Anarchism

REPERTORIO AMERICANO 351 olvidar su destino. Nadie salse ya vivir ob Pero lo que ha habido de admirable en la rea Ahora habremos de decidirnos. En esta revoluservaba recientemente Aldoux Huxley, salvo, lización final de la República española ha sido ción hay algo nuestro. Aún más. Cuando los acaso, algunos italianos, los provenzales y los el apartamiento, la desaparición, la ausencia de españoles festejen el Catorce de Abril, no evocarán españoles Sí, quien anhele tomar lecciones todo romanticismo, el hecho de que no han tomado sino una jornada pura de sangre y de desorden.
de vida sabe que es al lado de los españoles donde parte en ella lira, tribuno, retórica, barricadas, Nosotros no podremos decir otro tanto del Catorce es necesario instruirse. Los españoles conservan Lamartines ni Annunzios. Todo los intelectua de Julio.
el secreto de la resistencia a esta invasión de la les cuya adhesión a la República inclinó la balanza! Este extraño pueblo madrileño, que en todas materia de que tanto nos quejamos actualmente. no actuaron directamente sobre el pueblo. Pero las cosas sabe poner su gracia y su gentileza, no Son el refugio del espíritu.
novelistas sutiles o metafisicos altivos, no por eso rompió ni un cristal del palacio real, el cual se dejaban de ser el pueblo mismo. Estaban fundidos hallaba guardado por muchachos jóvenes que se Uno de los rasgos de nuestra época escribía con él en la misma realidad. No debemos hacer habían impuesto a sí mismos el deber de impedir. hace algunos años Salvador de Madariaga con nos en Francia ninguna ilusión; lo que ha echado a la multitud que pasara adelante. Improvisasiste en tratar de buscar el remedio a los males al rey de Madrid ha sido la evidencia. El rey ronse pullas y canciones contra los amos de la públicos en reformas de carácter cientificoeconó ha sido echado por España y por la realidad es vispera; pero yo no he oído ni una injuria baja, mico, juridico y hasta mecánico. nadie se le pañola. Representaba un régimen mecánico, ex ni el menor grito de rencor o de venganza. Solaocurre que la curación de estos males es menester tranjero, artificial, sin prestigio y sin espíritu, mente hube de oir que hubiera sido necesario colobuscarla en el espíritu. En esta materia, Es el cual no corr ondía a ninguna las aspira car unos soldados ante la Embajada de Francia, paña posee un instinto más seguro que las demás ciones de la unanimidad española. Una vez más, y el otro día, la multitud ha manifestado ante el naciones. Ha admirado siempre a sus santos, in no podremos juzgar a una nación extranjera con Consulado francés en Barcelona. No quiero cluso en los tiempos en que la superstición podía nuestros prejuicios. La idea monárquica tal vez perder a Francia. exclamaba recientemente Sieensuciar un poco este sentimiento. en nuestros represente una tradición francesa. Pero no re burg, como conclusión de su famoso libro sobre días, España ha sabido venerar con una afección presenta nada para España. Basta mirar los re nuestro país, y es indudable que existen grandes más depurada y más humana al santo a quien se tratos de la corte hechos por Velázquez y por razones para que la amistad franco alemana sea debe el renacimiento de la cultura española: a Goya para saber lo que todo español ha pensado dramática y difícil de definir y aún de guardar.
don Francisco Giner de los Rías.
siempre de sus soberanos. bastaba asimismo Pero. por qué no habría de ser lo mismo en cuanA Giner de los Rios, santo laico y sucesor de escuchar el inmenso clamor de alivio que Madrid to a la amistad franço española, y por qué acabar la tradición de la santidad religiosa, es, en efecto, todo entero estudiantes, burgueses, obreros, mu de aislarnos del universo aceptando perder a a quien se debe el despertar de la espiritualidad jeres, muchachas, aristócratas y curas lanzó España?
española. él, que, 1867, al lado de su maestro ante la noticia de la partida de don Alfonso Sanz del Río, renunció a su cátedra de la Uni ¡Ya se fue. 1)
Los franceses somos una civilización de tal versidad de Madrid, negándose a firmar una de En medio de este júbilo, un solo punto negro. modo civilizada que ya no sabemos lo que significa claración de fe política, confesional y dinástica. pero penoso para el viajero francés: el estupor la palabra pueblo. el extraordinario mérito de a Giner de los Ríos, que, más tarde, encarcelado indigno y doloroso con que, entretanto, España la civilización española es el de conservar el senen Cádiz, rechazó la oferta del Cónsul inglés que se veía desconocida en Francia, desacreditada, tido de esta palabra, de conservar hasta el senacudió a ofrecerle el apoyo de la opinión pública escarnecida, injuriada. En España no se com tido de la palabra prehistoria, de la palabra barde su país. Cuánto han cambiado los tiempos. prendía que los franceses hubiéramos olvidado barie y de la palabra naturaleza, vocallos, que ha Por sus fundaciones universitarias la Institución que esos hombres que habían conducido y preci ido integrándolos en su vida perpetua, llena de Libre de Enseñanza comparables a las fun. pitado el movimiento revolucionario fueron, du movimiento, indefinida, en su historia y en su daciones de Santa Teresa, este apóstol consagró rante la guerra, nuestros ardientes defensores, cultura.
su vida a hacer hombres. han sido esos hombres cuya divisa había sido ¡Antes con Francia ven Existe, pues, una realidad española, idéntica nuevos, y al mismo tiempo profunda y tradicio cida que con Alemania victoriosa! y que no ha desde la época de las grutas de Altamira, una nalmente españoles, estos jóvenes deportivos, bían cesado de luchar contra los que Unamuno realidad fiel a sí misma, la cual, en ciertos moabiertos, amigos del aire libre, y de las ideas asép llamaba los trogloditas, toda la camarilla de je mentos, se pierde entre la arena y que los alentaticas, los que, desde hace treinta años, han trans. suítas y de militares, inspirada por una mojigata dores de la concieencia nacional y los excavadores formado de una manera tan completa las costum y bobalicona germanofilia que en el B se maravillosos encuentran de nuevo y la hacen brobres de la Universidad y de la ciencia españolas. desataba en insultos contra una Francia a la que tar. esta realidad es popular, esencial y exTodo lo que estas cuentan de maestros eminen se pintaba en plena decadencia y en la agonía. clusivamente popular, hasta tal punto popular tes ha sido formado en la atmósfera saludable No se comprendía en España como en Francia que todo el pueblo español no está compuesto más creada por Giner; tanto Manuel Cossío, el pudiera ignorarse que el régimen que se hundía que de aristocratas. He ahí por qué no hay que descubridor del Greco, como el venerable Ramón era el que había permitido a los submarinos ale extrañarse de la unidad yiva y estrecha en que Menéndez Pida. descubridor del Cid, filólogo. manes abastecerse en todos los puertos españoles.
los intelectuales españoles se han encontrado de y romanizante éminente, cuya adhesión a la Re. Pero si la ceguera de los partidarios y de los acuerdo con el pueblo. Ya hace mucho tiempo que pública había producido una impresión tan de facciosos es tal que haga perder a Francia la José Ortega y Gasset estudiaba a España, la cocisiva. Que un hombre de estudio de esta altura. amistad del pueblo más generoso y más original nocía, la sentía y la encarnaba. Sabía que era que un hombre de gabinete y de meditación, cuya del mundo, peor para nosotros. Con todo, no invertebrada. sabía la anarquía de que estaba carrera ha transcurrido durante años y años de podrán volver hacia atrás, borrar la historia, ni compuesta, separando las castas, haciendo del finiendo las más antiguas tradiciones morales e impedir a la cultura española y a la cultura fran ejército y de la iglesia organismo distintos, sin históricas de España, saliera de su gloriosa sere cesa haber estado unidas en el pasado, ni que todo comunicación con la masa. Ortega y Gasset veía nidad para adherirse públicamente, con Ramón nuestro siglo clásico se haya nutrido con las rique los males del caciquismo y presentía no los rePérez de Ayala y José Ortega y Gasset, al movi zas, las invenciones, las brillantes y prestigiosas au medios, sino el esfuerzo mediante el cual España miento revolucionario. no era bastante para de dacias del genio español, no podrán tampoco impe trataría de reformarse, de adquirir nuevamente mostrar hasta qué punto este movimiento tenía dir a la España moderna el haber seguido siempre conciencia de sí misma y de revivir. de la sus raíces en el alma nacional, y hasta qué punto de cerca nuestra literatura, habiendo elegido en misma perspicacia, de la misma voluntad tranquila era fatal, lógico y necesaria?
ella, para fortificarse, los ejemplos de libertad y firme ha dado pruebas un Pérez de Ayala, noAsí, la aspiración de España iba cumpliéndose moral, de espíritu aventurero, de cariño loco por velista potente, ensayista y crítico rectilíneo, uno por la reforma universitaria, por los primeros la perfección que constituyen su grandeza. Des de esos hombres que mejor han descrito la proescritos de Ganivet y de Unamuno, el Idearium pués de todo, si los españoles han llevado a cabo vincia española, su sueño, y también sus inmensos español, de aquél, y los evangelios de éste: El esta revolución, ha sido a los acordes de una cierta recursos espirituales, y este naturalismo, este Sentimiento trágico de la Vida, esta Vida de Don Marsellesa, cuyas notas hacemos resonar, desde humanismo noble e irónico, esta bondad sonriente Quijote y Sancho, en la que, en una lengua de hace mucho tiempo, en las distribuciones de pre y acertada, este buen sentido, esta gravedad rúsmetal, se resume toda la filosofía de la España mios y en nuestros comicios agrícolas. al echar al tica que forman el fondo del carácter español y pasada y de la España futura, todo su realismo rey trapacero. al rey embustero. habrían podi del que los diálogos de Don Quijote y Sancho nos miştico, su quijotismo eterno, esta crítica de la do recitarle los versos de un cierto Romancero con habían dejado una imagen sabrosa inolvidable.
ilusión cósmica y amarga y total contemplación que el que se atiborra el cerebro de nuestros es Al lado de estos hombre, he ahí a Gregorio Marade la nada universal, que, por un salto paradójico. colares, y que nuestro Victor Hugo ha puesto en ñón, cuyo nombre es conocido en Francia a causa de la voluntad, conducen al hombre español, al labios del Cid: de sus trabajos de psiquiatria, que en nuestros homo hispunicus, a vivir más apasionadamente hospitales parisienses ha sido el discípulo de nuesy más libremente que ningún otro pueblo. no Vous ne allez qu la hanche; tros grandes maestros, y cuya radiante presencia hay que olvidar tampoco, en este examen de la Quoique allier et hasardeur, habrá de conocerse próximamente entre nosotros.
edad heroica del renacimiento español y de sus Vous etes pelit, roi Sanche; He aqui a Manuel Azaña, el nuevo ministro de la precursores, la figura del magnífico y jovial conMais le Cid est grand pour deur. 2) Guerra, que ha escrito no hace mucho tiempo un quistador Blasco Ibáñez, tan popular, tan tumullibro notable y muy justo sobre la política frantuoso, quien hubo de ser enterrado en tierra francesa; Fernando de los Ríos, sobrino de Giner de. En español en el texto.
cesa antes de haber visto realizarse el sueño de su los Ríos y heredero de su tradición de honor y (1) No me llegáis sino a la cadera aunque aitanero romántica juventud de conspirador.
y temerario Vos sois pequeño, rey Sancho, mas el de austeridad; Eduardo Ortega y Gasset, hermaCid es grande por ambos.
no del filósofo, compañero de destierro de Una. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica