REPERTORIO AMERICANO 271 Guatemala, y las Leyendas de Miguel Angel Asturias. invio del autor Como el amor brota a menudo de un en Antonio de Fuentes y Guzmán, dura de ¡Tierra envidiable, la que aparece pincuentro fortuito, también el sentimiento roer pero sabrosa cual ninguna otra a poco tada en sus páginas inmortales tan simples que ciertos países nos inspiran suele nacer que la abordemos con apetito propicio. y tan hondas, tan en familia y tan pudode causas secundarias. Así nos lleva a el libro del bachiller Domingo Juarros. rosamente emocionadas!
amar a Francia su literatura; a Italia, su la crónica de Fray Antonio de Remesal, Mas tarde, las luchas de la libertad, el arte. Sus costumbres ganan a otros países causa de siňsabores mil para el, ilustre do esfuerzo hacia el progreso, poema de la afectos durables; los más de los hispanistas minicano. los sonoros versos de Landi energía humana en todos los jóvenes paison ejemplo: otros nos acerca el don de var, que a la perfección tradujo mi docto ses. entonces, y siempre, la voluptuosa simpatia personal de sus hijos. a otros. amigo el presbítero mexicano don Federico atracción de la Naturaleza del suelo opuotras causas. Sentimiento anterior a la Escobedo. Y, luego, el máximo embru. lento al cielo triunfal y hasta el sápido experiencia, que confirma o a veces in jador, José Milla.
regusto que dan a la vida cotidiana los firma el conocimiento directo.
peligrosos juegos del removedor Pero es menos frecuente que nos de montañas, el inquiëto Cabrakán.
atraiga un país por sí mismo, por cien cosas más, atropelladas, cuanto lo constituye, por su geoLeyenda de la Tatuana telescopiadas en el tumulto del regrafía, su historia y su presente.
cuerdo: el esplendor del intacto De la obra Leyendas de Guatemala: Por Miguel De mí a Guatemala ha tenido el. Angel Asturing, Ediciones ORIENTE 1930, Madrid quetzal y, el pathos tremendo de afecto hilos seguros y sólidos, que la tragedia de doña Beatris de la Ronda por Casa Mata la Tatuana. estoy convencido el conociCueva, la estampa paradisíaca del miento directo volverá indestrucEl Maestro. Almendro tiene la barba rosada, fué uno de los palude amatitlaneco y las vivísitibles. No es una simpatía a cie sacerdotes que los hombres blancos tocaron creyéndoles de oro, mas que nos pinta, enamorado y gas: las lecturas la han hecho ger tanta riqueza vestían, y sabe el secreto de las plantas que lo curan burlón, ingenuo y taimado, el avenminar y la alimentan.
todo, el vocabulario de la obsidiana piedra que habla y leer turero fraile Thomas Gage, el Ante todo, Guatemala ofrece la los geroglíficos de las constelaciones.
martirio de los caciques desvenirresistible imantación de su proEs el árbol que amaneció un día en el bosque donde está turados Sinacán y Sequechul, y.
plantado, sin que ninguno lo sembrara, como si lo hubieran lletohistoria, el enigma seductor de vado los fantasmas. El árbol que anda. El árbol que cuenta los. la santidad del hermano Pedro la pretérita civilización que dejó, años de cuatrocientos días por las lunas que ha visto, que ha visto José de Betancourt, las imponenpara nuestro pasmo, las reliquias muchas lunas, como todos los árboles, y que vino ya viejo del tes ruinas de Antigua y la prode Quiriguá, de Tikal y de CoLugar de la Abundancia.
mesa en flor de la niñez en el tem Al llenar la luna del Buho Pescador (nombre de uno de los pán. si ese misterio nos atrae, veinte meses del año de cuatrocientos días. el Maestro Almendro plo de Minerva. Qué sé yo!
no menos nos subyugan otras imá. repartió el alma entre los caminos. Cuatro eran los caminos Hasta las páginas tristes de la hisgenes, claras ya. Al comienzo y se marcharon por opuestas direcciones hacia las cuatro extre toria, por el alborozo de saberlas.
de su historia, una figura se alza, midades del cielo. La negra extremidad: Noche sortilega. La desaparecidas para siempre.
verde extremidad: Tormenta primaveral. La roja extremidad: alta y sólida, hacia la que nos inTodo ello es poesía. esa poe Guacamayo o éxtasis de trópico. La blanca extremidad: Proclinamos con la sonriente ternura mesa de tierras nuevas. Cuatro eran los caminos.
sía anima uno de los más lindos del nieto para el abuelo: el gue. Caminin. Caminito. dijo al Canino Blanco una palibros recientes de las letras amerrero de las ciento diez y nueve loma blanca, pero el Camino Blanco no la oyó. Quería que le ricanas: las Leyendas de Guatebatallas, que posa la espada y diera el alma del Maestro, que cura de sueños. Las palomas y mala, de Miguel Angel Asturias.
los niños padecen de ese mal.
gana nuevo laurel narrando en Supe de la obra, de su nacimienlengua de oro hazañas de hierro; to y formación, por charlas con el señor capitán Bernal Díaz del. Caminin. Caminitol. dijo al Camino Rojo un coel poeta, cimentadoras de una as Castillo, regidor de la ciudad de razón rojo; pero el Camino Rojo no lo oyó. Quería distraerlo mistad que ya cuenta años de Santiago de los Caballeros de Go: para que olvidara el alma del Maestro. Los corazones, como fecha, desde que en un aula de la athemala, acoge para su país de los ladrones, no devuelven las cosas olvidadas.
docta Sorbona nos conociéramos. Caminin. Caminito. dijo al Camino Verde un emadopción, desde el umbral del pabajo el signo de un amor común parrado verde, pero el Camino Verde no lo oyó. Quería que con sado, nuestra simpatía y nuestro el alma del Maestro le desquitase algo de su deuda de hojas y, por el alma de las viejas piedras fervor.
de sombra.
americanas. Pero el volumen su vera, el anónimo que re ¿Cuántás lunas pasaron andando los caminos. dióme el deslumbramiento y el cogiera los fastos de la raza abo¿Cuántas lunas pasaron andando los caminos. gusto de una revelación, igual que, El más veloz, el Camino Negro, el camino al que ninguno rigen en el subyugante Libro del habló en el camino, se detuvo en la ciudad, atravesó la plaza y un año antes, la joya, que es Rayi. Consejo, porque ya no está a la en el barrio de los mercaderes, por un ratito de descanso, dió to de Estrella, primor de poesía, vista el libro en que se leía todo el alma del Maestro al Mercader de Joyas sin precio.
en donde Miguel Angel Asturias esto. y quienes de áridos insEra la hora de los gatos blancos. Iban de un lado a otro. crea y deshace a su antojo apa¡Admiración de los rosales! Las nubes parecían ropas en los trumentos procesales hicieron fas.
riencias irisadas: comedieta mí.
tendederos del cielo.
cinantes tratados de historia en Al saber el Maestro lo que el Camino Negro había hecho, tomó nima, con los colores que en la los Anales de los Xahil y el Tític naturaleza humana nuevamente, desnudándose de la forma vege gota de agua alumbra el rayo de lo de Tolonicapán. Esos libros tal en un riachuelo que nacía bajo la luna ruboroso como una sol, y la fantasmagoría que sólo evocadores despiertan el hambre flor de almendro, y encaminose a la ciudad.
ciertas realizaciones del cinemaLlegó al valle después de una jornada, en el primer dibujo de saber para más querer cómo tógtafo suprarrealista de Man de la tarde, a la hora en que volvían los rebaños, conversando es Guatemala, cómo fueron sus a los pastores, que contestaban monosilábicamente a sus pregun Ray o de Bunuel podría concreantiguos pobladores, como, su vi tas, extrañados, como ante una aparición, de su túnica verde y tar en imágenes para regalo nuesda. Hambre que aguzan publicasu barba rosada.
tro.
ciones cual la excelente revista. En la ciudad se dirigió a Poniente. Hombres y mujeres rodeaA menos de sentir inclinación ban las pilas públicas. El agua sonaba a besos al ir llenando la Sociedad de Geografía e Hislos cántaros. guiado por las sombras, en el barrio de los por el folklor, un libro de leyendas toria, por todos. conceptos loable. mercaderes encontró la parte de su alma vendida por el Camino no tiene mucho interés porque entre aquellos libros y esta Negro, al Mercader de Joyas sin precio. La guardaba en el recopiladores suelen ser más erurevista, otras obras. La muy camfondo de una caja de cristal con cerradores de oro.
ditos que artistas, y el polvillo de panuda del regidor don Francisco (Pusa a la pàgina 276. oro de la fantasía se pierde con los Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica