152 REPERTORIO AMERICANO Unamuno en América Por Alfredo CARDONA PEÑA. En El Nacional. México, Envío del autor. No es el Unamuno de las Nivolas, ni el de pecta a su pluma, vivía más de América que la biografía quijotesca, ni el del sentimiento de España trágico. Ni siquiera el Unamuno de las paraEn fin, aquí tenemos a un Unamuno apadojas, con ser éste legendario, más inventado ñando defectos, pulverizando vanidades, calanque real. Ni ipor Dios. el de las pajarido tuétanos. un Unamuno que cuando vió, tas de papel. Es el Unamuno de la corresponen cierta revista bonaerense, el autógrafo de un dencia americana, el gran amigo de nuestros señor Obispo de la iglesia católica, bendicienpueblos, el que ahora, con motivo de la feliz do a los lectores del semanario, no tuvo más publicación de sus Ensayos (1, nos atrae con remedio que rezar: Gracias, Dios mío, porimanas sutiles.
que todavía, a pesar de lo hondo del vacío esY antes que nada, debemos destacar el piritual en que hemos caído, no hemos llegahecho de que los hispanoamericanos, a trado acá hasta esto; aquí no hay Obispo que se vés del tiempo y la distancia, siempre hemos preste a semejante co sa. Qué diría de nuessentido por don Miguel un afecto especial, tros días, cuando no digamos obispos, sino nada apresurado o engañoso. Pueda ser que más altas dignidades eclesiásticas, no sólo benesto se deba a las características de la obra del dicen a sus lectores, sino que llegan a convercatedrático salmantino, toda ella inconforme, tirse en agentes de publicidad!
idealista, religiosa en el mejor sentido, en el Nada más interesante que sus admiraciodel hombre. Don Miguel fué, quizá, el escrines. Llamó a Sarmiento el escritor americano tor contemporáneo que más se acercó a nuesde lengua española que hasta huy se nos ha tro mundo desde Europa. En donde otros himostrado con más robusto y poderoso ingenio cieron y vivieron la farsa del acercarsien y más fecunda originalidad. Vaz Ferreira, to racial, por aquello del mercantilismo y de uno de los hombres de pensamiento filosófila fuente florida, él supo hacer la anistad sinco más penetrante que conozco. Pensaba en cera, el comentario prócer, la exaltación ciuAmérica como una hermana carnal de don dadana. Yo podría dijo alguna vez preMiguel de Unamuno Quijote, y se caía de orgullo al señar la vassentar los memoriales que me acreditan como (Por Juan Echeverría. conía de Simón Bolívar, citando las palauno de los pocos, poquísimos europeos que bras que del Libertador escribió Gil Fortuol: se han interesado por las cosas de América. revistas y publicaciones de su tiempo, los ar En suma, tipo vascongado, de que descendía en otra ocasión, contagiado por el entu tículos nos muestran al hombre de cuerpo en por línea paterna.
siasmo de Zorrilla de San Martín, llegó a tero, dando manotazos y machacando concep Estaba muy bien informado. De Argenafirmar que acaso la vieja España estaba más tos, tan humano de estilo que lo oímos to tina, Chile, México, recibía con frecuencia li cerca, mucho más cerca de América que del ser. Agradó a Unamuno esta faena de co bros y revistas. De México le llegaban ejemresto de Europa.
rresponsal? Debemos entender que sí, porque plares de El Progreso Latino y de Orden y ProMas no se crea que su crítica fué sonrisa.
las tales colaboraciones le daban ocasión de greso, revista comtiana que dirigió don El viejo cascarrabias sentía placer en poner predicar, y de paso, llenar sus huecos presu Agustín Aragón. De Santiago de Chile, Verorejas de burro, castigando la torrentera de las puestales, que eran su dolor de cabeza. Con dad, publicación mensual de arte, ciencia y crípalabras inanes, las falsas iluminaciones, los fesó que si bien no comía de sus artículos, tica. De Colombia, la Revista de Letras y Cienvicios parisienses. Nos veía más palabreros por lo menos cenaba, y que, por lo que rescias Sociales, dirigida por Ricardo Jaimes Freyque imaginativos. No soportaba las cien mil re y Juan Terán. Es particularmente imformas del lugar común, y pugnaba por la portante el ensayo titulado Algunas Considecontinencia de la palabra y por la castidad de raciones sobre la Literatura Hispanoamericana, la forma, de la que fué vocero en el desierto.
Su prédica contra las modas. snobismos y (En el Rep. Amer. Atención a propósito de la lectura del libro Carácter de señoritingos encontró en América, ciudad alede la autora, en Caracas. la Literatura del Perú Independiente (Lima (1905. por José de la Riva Agüero. En el gre y confiada, ciudad inmensa que acababa Desbórdense mis venas se pueden conocer las ideas que dejó escritas de abandonar los pantalones cortos de la aldea, y mi lengua partida acerca del problema lingüístico de España y un campo fecundo en observaciones. Porque lleve voces al viento América. Ideas que tendieron a simplificar la don Miguel, siempre, en todo momento, fué dando forma al silencio.
cuestión, a no embrollur conceptos, a sembrar un predicador, un protestante, un evangelista optimismo unitario. En resumen, nos presenque no buscaba el libre examen de la escritura, Por arañar los cielos ta un hecho verdadera mente notable: el de que sino el regreso a la honestidad de la inteliy desgarrar las nubes el lenguaje hablado, popular, de nuestros puegencia, a ese castellano maderamen del alma, mutílense mis manos, blos, poco se diferencia del lenguaje hablado grave y austero, más campesino que urbano.
para encontrar la luz.
y popular de España. El hecho, salvador y Es tor de almas, no pastor de almas. El queprecioso, de que un escritor, cuando se pone ría verter la suya, para que la recogiesen. Mi piel vuelta tamiz a escribir como habla el pueblo nativo, se vertiéndola, anhelaba romper ideas. como cierna ruidos y verdes acerca más de lo que cree al castizo hablar las botas, usándolas. Por cierto que a me para lograr un grito.
castellano. es claro. Porque el pueblo connudo es un zarzal ardiendo lo que le descubriserva mejor que nadie la vieja dicción, y se mos, y no botones en flor. Por cierto que sin De mis huesos erguidos porta como la tierra, que recibe semillas y no estilismo, esto es, con estilo, le escuchamos la prende oh tierra raíces, las pierde ni las deshace, sino que nos las deburla para los que desentonan con entonación. y reciban cual juncos vuelve convertidas en alimento. Años más tarpara esas literaturas planchadas al almidón, el silbar de los vientos.
de, don Miguel escribía a Nicolás Guillén una en donde hasta los desacordes tiran a ser arcarta admirativa por el uso de los vocablos mónicos.
Lo que quede de mi guajiros, que le decían muchísimas cosas. Estos Ensayos nos revelan uno de los as consúmase en el fuego, es que siempre huyó de sociólogos traducidos pectos más característico de su obra: el artícu resolviéndose en humo de poetas supermodernistas, para quedarse lo periodístico. Destinados en su mayor parte que tenga olor de carne con aquellos escritores más de la tierra, más a La Nación, de Buenos Aires, y otros a las y aroma de alma en fuga.
verdaderamente nativos de verdad. pasando por encima de los criollismos literarios y ma(1) Miguel de Unamuno, Ensayos. Prólogo Olga KOCHEN, caneantes. En estas condiciones, le parecieron y notas de Bernardo de Cándamo. dañosísimos y disparatados los pujos del fomos, Madrid, 1945.
Caracas, IX 47.
magisterio literario español, encontrando que Desbórdense.
11 Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica