40 REPERTORIO AMERICANO MAESTROS RECORDADOS Enrique José Varona Por Mario SANTA CRUZ (En Rep. Amer. Le observé cauteloso sobre la política del Presidente Machado. Se diría que hablar de él le resultaba vergonzoso ante un extranjero, Pero sus gestos me revelaron su pensamiento. Recuerdo esta frase restallante. mí no me satisface que el amo de Cuba sea cubano. Lo que me satisfaría es que Cuba no tuviese amo. pesar de su edad avanzada, nadie al verlo podría suponer que frisara en tonces en los ochenta años, pues su apostura era gallarda y fresco su rostro.
Era más bien alto y vestía con británica puleritud. Paseando por Piccadily, se le hubiera tomado por un lord.
Trabajaba con entusiasmo, como cuando no había enarenado sobre su cabeza pensadora. Su lema era el de Emile Zola; Nulla dies sine linea. Carrera 14 No. 82. 46 Anoté como prueba de civilización el respeto de que vivió rodeado Varona, Grandes y pequeños hablaban de RB HIS y él con entusiasmo, con orgullo, como de un valor primordial de la tierra, Dr. Enrique José Varona mucho más precioso que la caña de azúcar o el tabaco.
La primera mañana que pasé en la El Dr, Varona se refirió enseguida a Cuando me alistaba a salir de la Capital de Cuba se la dediqué al Maes los problemas cubanos, Me dió la imcasa del Maestro Varona, oí leve frutro Enrique José Varona el Patriar. presión de estar desilusionado de todo ca de Camagüey, como lo llamó alguna realidad de su patria no corresponde bajaba por la escalera una bella joven.
cuanto le rodea. No me ocultó que la fru, inquieto taconeo. Volví los ojos: vez Sanín Cano. Había visto su dirección en Repertorio Americano de a sus ideales de gestor de la indepen Sentí que al penetrar en la sala se iludencia de su país, porque mi interlocu minaba esta. El gran cubano, que San José de Costa Rica: Calle 8, No.
18 del Vedado, barrio residencial de tor no se conforma con una patria a adivinó mi asombro, me dijo entonces: la Habana. Tomé un forcito y después medias. No pretendió engañarme ni «Es mi hija, mi secretaria, el bordón de recorrer el maravilloso «Malecón, engañarse, como lo hiza, verbigracia, el Dr. Orestes Ferrara, quien cuando de mi vejez, mi mejor poema. el auto se adentró en bellas avenidas estaba a orillas del Potomac, con su con árboles. poco andar me encontré ante un chalet coqueto, con su migaja de cuando escribía en «La Reforma casaca de embajador, pensaba distinto Bogota, Colombia de jardín poblado de rosas.
Social» de Nueva York. La conducta El Maestro Varona, al que pasé mi de este «condottiero. al que conoci tarjeta, me recibió inmediatameute. en la Ciudad de México, me asqueó REVISTA IBEROAMERICANA Apenas si pude examinar la salita a totalmente. Lamento el entusiasmo con Publicación dedicada donde me condujo una criada: cuadros que entonces hablé sobre él, quizá por al estudio y a la difusión de las letras al óleo de firmas prestigiosas, tapices, que al hacerlo pensé más en el autor iberoamericanas.
bibelots, condecoraciones y diplomas de «Maquiavelo» que en el diplomátiacadémicos de Universidades de ambos co entreguista.
Director Literario: mundos, discernidos al filósofo, a tiArturo Torres Rioseco.
tulo de honoris. causa. Cuando le re Varona que por encima de todo era Director Editor: pito mi nombre, me recuerda como co un maestro, se consolaba de su desenlaborador de Repertorio Americano canto político absorbiéndose en su taAlfredo Roggiano.
y agrega. qué diéramos aquí por te rea magistal. Cuando el presente está ner un García Monge, diseminador de perdido. me dijo hay que luchar Pedidos a: cultura. Empezamos a conversar. Co por el advenimiento de un porvenir Marshall Nason, mo le digo que estoy en la Habana, mejor. Desde hace muchos años esa Secretario Ejecutivo.
de paso para Colombia, me formula es mi labor primordial. Tal vez logre UNIVERSITY OF NEW MEXICO.
preguntas sobre mi país. Advierto que así que mis nietos lleguen a poseer le interesa todo lo que se relaciona con Albuquerque, New Mexico.
una patria de que puedan enorgulle.
la juventud colombiana, cerse. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica