece que a pesar suyo. Es ella el sujeto de todo este orden.
Podría decirse que Angel Cruchaga Santa María vive en un sueño hermético en el capullo inviolado de la poesía. Nada profana este recinto, a nadie le es permitido penetrar en él.
Allí está solo como un héroe silencioso: ra de esta órbita quedan la parte humana, su conducta civil, la filosofía de la época, indispensables para iluminar su destino de escritor. De todo eso habría que hablar para tener una visión completa de su obra.
Por ahora es demasiado pronto fijar sus influencias exactas, pues la visión aparece conturbada por los acontecimientos inmediatos.
En el rápido devenir de cada día el fenómeno Cruchaga desaparece. Invisible a la mirada de afuera se retrae al fondo ulterior, al ámbito especial que queda detrás de las influencias directas sosteniendo el humus de todo un período de nuestra historia literaria. Se trata de la fe ardiente en la poesía, de la ve.
hemencia que encienden las palabras, de la aspiración más pura y constante hacia el ideal de la creación artística que debe nutrir las raíces de toda obra poética.
Tal empresa realizada en este caso con el decoro espiritual más grande, durante una vida entera, ha sido fuente generosa de influencias para la poesía chilena de su tiempo. Es, justamente, la importancia de esta obra. Cuando más tarde se revisen los valores de nuestra época, podrá verse más claramente, fulgurar su esquivo acento en las entrelíneas de nuestros mejores poetas contemporáneos.
Hay cánticos, sonidos, llamaradas, lamentos. La montaña y el rosal hablan y entonces una visión deslumbrante se acerca, como en una aguafuerte de Durero; es como un sol que sube por el firmamento, es más, es como una selva en llamas. Dios que está en todo su canto.
Hasta aquí no hemos hecho, más que leer sus propias palabras pensando apenas en su significado, guiados por el azar del lenguaje escrito que se pega al ojo, y sin embargo, poco a poco hemos ido entrando en su informulada teoría. es que leyendo a este poeta, la inteligencia más fría se penetra, a medida que avanza, en sus elementos, de una super realidad equívoca, envolvente, nacida de las palabras, como una onda de alta frecuencia que rechaza al pensamiento lógico. Esta atmósfera blanca, cargada de voces de las cuales no oímos sino su eco, llena de pureza y misterio, polen y vuelo, poblada de presencias de las que no vemos más que sus sombras, termina por llevarnos cada vez más lejos, sumergiéndonos, finalmente en su mundo.
Hemos hablado de la importancia que tiene para un estudio de la poesía chilena la obra de Angel Cruchaga Santa María; solamente hemos tocado el material literario. Fue ¡Ah! iRodeado de muros y de espadas el corazón defiende su destierro y cada noche cruza el pálido hemisferio de su muerte!
Al describir la poética de Angel Cruchaga Santa María tenemos la sensación de estar examinando un diagrama de la poesía, la flor misma, un gineceo de la poesía, de tal manera su instrumento creador se caracteriza en la forma esencial. Deberán leer con dobles ojos los que quieran saber el por qué de su porvenir y de su influencia en toda una gran época de la historia de las letras. El ha seguido con insistencia fiel lo que lo empuja en el fondo de sí mismo, no ha renunciado a nada de lo que era verdaderamente suyo y al final se encontró con la poesía en las manos. Era un iluminado y quiso ser un iluminado. Estaba lleno de presentimientos. Lo atraían las últimas fronteras de lo sensible y ha golpeado ciegamente el muro que traspasa los límites. así alcanza el lenguaje puro reservado a los poetas más puros. Para mí a veces es como un cantor medioeval que eleva su apasionada en medio de un grave y sagrado coro.
Tiene una visión terrífica que es el cumplimiento de las profecías: Tomás LAGO.
La reunión de los dispares VOZ (En El Nacional. México, Los hombres hablan de unión cuando es pueden los hijos de Adán, cuya individuatán desunidos. La desunión es como una des ción fué su primera culpa (lo fué su primer nudez. El primer desnudo fué Adán, y la re castigo. No todo lo que reúne, sin embargo, velación de su desgracia fué la conciencia de es bueno; ni es malo todo lo que separa y su desnudez. Ir por el mundo a solas, desnu distingue, a partir de entonces. El hombre se do y desunido, es ir llamando la atención: hace, históricamente, separándose y distinlos hombres se cobijan unos a otros en el ano guiéndose de todo lo que no es él mismo; penimato de la unión. Pero, cuando se separan, ro, ni es buena toda manera de hacerse, poro cuando los expulsan, quedan desabrigados que no todos los distinguidos lo son por rae inermes, ansiosos de compartir de nuevo el zón de bondad, ni son tampoco afortunados abrigo con los demás, y de revincularse. Los todos los intentos en que se empeña para resgrandes solitarios son los hombres que afinan taurar las viejas uniones, en lo que cabe, o pasu pureza interior y no sienten la vergüenza ra crear otras nuevas. Clamar por la unión de su desnudez. Pero aun ellos se expresan; y de los hombres, sin añadir otra cosa, es el la expresión, que es un vínculo, los reviste clamor más vano en que pueda prorrumpir el de compañía y restaura el contacto perdido ingenuo, el cual todavía no se ha percatado con los demás.
de que es mejor andar a solas que incurrir en Sólo pueden vincularse, pues, el que ya ana mésaliance. No es cierto que la bondad una vez perdió los vínculos primeros. Sólo reúna y que la maldad divida, sin más. Ocu. Moriremos! suspiran los cipreses. Dios nos llama! sollozan las estrellas Viene la muerte! cantan los pastores en los valles humildes.
De pronto: Por todos los caminos se acercan al llamado los muertos y en los cielos hay un rumor sagrado Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica