346 REPERTORIO AMERICANO la vela se le hace con rezador pagao y con tres pesos de pólvora! la mujer no dejaba de encender el cabillo de candela al lado de la estatuilla de yeso y los más flamantes clavelones y amapolas embellecían la tablilla del altarcito y le decía. Mirá, San Pedrito, quitámele a tu tocayo esa tos que le asiste; acordate de tu tocayo; ve que no tiene mal guaro. ni es peliador. y que a conducta es nonis y te ofrezco mandarte retocar y mercarte floreros de china pal 29.
rreteo.
Era más de media noche: Jirón repasaba los sacos pegados a las tolvas del clasificador; apartó uno ya colmado y al arrastrarlo sobre el piso cubierto de polvillo blancuzco, observó que barría con una esquina un papel de diez colones. Lo recogió, lo miró a la luz del foco eléctrico, lo dobló con cuidado y se lo guardó en el seno, allí pegado a la sudada piel de la barriga. No, mío, nues. pero de quién tomará ser? Tal vez del patrón que antier vino a sacar muestras y junto al caracolillo sacó la cartera para enseñarle unos papeles al mandador. Dichosotes los ricos que pueden perder así los riales y no echalos de ver. lanzando un suspiro continuó su faera monótona y siguió tosiendo y aspirando polvo de cascarilla.
Apenas entregó al relevo, fuese derechito a la cuja y cayó en ella como una piedra; fatigado, derrengado, exhausto, después de tragarse su café qué la compañera le tenía listo desde antes de despuntar el día. las diez despertó adolorido; sin haber satisfecho el organismo que le pedía más sueño, más reposo, más alimento. Tenía que ir a la villa vecina a una diligencia del mandador; a mercar una limeta de lamedor de raspaguacal para la tos y a hacer los arreglos para la misa del 29 en honor de su patrón San Pedro. todo corriendito, como quien se quita una avispa del trasero, porque a las dos tenía que estar en el correteo. Mirá, patroncito, mi tocayo, fijate que no se me olvida tu misita; no me desamparés! haciendo la señal de la cruz se largó troterito para el mandado.
Todo resultó bien hecho, y pronto; ya venía saliendo de la casa cural cuando se le atravesó un chiquillo vendedor de lotería. El gordoooo. Cincuenta mil colones. El último billeeetee! Jirón le dió un vuelco el corazón al oír la fabulosa suma. Cincuenta mil colones. y todo con sólo diez coloncillos. y con un poquito de suerte y. jah. si San Pedro me la empujara. si él ques tan milagrosísimo y tan amigo de Nuestro Señor. qué carachas. voy a arriesgar y que mi tocayo me valga!
Pero no alcanzaba la poquilla plata que le había quedado después de las diligencias y por más que registró hubo de conformarse con sólo la intención.
El chiquillo, que adivinó que el peje había picao. insistió en sus gritos y exageraciones. Cincuenta mil, cincuenta mil. Por diez colones. El número que prencipia con un dos y acaba con un nueve, números suerteros. Cincuenta mil colones!
Dos y nueve, pensó Jirón, lo mesmo que el día de San Pedro, el día de mi Santo. Hombré esto sí ques cábula. volvió a rebuscarse; de pronto sintió cosquilleo en la cintura producido por el ro Otro trueno y cuatro retumbos.
ce del billete encontrado la noche anterior. Pedro tuvo que ajilar para arriba. No, ora sí que lo merco, manque iqué vergüenza. a presentarse a su Santo Patenga que pedir limosna pa pagalo. Ya es trón, sin haber devuelto todavía los diez coto es seña de que está de la mano de Dios lones!
que me arriesgue. Aquí traigo este tonto, lo mató un cirY sacando el papelillo se lo entregó al cuito corto y lo cogió chingo en diez colochacalín a cambio del número 2009.
nes que se cachó del suelo del beneficio donde La conciencia principio a roerlo.
trabaja y los gasto en lotería. NO, nues robao. esa plata fué ja. Dejalo ahí afuerita. dijo una voz yada. San Pedro me la reparó anoche, naide por el postigo de la puerta celestial; mañana la ha reclamao, y si alguien la reclama, pos veremos a como está el cambio, ahora no es se la pago de mi jornal u de la plata del pre hora para aritméticas, y se cerró el postigo.
mio, porque nuay duda que este número va De modo que el alma del pobre Jirón hua sacar buenos riales. Carachas, el que no se bo de acomodarse como mejor pudo en cirrus, arriesga no pasa la mar!
nimbus. cúmulus y estratus para esperar la hoY con el número entre los pliegues de la ra oficial de la apertura de las puertas celescamisa, se lanzó por cafetales y potreros, ca tiales.
rreteras y atajos para llegar a tiempo al co. Maldita la hora en que juí a mercar el número! Ora sí que estoy hasta el gollete la hora de la cena contó a la mujer el y me van a pegar mi buena chaparriada.
percance; ésta no le aprobó el uso de los diez Pasadas unas tres horas fué despertado por colones encontrados en el clasificador.
el chirrido de las grandes alcayatas del portón Debiste entregárselos al mandador gu principal por donde brotó un chorro de luz al patrón.
rosada y brillante y una bocanada de perfumes. Pero diónde sé yo si el mandador se y armonías.
los chorrea y no da cuenta; y tampoco sé si San Pedro, en todo el esplendor de su túson del patrón; la prueba es que ninguno ha rica rutilante, de sus llaves de oro y de su reclamao!
halo de tres anchos flecos de plata, llamó a Cuidao no vayan a apercibirse y tenés Jirón. Este, con la cara tapada, avergonzado que verte en puertas de la fusticia y echao y contrito, siguió a su excelso patrón a la ofide la hacienda y te desgracien pa siempre. cina, en donde varios ángeles manoseaban los. Dios libre! Ora mesmo voy a llevale libros grandotes en los que estaba apuntada la la plata al patrón.
vida y milagros de todos los mortales.
Así quedó resuelto y finalizada la fruga ¿Cómo te llamás. dijo San Pedro.
lísima cena, Jirón buscó en la cajita de lata Pedro de los Dolores Jirón, pa servir donde atesoraba sus haberes; había veintinuea Nuestro Señor y a Usted, contestó el alma ve colones y unos céntimos, pero no había un atribulada.
billete de diez colones como el encontrado y. De dónde venís?
la devolución en otra especie que la perdida. Del beneficio del Bajo de Torres en hubiera parecido sospechosa.
Mata Redonda.
Mañana ques domingo, tempranitico San Pedro, a la primera respuesta mostró vuelvo a la villa y consigo un papel de a diez interés; a la segunda ya no pudo contener su y se lo entrego al patrón en cuanto asome a emoción y con marcado disgusto dijo: su oficina, masque me quede sin dormir. Hombré, Jirón. no te da vergüenza El billete de la lotería, envuelto en un verte acusado por robo. Vos, un hombre de papelito azul del frasco de lamedor, fué puesto bajo la peana de la estatuilla de San Petrabajo con mujer e hijos, en un país de abundancia como es Costa Rica, en donde el que dro; ambos cónyuges se arrodillaron frente al santo patrón y fervorosamente le pidieron: quiere trabajar gana para pasar la vida sabrosa; donde no hay grandes calores ni grandes ella que sacara a su tocayo del enredo; él, que fríos; donde los plátanos, los chayotes, las hiciera el milagro mas que juera un premio de los más menos, un alguito, una migajita, guayabas, los mangos y los jocotes están dundos; donde la primavera es perpetua, las lluuna borona de ayuda pa salir de tanto apuro vias abundantes, la tierra fértil; en donde no y de tanta miseria y de tanto tuerce.
hay más calamidades que uno que otro temY ella, a planchar la ropa blanca de la fablor y elecciones cada dos años. vos, llemilia del patrón; y él al clasificador a quevando mi nombre y siendo devoto mío, y pamarse fos ojos de sueño y a atascarse los brongándome misas y rosarios con pólvora. Si quios de polvillo.
a vos no, lo que es a mi se me cae la cara de eso de las dos de la mañana, una de las pura vergüenza.
bombillas eléctricas comenzó a parpadear; Pe¿Para qué diantres fuiste a gastar lo que dro arrimó un taburete y subido en él, trató no era tuyo y venirme a meter en enredos pode componer el daño; al agarrar el cordón conniendo el numerillo bajo mi amparo. Estás ductor, recibió un fuerte choque y cayó sin mudo. Qué tenés que decir?
sentido.
El pobre Jirón, más rojo que una amapola y todo tembloroso, contestó tartamuEl Espíritu Malo que lo aguijoneaba con deando y un tanto indignado: un chuzo de punta candente, entregó a Pedro Vea, Santo Patrón, no se caliente conen la negrísima cueva surcada por relámpagos, migo, la cosa nues pa que me trapee todito a donde el Patas iba destinando las almas a delante de estos señores. Yo no me he robao sus respectivos tormentos. Sono un trueno. nada; junté el papel del suelo, no traiba nom¿Por qué viene condenado?
bre de dueño; y manque lo trujera yo no sé. Por robo de diez colones.
ler, ni escrebir; me lo metí al seno pa devol ¿Cuánto es eso?
velo y se miolvidó cuando me juí a echar. Sepa Judas! Allá el cambio está alti más cansao que un burro; cuando juí a la simo y varía diariamente. viya al arreglo de la misa pa Usté, mi pa Es que si no llega a tres dólares, no trón y mi tocayo, me ataranté con la ilusión tengo jurisdicción. Llevaselo al calvillo de las de sacarme unos riales en la lotería, contimas llaves, allá arriba, y decile que no jorobe. cuando me dijo el chacalín que tenía pintao Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica