Violence

220 REPERTORIO AMERICANO la amor gracia vestigio de inmortalidad traten de peregrinación, sólo una vez albergue tia, gimoteando, en todas las cosas, y fundar un reino en la muerte.
en ciudad, allá en Barcelona, de don por todos los rumbos del cielo camina el Este reino en la muerte es lo que de regresa traicionado y contuso. Desde horizonte como una llamada que se llamamos civilización, la construc entonces se inicia su decadencia, su aleja.
ción de la civitas universalis de la po retorno a la Razón.
Hay sin embargo espíritus que quelítica religiosa.
La Iglesia, que desde los tiempos rrían el cuento contado, y se conforLa Ciudad, con sus gobiernos y sus de Israel ha venido negando, comba. jerarquias, ocupa a todo el hombre. tiendo el profetismo y no obstante mible página del loco swedemborg, leí, hace bastante tiempo, esta cosa no era otra cosa que la organización tificaciones, ha tenido su última disdantesca: del mundo moral, cristalizó en piedras puta con Don Quijote.
En un rincón del Paraíso hay un y amuralló sus recintos y redujo Le sale al paso en el Castillo de jardin cerrado, semejante a los huersombras decorativas las inspiraciones los Duques, en donde el ocio y la tos que las comunidades monjiles creadoras. Mas la ciudad primera es burla tienen su ratonera. Sus razones cultivan entre altos y musgosos barson las razones de la ciudad. a dales, y que se elevan al azul inmoplo, la construía en su espíritu: la vos, alma de cántaro, quién os ha os ha vil ignorados de todo ojo profano.
proyección de este sueño en la naturaleza hace surgir la cosa pétrea, el llero andante y que vencéis gigantes encajado en el celebro que sois caba Cruzalo, por medio, un alto muro de piedra blanca, hueco y sonoro, en cumonumentum material y tangiblé. Hoy, y prendéis malandrines? Andad el yo seno yacen las larvas de las almas ritu, y llamamos Ciudad a la piedra olveos a vuestra casa, y criad vuestros hijos que serán. Cuando Jesús busca la soelaborada si los tenéis. y curad de vuestra haledad ¡El también. y pasa junto al La Iglesia y el Imperio casi siem cienda, y dejad de andar vagando por muro tocándole talvez con distraída mano, de dentro surgen voces tiernas pre la misma cosa han convertido el mundo, papando viento y dando y arcanas, que cantan más que gritan: en gehennas las arquitecturas urbanas; qué reir a cuantos os conocen y no ¿Hasta cuándo, Señor, hasta cuánden espiritual, hecho de esencias conocen. En dónde, nora tal, habéis do. vivas y famigeras el Verbo sigue vos hallado que hubo ni hay ahora el orden material, desde la blusa obre caballeros andantes. Cap. XXXI, Jesús responde: ra al solideo cardenalicio: la fuerza y Sg. Ple. Dormid, dormid, no es tiempo astucia, mas que el y la Don Quijote responde, con presutodavía!
entronizan las jerarquías. El rosa y turbada lengua, en discurso En las profundidades de la tierra, pretendido orden social de las clases ases áspero y ardiente como un carbón como en las profundidades del cielo, es la violencia erigida en sistema, y encendido: No hay más sino a las larvas de los Universos futuros todo sistema, ya lo hemos dicho, es trochemoche entrarse por las casas gimen en las tinieblas por la anuna suplantación de la ajenas a gobernar sus dueños, y hadanza en el mundo, por el quijoteo y sente el amor, se inventa el orden, biéndose criado algunos en la estrela revelación.
es decir, la distribución dogmática de cheza de algún pupilaje, sin haber Qué. no hay ni hubo caballeros anlas facultades y de los poderes. Todo visto más mundo que el que puede dantes, follones ni malandrines? Pues hiela en las manos del hombre, y las contenerse en veinte o treinta leguas qué o quién nos tiene de esta suerte palabras se gastan en sus labios co de distrito, meterse de rondón maltrechos mo las monedas en sus dedos. leyes a la caballería y a juzgar de prisiones de carne y perseguidos de Este aire fatal que envuelve a la los caballeros andantes?
encantadores. civilización des insuperable. Se ha Era aquél uno de esos eclesiásticos Al reproche del Cura del costumpuesto, a las puertas de las ciudades. que gobiernan las casas de los prin brismo erigido en sacerdocio, contesel verso de Dante, lasciate ogni spe cipes: destos que, como nacen príntemos con don Quijote: No hay más ranza voi che ntrate?
cipes, no aciertan a enseñar como lo sino a trochemoche entrarse por las En una palabra, cha de servir el han de ser los que no lo son destos que habiéndose criado algunos en la escasas ajenas a gobernar sus dueños, y hombre a los tiranos?
Don Quijote, que en sus consejos des se mida con la estrecheza de sus algún pupilaje, sin habes ánimos.
a Sancho para el gobierno de la invisto más mundo que puedr sula sube hasta la colina del Sermón Tales son las palabras de la Iglecontenerse en veinte o treinta leguae de distrito, meterse de rondón a dar de la Montaña, puede decir, como sia de Piedra en pugna con la proleyes a la caballería y a juzgar de Jesús, Yo soy el Camino, la Verdad fecía y la soledad, con el amor de los caballeros andantes?
y la Vida. El conoce el sendero que los libres. Tales los conceptos del ¿Esta fé católica, gotosa, literal y extrae al hombre de la civilización bautismo del agua ante las alas del ciega, quiere detenernos en el umbral para enloquecerlo en la soledad.
bautismo de fuego.
de la vida, cuando nuestros ojos se ¿No es, pues, Caballero andante? abren maravillados a la luz de Dios, y ¿no es el andar sin tregua una renun Andar y ver. La andanza quicia a la Ciudad, al espíritu que no se los campos y los pájaros nos invitan la aventura de cantar y engendrar?
mueve, y que según el profeta bíblico jotesca tiene un fin: ver por los propios ojos la hazaña referida, la leyen. Esta Iglesia de la Cind Ciudad de Piedra es el desierto de la civilización?
da proyectada en las nebulosas del quiere embutirte, como una moldura Andar es renunciar.
Ensueño. En este sentido es también añosa, en los detalles de su monuAllá en su aldea Don Quijote dejó don Quijote el modelo y espejo del mento, para que en tu cabeza hagan de su carne en los cobertores alma humana, henchida desde su ori nido las arañas o las golondrinas de lana y en las almohadas de pluma. gen de la fatal curiosidad cósmica. para que sólo un rayo de luz te de Pero la ciudad, la ciudad verdadera ¿Eres tú ciego o paralítico del espí por las mañanas? Deja a Pedro y toma va con él. Es el genio profético que ritu que no te echas al río y nadas a Pablo, deja la Silla por el Camino, padece la fobia del claustro, el asco con fornidos brazos a la otra ribera y anda, anda del recinto y el odio de la muralla. donde el misterio te acoge y enseña? Toda la cuestión del hombre es Es curioso anotar que, en toda su El ansia de llegar a ser se angus andar, en Rocinante o a pie, con Sanla simpatía. Autrecheza de que el la paz Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica