88 REPERTORIO AMERICANO Croquis realistas El pueblo y sus gentes Envio del autor facultades y a sus medios: la borrache.
ra del domingo. Con majestad olímpica Después de alzarnos sobre colinas espenetran a la taberna y, bajo la propicalonadas como las espaldas de una M; cia exaltación de licor, toman al desquide sentirnos con alas en los bordes de te de todas sus humiliaciones; sui boca los precipicios y hormigas entre la pol.
olvida el duro rictus de la esclavitud, y vareda de los caminos; de interpretar por sus ojos enardecidos se presiente el hastío de un caballo que filosofa en una chispa, una posible chispa de enermitad de una pendiente y de maravi.
gía y altivez, que con el tiempo pueda llar nuestros ojos de horizontes azules prender la hoguera de la redención. Aly de caserí blancos, hemos llegado a gunos espíritus generosos han iniciado una aldea.
cruzadas contra el alcoholismo, el vicio Esta aldea es como todas las aldeas.
denigrante que es como un cáncer para De lejos: blanca, sonriente idílica. De la conciencia del pueblo Sin embargo, cerca: sucia, apática, miserable. Sas caesos nobles esfuerzos no han obtenido lles son tortuosas, empinadas en sube y ningún resultado práctico. El problema baja, como si el poblacho estuviera agitiene diferentes aspectos; y antes de atatado por un ataque epiléptico. Las cacar los efectos, debemos suprimir las sas tienen techos de paja, puntiagudos causas.
como gorros de pierrot trágicos pieNosotros no vemos en el vicio más rrots de la miseria y paredes de lodo que los resultados, de tantas maneras y cañas. son tan leves que parece crueles e inmorales: la degeneración, la que el viento ha de inclinarlas como a miseria, el crimen. Pero para ellos es allos bambúes.
go más: es la liberación, el olvido, el Se ven mujeres de vientre fecundo, desquite. Es la única riqueza que posiempre alzado, como un contrapeso a seen! Antes de quitársela, debemos penla canasta de frutas o al haz de leña o sar qué les daremos en cambio para el al cántaro de agua, que doblan sus esespíritu. Para ese pobre espíritu, ahepinazos de hembras cansadas, ya sin corrojado y nulificado por nuestra avaricia quetería y sin lujuria; y en cuyos ojos y nuestra indiferencia, tristes se ha plasmado el gesto de una embrutecedora fatiga.
JULIO ENRIQUE AVILA continúa la El hogar campesino Hay multitud de perros llenos de sar serie eficaz de escritores latino americaEl hogar es para la gente aldeana, por na y de bilis, que ladran a toda hora.
nos que llegan a una Secretaria de Edulas circunstancias difíciles de su vida, En la familiar vida del pueblo los pe cación con el nombre de Sarmiento y el más que todo, una defensa contra la mirros son conocidos por sus nombres, tan de Vasconcelos en la frente, para conseseria. Raramente ha nacido de simpatías, conocidos por lo menos como sus due. jo y encendimiento, a comprobar que el casi nunca de amor. Los sentimientos deños. Se sabe de sus vicios, de sus de escritor sirve tanto como el buen pedalicados difícilmente pueden subsistir con fectos y de sus relaciones. Lo mismo gogo en una empresa de cultura popular.
que a los hombres, a unos se les teme, Prosista cuidado y arribado a sobriela miseria, pero con la miseria y la iga otros se les desprecia y a la mayoría dades, él ha hecho periodismo del mejor; norancia juntas, no los encontraremos nunca.
se les odia. Ellos colaboran en las sim poeta, en prosas breves y en dos volúpatías y en las enemistades de sus due menes de versos; ensayador de un teaEl amor. La ternura. qué vacías de ños, son sus cómplices. El marrano es tro libérrimo en la línea de Maeterlink, sentido son estas palabras para un homel único feliz. Entre tanta miseria, él todo lo hace, en literatura como en edubre que no ha tenido nunca tiempo pavive opulentamente, dueño de inagotacación, con probidad intelectual, con mara admirar, ni capacidad para la medible provisión de lodo y desperdicios. durez de cultura y con definitivo buen tación. Lo más que podemos pedirles es así como vemos mujeres bondad, sencillez, paciencia; y en vergusto.
cargadas de chiquillos desmedrados, vemos marranas Gabriela Mistral dad. que hay entre ellos espíritus bondadosos, sencillos y pacientes. tan paseguidas de una prole abundante y ro Guatemala, octubre de 1931.
cientes. Capaces de privarse de su yanbusta; así como hemos encontrado mutar humilde para ofrendarlo al que lle.
jeres víctimas de un trabajo inicuo y.
ga a su rancho hambriento y fatigado.
grosero, encontramos marranas libres y emoción vienen con los ojos opacos, Pero el don de la caricia, el milagro de sensuales, seguras de que para sus hi que saben ver a través del polvo y de poner suavidad en la rudeza, la gracia de jos no ha de faltar como para los hi la sombra. Todos sin otra inquietud que saberse otorgar un mimo hecho con el jos de los hombres el alimento, ya que mantener viva la lumbre de su puro y alma, eso no. No les queda tiempo a el pueblo promete ser sucio por mucho sin otro sueño que el exiguo plato de los pobres para aprender a eso.
tiempo todavía.
frijoles, que cumple con su cometido de Un jornalero que lucha desde el alba En las tardes el campanario de la er ayudarles a no morir, y el duro tapexco hasta el atardecer, con instrumentos tosmita, ante quien las casas parecen de de varas, que será blando lecho de plucos y pesados, bajo el sol y el polvorodillas, canta la misa del retorno y a mas para su cuerpo destrozado.
necesita una samaritana que al cenit, su influjo van surgiendo por las vere Pero me olvidaba. Hay para ellos al cuando la sed abrasa y el hambre apredas los campesinos que regresan de la go que sintetiza sus anhelos, algo que mia, ponga en sus labios un jícara de faena, llenos de polvo y sudor. Los sem les permite evadirse de ellos mismos.
agua fresca y un primitivo bocado que bradores que arañando las cicatrices de Nosotros, los que disponemos de teatros, engañe el apetito. Necesita una compala tierra han preparado el pan para tomúsica, lecturas, y aun de la simple conñera que le espere a la oración con el da una colina, vienen agotados por la templación o de la infinita espiral de fuego encendido y la cena lista; que por lucha en pleno sol; los leñadores traen un pensamiento, no podemos concebir las noches, cuando la luna se deja ver, todavía pegada a las manos la savia de esa deprimente angustia de estar siem escuche de sus labios alguna canción los árboles decapitados por el hacha y pre consigo mismo, rondando alrededor simple y melancólica, acompañada con en los oídos el lamento del bosque he de su miseria, espectros de seres vivienla vieja guitarra. Una hembra que, cuanrido, que repercutió por toda la monta tes, eternamente despiertos bajo el azodo el sueño y la fatiga no lo vencen, le ña; los carreteros inconscientes devora te de una realidad que no les permite ayude a representar una burda parodia dores de distancias, por cuyas pupilas alzarse en el olvido de un sueño. Hay padel amor.
las lejanías desfilaron sin cuajar una ra ellos un único anhelo posible a sus (Pasa a la página 95. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica