76 REPERTORIO AMERICANO Esos perros marinos se persiguen la bola del aire alucinado. El remord.
y el viento acecha troncos descuidados.
miento de la poesia pura. poesia impu¡Ay, voz amcigua, quema con tu lengua esta voz de hojalata y de talco!
ra. vana pirueteada. torre de salitre donde se entrecruzan las palabras Quiero llorar porque me da la gana y aurora lisa que flota con la angustia como lloran los niños del último banco porque no soy un poeta, ni un hombre ni una hoja de lo exacto. alcanza aquí una evidenpero sí un pulso herido que ronda las cosas del otro lado.
cia lacerante. Aquí el poeta no pregun.
Quiero llorar diciendo mi nombre ta, no espera: desea. Si tuviera yo auFederico García Lorca, a la orilla de este lago ioridad para tanto, pediría a los futuros para decir mi verdad de hombre de sangre editores de las obras de García Lorca matando en mi la burla y la sugestión del vocablo.
que acogieran estas estrofas que compleAquí frente al agua en extremo desnuda mentan e integran el sentido trágico de busco mi libertad, mi amor humano este canto. La pugna agonal que el no el vuelo que tendré, luz o cal viva agua desnuda del lago agrava y precipimi presente en acecho sobre la bola del aire alucinado ta. entre la sangre y el arte, entre la Poesia pura. Poesía impura.
cárcel de la norma y la libertad del amor Vana pirueteada, periódico desgarrado.
humano sólo queda expresada plenaTorre de salitre donde se entrechocan las palabras mente si se mantienen estas estrofas, y aurora lisa que flota con la angustia de lo exacto.
las que entregan mejor el sentido re; No. No. Yo no pregunto. Yo deseo.
cóndito, trascendente del poema.
Voz mía libertada que me lames las manos.
En mi laberinto de biombos es mi desnudo el que recibe Cada vez que se cumple un año mís la luna de castigo y el reloj encenizado.
del asesinato de Federico por la bartaAquí me quedo solo, hombrecillo de la cresta rie franquista, se impone una meditacon la voz que es mi hijo. Esperando ción de su rara calidad creadora. En na la vuelta al rubor y al primer gusto de la alcoba verdad que hay mucho que buscar, que pero si mi moneda de sangre que entre todas me habéis quitado.
encontrar, que ahondar en su poesia Así hablaba yo cuando Saturno detuvo los trenes Su teatro, gran poesia, está esperando y la broma y el sueño y la muerte me estaban buscando una calibración digna de su rango. Cuent allí donde mugen las vacas que tienen rojas patitas de paje.
do se haga, se comprobará hasta donde allí donde flota mi cuerpo entre los equilibrios contrarios.
había en él una rara sustancia, una Gracia rica de gracias, venida de lo más raTiene mucho interés comparar esta La estrofa, honda y hermosa, en que el dical y profundo del tiempo español. Su versión primera con las que aparecen en hombre de sangre quiere decir su verteatro es clásico en la medida más difilas ediciones aludidas. Hay variantes dad sin formulas, sin la burla y la scil y exacta: por su fidelidad sustanci en casi todas las estrofas y en versos gestión del vocablo. aparece más c: a la magia escénica de Calderón de de la misma estrofa. Así, en el octavo trañada y poderosa con el ingrediente Lope: liturgia y pueblo; por su virtud verso, Federico puso primero saliva, quie del nombre propio, de la cifra exacta en incomparable de tocar lo circundante, quedó después en lengua En la estrofa que pelean el artificio y el pulso: lo contemporáneo, con dedos cargados séptima encontramos este verso: con mi de niebla de siglos. Los que conocim 23 nativo desprecio del arte y la correcta Quiero llorar diciendo mi nombre a Federico gozamos el privilegio de ley del canto que después desaparece. a la orilla de este lago.
asomarnos a un manantial impetuoso y La novena estrofa ofrece cambios nota Federico García Lorca, bullente, pero en cuyas aguas se sentía bles. En las versiones recogidas no de ya la ancha claridad y el poder de pertodo iguales. leemos: Pero donde está la capital diferencia manencia. En una distancia a la que su entre la primera versión y las dadas en fuerza otorga perspectivas históricas se Quiero llorar diciendo mi nombre, libros es en la supresión total de las es va descubriendo su estatura creciente. rosa, niño, abeto a la orilla de este lago trofas once y doce: Los viejos creyentes se alborozaban al para decir mi verdad de hombre de sangre.
tocar cuerpo de santo. Los que vimes Aquí frente al agua en extremo desnuda.
en Federico aquel desenfado gallardo, En la versión que conservamos hay, Poesia pura. Poesía impura.
aquel tuteo de la gloria, podemos decir sin duda, un dramatismo más directo y que tocamos cuerpo de clásico. En las conmovido al llorar el poeta su propio ¿Repudió Federico estas estrofas?
luces de su teatro vendrán a encender nombre. Ya sabemos que no es la úni. Las sustrajo para darles, por otro lado, sus fuegos los autores de mañana. Cier.
ca vez que Federico sufre, en medio de aire y desarrollo? Pudiera decirse que to que no pudo darnos la farsa cumplisus versos, la angustia y el asombro de no tienen el pulimento de las otras; peda en que se fundieran gozosamente su su nombre. Recuerdese en sus primeras ro no podría negarse que hay en el as humanidad y su invención, pero en lo canciones la pregunta ensimismada: un momento de hondura y belleza sinque nos dejó está la marca de un gulares. Léanse con toda atención estos mino certero y el perfil de una gran haY entre los juncos y la baja tarde, ocho versos. No creo que haya momet.
zaña: la de recoger las esencias, transqué raro que me llame Federico!
to en la obra de Federico en que se enformadas, del gran teatro español y sifrenten tan dramáticamente la sed de iuarlas a nivel de su tiempo, y abandey más tarde en el Romancero Gitano: libertad, de amor humano, con el demorarlas hacia futuras grandezas. no de la expresión inusitada. El poeta Ay, Federico Garcia, no quiere su vuelo futuro luz o cal viJuan MARINELLO llama a la Guardia Civil!
va. ni el acecho del hallazgo sobre La Habana, 1955.
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