REPERTORIO AMERICANO 227 veces los escombros cubren niñas dormidas, empolvadas, desiertas entre la primavera, Un pueblo cuya sangre gobierna al mundo nace, crece, y bajo las nubes domina la tormenta.
Acontecido, padre del acontecimiento, amanecido, como la flor del sobresalto, ardido, ardiendo vivas heridas escondidas, conmovido, en la próxima ceniza de sus muertos, subido, encaramado sobre el terror activo.
salido, como un rio desbordado y violento.
EPITAFIO PARA EL PRIMER VOLUNTARIO MUERTO Del oluido final condecorado, nadie dirá su nombre nunca escrito que ni en la tumba está del olvidado en bronce, hierro, mármol o granito.
Quedó en la antigua tierra destrozado entre el estruendo que apagó su grito.
el fantasma del desparramado fundió su polvo el tiempo al infinito.
La última medalla del olvido cabe la cruz ausente del caído primero a la ceniza en la batalla.
Yo digo el nombre del desconocido, Hombre nomás, y grabo en la medalla el nombre de la muerte preferido. La Muerte en Madrid. De pronto una mujer de reventados senos, sin leche, sin entierro, sin hijo, sin guitarra, se incorpora en el bosque de la sangre gritando. Qué has hecho tú para evitar esto? veces los escombros cubren palomas muertas.
manos caidas, ojos abiertos despoblados, hilos de sangre en busca del arroyo secreto, trajes de novia, limpias y familiares cosas, cocinas patinadas por intimos inviernos.
De pronto un muerto muerto se incorpora en el ángel de la sangre gritando.
De su boca perdida parte un oscuro rio que corre hacia los límites de la perfecta noche. hay huesos de substancias favorables, hay ruinas que recobran la tierra, hay tumbas verdes, kay la recién nacida hierba de los escombros que explica los ocultos desiertos de la muerte. hay el país del fuego cuyo nombre gusto a raiz de tierra nos sube hasta la boca, Hay España, hay el rio madre que desemboca en las venas que riegan el corazón del hombre. una ciudad levanta ramos de ardientes muertos y un orgullo de ser y de poder morir y de recuperar fervores consumidos y nada comparable al acontecimiento, al suceso constante de la ciudad herida, despierta sobre el sueño, desnuda sobre el frio y a esta sangre, este fango, esta gloria, esta guerra.
estas colas del hambre, este día, esta hora, esta muerte ofrecida, este brindis al mundo, esta luz de Madrid un Primero del Mundo.
Hoy que un pueblo a la orilla del desastre orgulloso, un pueblo en cuya voz habita la mañana, se abre como la rosa sangrienta de la historia.
El mundo empieza en la llanura castellana!
EL 59 REGISTENTO Un viento de Castilla, un viento claro oscuro blando duro, un viento de veleta y de velero, un viento nuevo antiguo un fantástico viento verdadero.
un viento puro impuro suelto por la magnolia y el lucero.
Un viento en la bandera, una bandera al viento, sangre salida de pasión adentro, la bandera española Flameando por el 5o Regimiento.
Loba bandera viento, cachorros del coraje, y jefe popular y marinero, recién llegados a la sangre, buscando la salida de la sangre desnudo amor y corazón al viento.
Al viento de Castilla, un viento labrador, un viento obrero un viento militar y molinero.
un viento universal y navegante suelto otra vez y hacia la luz distante vuelto caminador y caminero. Historia de la sangre. Mi profesor de Literatura clásica esa Mi principal interés cuando estuve más grande fue c, mi profesor de Inglés y Literatura clásica. Era un atleta de espléndido físico y un profesor que vivía con la esperanza secreta de traducir fielmente a Teócrito. Tenía un carácter violento, sabia manejar a niños acostumbrados a escuchar la palabra directa y poseía un don sarcástico de maestro que para el debía ser de mucha utilidad pedagógica, pero que para mí fue un tesoro. Era también un orgulloso y buen Profesor Jefe. Bajo su autoridad comprendí cómo podían usarse las palabras como armas, pues me hacía el honor de hablarme con abundancia y plenamente y nuestros pleitos con él en cualquier parte del colegio nos daban motivo para provechosos diálogos. Se aprende más de un buen profesor de mal genio, que de una multitud de ganapanes laboriosos y parlanchines. Tampoco es un mal entrenamiento para experiencias posteriores el ser blanco de las bromas de los compañeros en plena clase. Creo que en la actualidad esas relaciones están descartadas por temor de lastimar el alma de la juventud, pero en el fondo no son más que sonajas ruidosas o cohetes bajo la nariz de uu potro. No me queda otra cosa que un recuerdo de satisfacción o envidia de cuando descargaba sus iras magnificas contra mi.
Habría querido dar una pálida impresión de su carácter cuando se molestó con un cuento de Stalky. Régulo, pero me gusta más presentarlo al encolerizarse una vez escuchando la gran Oda de Cleoptara, la Nº 27 del Libro Tercero. Lo desesperé con la pésima construcción de las primeras lineas. Habién dome anulado ya con su crítica, cargo sobre mi cadáver e hizo después el mismo una interpretación incomparable de la oda por su fuerza y penetración. Dejó sin respiración aun a Sección Militar Debiera haber todavía maestros de sinceridad, y y si hubiera discos de esos profesores magníficos, que están al mar.
gen del común de las gentes, en sus luchas con la composición latina, serían más útiles para la enseñanza que montones de libros impresos. me enseñó a detestar a Horacio durante dos años, a olvidarlo durante veinte y después a amarlo por toda mi vida y durante muchas noches de insomnio. De Rudyard Kipling, en su Autobiograffa. Edons.
Ercilla. Santiago de Chile. 1937. ROGELIO SOTELA ABOGADO NOTARIO OFICINA: Pasaje Dent, Teléfono 3090 Casa de habitación, Teléfono 2208 ATIENDE CONSULTAS DEL EXTERIOR