REPERTORIO AMERICANO 89 mo Un campesino genial: JULES RENARD Cones que se buscan, como en el caso del padre, y que se heredan, en el caso Por el Dr. Ramón ROMERO del hijo. Cada día es una araña monstruosa negra, silenciosa, rondando en (Envío del autor, en Managua. Nicaragua. una tela prendida no se sabe dónde, sin El caso es corriente, se ve en todas Al Señor Ministro de Francia, límites, sin fin donde sólo prevalece la partes, en los hospicios, y en la socieMr. Raymond Pons.
idea tergirversada de la existencia. Esto dad; pero sólo a un escritor se le ocule hizo ver a Renard la realidad a trarrió hablar con toda franqueza del abanvés de una niebla un tanto espesa de esdono espiritual y las funestas consecuencepticismo, de ironía, de sarcasmo, y ser: cias que de él se derivan. Ante esa hiscillamente deja escapar en sus pensil toria verdadera, dolorosa y simple, comientos el sedimento formado por la bra un valor muy grande el espíritu en escuela de amargura; pero no es que los llamados a tenerlo como fuente de trate de falsear los hechos; los examina, bien y en el que lo reclama para asegurar los expone con magnífica sobriedad, tai su felicidad de niño y de hombre.
como podría hacerlo el que ai mara una Nace un niño en humilde hogar. El hoja con maestría, y luego trajera la padre es un angustiado: en nada cree condición, la clase y la vida de la plany nada le agrada; si sirven, mira de ta. El hecho en sí es bello para Renard, soslayo; sin gratitud, sin benevolencia; lo son las cosas, el mundo, la luz, las no tiene palabras porque preniere dirisombras: se introduce en ellas con el girlas al espacio con cólera habitual.
alma pura, y sólo en ellas encuentra ia La madre se levanta al alba, con la caserenidad; pero si baja a la vida cotira invadida por la niebla del sueño: diana se asombra, siente asco espiritual, malhumorada, deja ir su hastio profuny corre a su aislamiento. De ahí su purido en el ambiente hogareño con las pazante ironía. Entre la familia de escritolabras más duras contra su marido, conres no se encuentra cómodo; los ve, cotra sus hijos, contra todos.
en realidad son, vanidosos, ligeros, He aquí que nace un niño blanco, peJules Renard carcomidos por oscuras pasiones de oricoso, con el cabello del color de zanagen malsano. Le suena entonces la camhoria; pero maravillosamente provisto de espíritu y de mente.
panilla de la franqueza, y anota en su Va creciendo El campesino amargado lleva en entre esos cardos maldicientes, sin un un extraño componente: su amor a la diario lo que piensa: Ayer comida en rayo de ternura y de bondad para él.
naturaleza, a su provincia, a los valles La Plume. El espantoso Verlaine: un los ocho años conoce ya todas las ande Conne, entre las colinas del NiverSócrates con mezcla de Diógenes sucio, nais y los montes de Morvan donde nagustias y todas las torturas del alma, y con algo de can y de hiena. Tembloroso, así seguirá su vida de joven y de homció, valles de cielos claros, de arboles se deja caer sobre la silla que le acaban bre.
florecidos, de tierra húmeda y negia.
de aproximar. Oh, su risa, su risa de naPor eso escribe: nací con dos alas; Esas visiones puras de la infancia las riz, una nariz como trompa de elefante pero una rota, inservible. Este campellevaba dentro, convertidas en una ma y el ceño arrugado de su frente. Ese sino que así habla, llamado Jules Redeja de sueños siempre gratos y do. 11 Mauricio Barrés, con su cráneo de Ednadores.
gard Allan Poe, infectado de coqueteria: nard, reconoce en su alma nosfálgicael drama de su vida. El ala rota no se poEs una situación desolada la de un con las ideas que él desposa, hace madrá remendar en la trastienda de su exis niño que va creciendo en abandono y al trimonios de convivencia; Paul Adanı, tencia.
llegar a la juventud, cuando nacen las quisiera un golpe de bombo después de pasiones y los anhelos, sea el mismo, sin cada una de sus frases. Goncourt, cureconfortantes adquiridos, sin dádivas de ya mano tiene la blandura de edredón dos de temas esenciales y orientadores.
amor que lo levanten de su medica de húmedo; George Sand, esa vaca lecheSi en algún momento, el lenguaje incuamargura. eso que le acontece a Re ra de la literatura. Huysman, grisáceo, rre en énfasis, no se trasmite para nada nard lo experimenta su padre, a quien barba en punta, rasgos duros, capaz de tal énfasis en la interpretación. Este es amaba, dice por esas raíces subterráa las literatas impregnadas un Alberdi trabajado con limpieza. Naneas que unen a los espíritus. El padre de cantáridas Catulle Mendes, el rufian da se oculta de él, ni son forzadas las adquiere ese aburrimiento y ese dejarse de las letras; Lemaitre, innoble; Anatole explicaciones de sus pasos impugnables.
morir sin hablar ni sentir urgencia de Si el lenguaje no borra la adjetivación France, cretino.
nada a causa de esa que fué su esposa encomiástica, insistiendo en declarar de y madre del pequeño, tirana abierta, Rara psicología del escritor; pero no antemano la grandeza del personaje, en cruel en sus imputaciones de olio, de se crea en la exageración de sus percepcambio su retrato y el inventario de sus andanzas ideológicas y políticas no eluciones: le agradaba la firmeza de las sugerencias malévolas y de palabras envueltas en sutil veneno. Hab:a, pues, costumbres, la utilidad manifiesta de la den nada del Alberdi problema, del Alen esas vidas, el querer verse y no verse, literatura, esa literatura sobria y eleganberdi conflicto. Editó Fondo de Culel repudio diario a cada encuentro obligate del clasicismo francés que él sigue en tura Económica. do en el estrecho hogar. Hay una frustra el más delicado de sus libros, su DiaDardo CUNEO ción de esas vidas, de lo que pudo haber si rio. en Pelo de Zanahoria y otros Buenos Aires, 1955 do y no lo fue por esas causas o copmlica. cuentos SI envenenar Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica