278 REPERTORIO AMERICANO su posible, acomodar todas estas cosas a la Re en el fuerte de Goux, escribió a su tío estas. no puede ser un hombre de acción. La escru.
volución y salvar la subitaneidad del tránsito. lineas. Los tiempos se regeneran, la ambición pulosidad es una cualidad matemática, intelec¡La subitaneidad del tránsito. Admirable ex es hoy permitida. Salvadme, os lo pido, de tual: es la exactitud aplicada a la valoración presión, que condensa todo el método político esta fermentación terrible en que me encuen ética de las acciones. Si se examina con cuiy diferencia a éste de la magia. El revolu tro, que podria destruir el efecto producido dado la vida de Mirabeau, de César, de Nacionario es lo inverso de un politico: porque al sobre mí por las reflexiones y las desdichas. poleón, se ve que la presunta maldad no es al actuar, obtiene lo contrario de lo que se Hay hombres que es preciso ocupar. La acti sino la inevitable falta de escrupulosidad aneja propone. Toda revolución, inexorablemente vidad, que lo puede todo y sin la que nada sea todo temperamento activista y, por tanto, sea ella roja, sea blanca. provoca una con puede, tórnase turbulencia cuando carece de impulsivo. El mundo antiguo, que iba en todo trarrevolución. El político es el que se anticipa empleo y de objeto. hasta las últimas consecuencias, cuando decidió a este resultado, y hace a la vez, por sí mis Esta confesión revela hasta qué punto sentia ser escrupuloso en el estoicismo tuvo que mo, la revolución y la contrarrevolución. en su propio interior la necesidad de actividad. elegir como norma suprema la epoje, la inacción, La Revolución era la Asamblea, que Mira. En la inercia, su torrencial activismo le ahobeau dominaba. Necesitaba también dominar la gaba. He aquí lo más característico de todo Contrarrevolución, tenerla nand Nece grande hombre político.
La vida de un grande hombre politico camsitaba el Rey. De aquí su afán por penetrar El intelectual no siente la necesidad de la bia de aspecto en el momento en que empieza en Palacio. Pero los conservadores Rey, aris acción. Al contrario: siente la acción como una a actuar como hombre público. En el cauce de tocracia son también definidores, como los ra perturbación que conviene eludir. y sólo, cuando la publicidad, de dilatadas riberas, parece aquel dicales, y sentían repulsión hacia Mirabeau. Es es forzosa, a regañadientes y de mala manera, torrente vital ganar sus propias dimensiones y probable que los desastres subsiguientes se ejecutar. Se complace, por el contrario, en incon ello un curso de ritino magnifico, fértil y hubiesen evitado aceptando la idea simplisima tercalar cavilaciones entre la excitación y la majestuoso. Entonces el contemporáneo o el de Mirabeau: unión de Palacio y Asambiea en actuación. Hay hombres que es preciso no ocu lector de la biografía comienza a aplaudir: le un Ministerio de representantes. Los radicales par en nada, y éstos son los intelectuales. Esta entusiasma la audacia, la infatigabilidad, la efi hicieron imposible esta decisión decretando la es su gloria y tal vez su superioridad. En úlciencia de todos sus actos y gestos, la entereza incompatibilidad del cargo de Ministro con el tima instancia, se bastan a sí mismos, viven de inmutable con que aguanta el insulto y resiste de diputado.
su propia germinación interior, de su magnífica el ataque, la presencia de espiritu con que go.
Cegado este camino llano de llegar a Pala riqueza intima. El intelectual de pura cepa no bierna su persona en medio de la tempestad cio, tuvo Mirabeau que tomar el tortuoso y necesita de nada ni de nadie, porque es un politica. Pero este entusiasmo tardío es un secreto. Esta fué la famosa venta que de si microcosmos. La mujer, que es tan perspicaz poco vil: se alaba el fruto después de haber hizo el grande hombre. El sueldo que debía, en materia de secretos vitales, entrevé esta denigrado la semilla. El contemporáneo o el por derecho histórico, por obligación superior, fiesta maravillosa que es el alma de un puro lector de la biografia son injustos con la juhaber recibido como ministro, lo recibió como intelectual, esta constante diversión y feerie ventud del grande hombre politico, que es seconsejero privado. Con el dinero, lo primero que acontece en una mente meditabunda, La milla y raíz de su madurez fructuosa. Se quiere que hizo este apasionado lector fué comprar entrevé, y por eso quiere asomarse más, abrir ignorar que no ha esperado para ser hombre la mejor biblioteca de Francia, la biblioteca de la cabeza del intelectual, como se abre una público a que llegue la hora de su popular Buffon.
bombonera, y asistir al espectáculo secreto de epifanla, sino que lo fué desde luego, y que la Poco después, el de abril de 1791, Mira las ideas danzarinas. Como no lo consigue se turbulencia y absurdo. sesgo de su mocedad beau moria por una inflamación del diafracma. enfada y pide al Tetrarca, como Salomé, que provienen precisamente de que siendo ya, por Luego, vino el diluvio.
le decapite, y es ella la que danza con la casu constitución orgánica, hombre público, tuvo Si oteamos esta vida con mirada de psicó. beza llena de danzas.
que moverse en el angosto molde de la vida logos, veremos destacarse luminosamente cierHay, pues, dos clases de hombres: los ocu privada. En Napoleon se nota menos esta dotos rasgos constantes. Primero, la impulsivi pados y los preocupados; políticos e intelec lorosa contracción juvenil porque vive inscrito dad. Para Mirabean, vivir era responder inme. tuales. Pensar es ocuparse antes de ocuparse, en el esquema de la disciplina militar, donde diatamente con un acto a la excitación que del.
es preocuparse de las cosas, es interponer un rápido ascenso permitía la expansión gracontorno recibia, Reflexiona después de hallar ideas entre el desear y el ejecutar. La preo duada de su temple. Sin embargo, una breve se fuera de sí, comprometido en la acción. En cupación extrema lleva a la apraxia, que es demora de uno de estos ascensos produce en quien no es impulsivo, el pensamiento precede una enfermedad. El intelectual es, en efecto, el tal depresión, que resuelve, según comunico al acto; es decir: se hace cuestión del acto casi siempre, un poco enfermo. En ambio, el a un intimo, desertar del Ejército mismo, anticipándolo en forma de idea. Esto político es como Mirabeau, como César. por pasar a Turquia a fin de fundar alli un reino.
trae consigo que el acto no se decida y eje. lo pronto, un magnifico animal, una espléndida Este fundador de reinos imaginarios en Turquía cute sino cuando ha sido aprobado en tanto fisiologia.
era a la sazón un pobre oficial, de uniforme que idea. Como las relaciones entre las ideas La moral. psicológicamente, representa una traspillado, de cuerpo enfermo, de rostro verson muy complicadas, el no impulsivo, el repreocupación, puesto que implica la detención doso y agudo, como el de una fuina, si no reflexivo, decide casi siempre no actuar. Mirade nuestras impulsiones hasta determinar si cuerdo mal, mancillado por una sarna tenaz.
beau no se hacía cuestión de sus actos sino son debidas o indebidas. En el hombre normal, Lo normal es, sin embargo, que el cachorro después de hallarse en ellos, y su pensamiento el acto no se dispara tan rápidamente después de grande hombre político tenga una juventud atendía sólo a perfeccionar la ejecución. Se de deseado que no deje tiempo para hacerse revuelta y atropellada, a veces tangente de la gundo, el activismo. Consecuencia de la impul cuestión moral de él, para preguntarse si es botarateria. Asi Temistocles, Alcibiades, César, sividad es que se necesite constantemente la bueno o malo, para ver su cariz ético. Pero Mirabeau. La última Edad Media vió esto meacción. Como Mirabeau decia de sí mismo, sólo imaginese el funcionamiento de un alma im jor que nosotros y creó un género literario podía vivir «una vida ejecutiva. Vivir, para él, pulsiva: su primer momento no es de ver ese aparte para cantar la prehistoria tumultuosa de no es pensar, sino hacer. Qué? Lo que se pue cariz del acto, sino de comenzar desde luego los grandes hombres. Llamósele «mocédades. da: raptar una dama, arreglar las salidas del su ejecución. Hay, pues, mucha injusticia en asi Les enfances Guillamce, Las mocedades.
Franco Condado, ya que se está en la cárcel llamarle inmoral por haber querido aquel acto del Cid.
cerca de ellas; escribir farsas a la señorita Ju incorrecto. Es que lo ha querido; es decir: Todas esas excelencias que se revelan en la lia, atacar a los agiotistas, reprimir motines, or que ha habido un instante en que lo ha visto, hora ilustre suponen genio, ciertamente; pero ganizar el Estado y, si no se puede otra cosa, en que se ha colocado ante el contemplativa también un substrato de ciertas condiciones orcopiar, copiar páginas de libros. Todo menos mente? Eso es lo que hace el intelectual, el gánicas que aisladas parecen monstruosas. Tasoñar; es decir: imaginar que se hace algo sin moral: contemplar sus propios actos. Por eso les son la impulsividad, el activismo e inquietud hacerlo. Almas asi sienten profunda repugnan suele no ejecutarlos. Pero el impulsivo no se constantes, la falta de escrupulosidad. Sobre cia a esa suplantación del acto que es su ima anda en contemplaciones. En el lo primario es éstas va a caballo el genio; sin esas capacidagen o idea, su espectro.
ya el operar. Desde un punto de vista moral, des psicofisiológicas, que son como fuerzas Tenía veintiséis años cuando, encarcelado lo único que cabe exigirle es que se arrepienta brutas y poderes elementales demoníacos, didespués de la acción consumada, ya que sólo ría un antiguo, no hay grande hombre político.
entonces le es dado contemplarla.
La historia lo ve desde Inego como estatua (1) También aqul se advierte la semejanza con la fisica. La gravedad de Newton es un resto de magia, por No acusemos, pues, de inmoralidad al gran ecuestre, y así hace gran figura; pero en su que actúa súbitamente, sin duración de tránsito. Toda político. En vez de ello, digamos que le falta juventud fue ya caballero a horcajadas sobre la nueva física la relativista se propone evitar la subitaneidad del tránsito.
escrupulosidad. Pero un hombre escrupuloso el aire, y fué potro suelto sin caballero. Las ancés y Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica