Civil WarDemocracyHitler

REPERTORIO AMERICANO 191 su EL POEMA DE MATTA pero cerro blanquecino donde se yergue el castillo de Santa Bárbara akra leuPor eso el regalo que me han hecho de este libro de poemas es para mí valiosísimo y quiero ka, la montaña blanca de los griegos, terminar citando algunas de las románticas y de donde acaso venga el actual nombre apasionadas cuartetas de Guillermo Mata: de Alicante. dando rienda suelta al dolor de su alma, don José dijo a ¡América! Sacude la inercia que te abate custodio y acompañante: He ahí a EsArroja las cadenas que oprimen tu valor; paña. Seca como esa roca. Aridez sin Mañana llegar puede la hora del combate, Mañana llegar puede la lucha del honor!
ternura, Ni un árbol, ni una planta, ni Tiranos comerciantes, a corso de riquezas una gota de agua.
la América del Norte derrama sobre tí.
La filosofia del espectador caia por Caudillos del engaño coronan sus proezas.
tierra, y el yo del filósofo tomaba por Allí la astucia innoble, la humillación aquí.
mundo real la proyección de sus propios si es preciso lucha para salvar tu tierra estatus de conciencia. Le hubiera bastadel Yankee que tu vida sortea en el botín, do trepar a lo alto de akra leuka, la el bélico rebato y el trueno de la guerra montaña blanca, para divisar al otro laa todos nos corvoquen para salvarla al fin.
do la playa de San Juan, y tras las estiSerá un hermoso día, el día en que los Andes pites esbeltas de las palmeras, adivinar, armados a sus hijos en línea puedan ver; y luego en la batalla morir como los grandes más lejos, la pedrería de los almendros ¡Así para elevarse y así para caer!
jos parrales de oro de Denia, el espejo Tinieblas del pasado y nubes de odio venza de plata de los arrozales en la ribera del brillante de esperanzas, el sol de la virtud.
Júcar y, al fin, los campos de naranjos ¡La Libertad nos busca. El Porvenir comienza!
y limoneros que con bocanadas impreg. Arriba Americanos. la obra, juventud!
nadas de azahar anuncian al contemplaJoaquín Gutiérrez dor asombrado esa espléndida bendición Santiago de Chile VIII. 56 del Mediterráneo que se llama Valencia. No, don José: España es eso. y La soledad del justo lo otro. le replicó Llopis, respetuoso pero enérgico.
Por Fernando VALERA Pocos días antes, en una plática de (De Intermedio. Bogotá, agosto 13 de 1956)
amigos a la que asistíamos él, Díaz del Mi sentido reverencial de la vida me o plena cosecha; la mía, que vió inte Moral. el insigne notario de Bujalance ha inclinado siempre a la admiración ha rrumpido su crecimiento cuando se acer cuya historia de las luchas sociales en cia los hombres eminentes y buenos que caba a la madurez, y la siguiente que Andalucía es uno de los buenos libros hallé en mi camino, y me dió en pago la se prometía uberrima a juzgar por la de nuestro tiempo y yo, me manifestacompensación espiritual de sentirme es buena siembra y por las primeras flo ba el espanto y la sorpresa que la guerra timado de ellos. cuando no llegué a raciones.
civil le había producido.
merecer esa estimación, lo atribuí más El 18 de julio de 1936 fue para Ortega. Creía que la ferocidad del celtibea deficiencia mía que a injusticia suya. y Gasset, politico y patriota, un cataclis ro había sido superada para siempre.
Me envanezco de haber merecido el afec mo espiritual insoportable e insupera Yo no. le repliqué. La ferocidad no to de Ortega y Gasset. Mi articulo Des. ble. Al principio, y precisamente por es una cualidad especial del alma espapedida y Ofrenda le conmovió sin du gestión mía, él. Menéndez y Pidal, Ma ñola, como de ningún otro pueblo, sino da, acaso más que por el valor literario rañón y otros intelectuales ilustres con un atavismo que todos los hombres lleque tuviera o no tuviera, por el gesto denaban públicamente la rebelión militar; vamos latente en el estambre de nuesmoral, insólito y gallardo entre españo taas a las pocas horas surgia en la calle tra conciencia. En efecto, luego he poles de reconocer la eminencia ajena. El la otra rebelión, la de los incontrolados, y dido comprobar en mi errar de apa.
maestro ine expresó entonces su emo el espectro del terror y del odio se ensetrida por el mundo, en mis estudios de ción con uno de los dos o tres elogios ñoreaba de España. Don José no pudo humanista, que todos los hombres y pueque he escuchado con agrado en mi ya soportar el espectáculo. Por otra parte. blos llevan por igual en las profundidalarga vida y que me compensaron de tán sus enemigos encubiertos, los envidio. des de su sér el desierto y el oasis, el sol tas censuras y críticas inmotivadas que sos de toda la vida Dios nos libre del que abraza y el manantial que refresca.
otros me prodigaron: Yo estoy en deu rencor de los escritores resentidos y fra la arena implacable y la palmera piadosa da con Ud. como pensador como hom casados. le acechaban y amenazaban, que ofrece a las caravanas sus dátiles y bre, y soy de los que pagan sus deudas. y el gobierno carecía de instrumentos de su sombra. El mismo pueblo que escume dijo.
poder con que asegurar la integridad chaba enternecido a Bach, a Mozart y No tuvo ocasión de pagarme la deuda. personal de nadie, pues que la mayoría a Beethoven, volvióse satánico al conSe interpuso el desgarramiento nacional, de la fuerza pública se había echado al juro de los alaridos de Hitler.
la rebelión, la guerra civil, la interven monte y, consiguientemente, en las ciu Invito al lector a que relea y compación extranjera, la revolución social, la dades andaban sueltos los bandidos. re, por vía de ejemplo, el relato que Tuderrota de la democracia española. En don José hubo de ausentarse de España cidides hace de la guerra civil de Corcira 1936, el infortunado pronunciamiento mi Rodolfo Llopis, por orden de Largo en el siglo antes de nuestra Era, con litar desencadenaba la tempestad en que Caballero, le custodió y acompañó hasta el que Hurtado de Mendoza redactó en habían de naufragar tres generaciones el puerto de Alicante. Con el alma des el siglo XVI para el rey don Felipe II de españoles: la de Ortega, sorprendida garrada, volviéndose a contemplar el ás de España, informándole de las atroci. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica