Repertorio Elmericano SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA Tomo XXII San José, Costa Rica 1931. Sábado 28 de Marzo Núm, 12 Año XII. No. 532 SUMARIO Obreros.
Euripides (y 5)
Poemas. el aspecto técnico. Exhortación beroica.
Marginaciones bibliográficas.
Una accidentada visita a San José Benjamin Jarnes Francisco Contreras Ernst Wiechert Acorin Sir Gilbert Murray Jaime Torres Bodet Juan del Camino Blanuel Segura Castañeda Aragón Persiles Un libro de poemas.
Veinte años de labor en el Mercure de France.
El Centurion de Cafarnaum.
Del Evangelio según San Mateo.
Agrupación al servicio de la República.
Gregorio Muralon, José Ortega y Gasset y Ramón Pérez de Ayala Vamos, lector; no hagas denObreros ción de esta sillita, que va a gues ni hazañerías. Si te está resultar tan ligera, sana ele y bien, si te está pintiparada, si De El Sol, Madrid gante. Cuando la tengamos te está perfectamente, si parece terminada, la pondremos sobre que la han hecho a tu medida, el banco y la contemplaremos si seguramente la han cortado amorosamente, dando dos pasos pensando en ti. Tú qué huatrás, como el pintor o el es bicras querido: que nos lanzá. tatuario contemplan su cuadro ramos a la tarea así como vaO su estatua.
mos. Con este terno flamante. Podremos terminarla Mejor hubiera sido, créelo, con será preciso volver mañana?
el grotesco chaquet, o con el Lo digo porque ha llegado el ridículo frac, o con el vulinstante de trasladarnos a una gar smoking. Fuera bromas, a herrería. No es grande tampoco ponerse la blusa; ya sé que 14 este taller; es chiquito, y está, la blusa va desapareciendo; sónaturalmente, negro; negras las lo la llevan, ya, puede decirse, paredes, wegro el techo, negro que nuestros amigos los albael suelo. En el fondo se halla ñiles; pero la blusa sieinpre la fragua; on: medio está el será cómoda para el trabajo; yunque. Un mocito tira ya de los movimientos con ella son la cadenilla del fuelle; el hofáciles, desembarazados; en un gar es todo él una encendida momento nos la ponemos y en. brasa: el barrote de hierro que un momento nos la quitamos.
hemos puesto en el fuego está ¿Ves qué bien que te está?
blanco. Lo sacamos con las to¿Pues y a mí. Ni que toda la nazas, lo colocamos en el yunvida hubiéramos sido carpin PA que y vamos dando sobro él teros, herreros, tejedores! Estos con el recio macho. El tintinear tres oficios son los que vamos de los martillos sobre el yunPor Amighetti a practicar en el día de hoy; que es una cosa que nos ha dejemos por unas horas los liencantado desde niños, cuando bros; olvidémonos de leer y de escribir. mos lo primero de todo. Cepillar los ba en las madrugadas de invierno lo escuNuestro pensamiento y nuestra sensibili rrotes para la silla? Sillas las hay de chábamos entre sueños. Ahora estamos dad los vamos a ejercitar hoy haciendo muchas clases; elegiremos para nuestra bien despiertos; vamos a construir con una silla, forjando unas trébedes, tejiendo tarea una de paja. En el Manual del car este hierro unas bellas trébedes. Lo que un bello mandil de colores. Cosas fáciles pintero, de Nosban, traducido por Isi hacemos en esta modesta herrería no son todas; cosas. que están al alcance de cual doro García Vicente y publicado en 1833; más que trạþajos humildes; tú sabes que quier carpintero bisoño, o de un herrero. en ese Manual se hace el elogio de las los herreros que no labran más que estos primerizo, o del último de los aprendices sillas de paja. Las sillas de paja so trabajos pobres se llaman chapuceros. Pues de tejedor. Pero, lo diré también: cosas. dice son las más sencillas de todas, tal nosotros ahora somos unos humildes chaque exigen tanto pensamiento como es vez las más sanas, las más frescas, y, sin puceros. Nos parecemos al herrero de cribir un articulo de literatura o de po disputa, las más ligeras. Principiemos, Arganda, que, según el refrán. él se lo.
lítica. No adelantemos los acontecimientos; pues, a trabajar en una silla de paja. El fuella, él se lo macha, y él se lo lleva a lo que haya de decirte, poniéndome muy mismo autor añade que las «sillas de esta vender a la plaza. Claro que en Arganda serio, ya te lo diré al final. Ahora, al tra clase se hacen ordinariamente de cerezo habrá herreros humildes, al igual que lo bajo. ya estamos en la carpintería. El silvestre, que se tiñe de color de caoba. somos nosotros ahora; pero los habrá tamtaller es reducido; nota cómo huelen las En tanto vamos laborando con la sierra, bién que hagan labores de más enjundia.
maderas que están ya aquí aparejadas, con el cepillo, con el escoplo, con la li Asimismo dice otro refrán que «en casa de según término técnico, para hacer de ellas ma, con la gubia, entonamos una cancion herrero, cuchillo mangorrero. pero denlo que se quiera. El pino, la caoba, el cilla; el tiempo ya pasando sin que lo tro de un momento, cuando tomemos una haya, el roble, todas las maderas, en fin, sintamos; nos apasionamos en la construc ligera refacción, verás cómo nuestro cullenan con sus fragancias el pequeño ta ción del mueble; sentimos en todo el or chillo no es tan tosco como dice la voz ller; en un armario se hallan esperando ganismo un impulso igual al que sentimos popular. Ya la tarea, después del trabajo las diversas herramientas. El día es tem cuando estamos escribiendo un artículo; que hemos hecho, ha terininado; tendreplado; podemos tener abierta la puerta; experimentamos, al cepillar estos barrotes, mos también que volver otro día. Corraabramos también esta ventana que tiene un fervor idéntico al que experimentamos mos hacia el tercer taller. No es verdad un cristal roto y que ha sido sustituido ante las cuartillas. Todo nuestro ser, es que ya quedan pocos telares de mano en por un periódico. Qué quieres que haga píritu y materia, trabaja en la construc España. qué bonitos que eran! Gene Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica.