Democracy

REPERTORIO AMERICANO, El niño deo axaca (La primera infancia de un Maestro de América)
Admirable y sobria página inedita de un libro de la joven y lucida escritora hispanoamericana de pasta cultura, ANTONIETA RIVAS MERCADO, que aparecerá editado en Europa en 1931, con este titulo de polémica y de batalla: Democracia en bancarrota (Nota de Carlos Dembrossis Martins, quien la envia. En el desierto mexicano, manto de aridez que se extiende al norte del país, a lo largo de una imaginaria linea fronteriza. se erguía, por el año de 1887 una cadena de puestos avauzados. En ellos el hombre blanco a duras penas, escudando su vida con murallas y fusi les, amparaba los derechos, adquiridos por la civilización. Eran las aduanas verdaderos fuertes con primitivas obras de defensa. Encerraban un pozo de agua, una media docena de casas grandes de adobe pardo y un hacimiento de chozas, los jacales, su alero el espinoso mezquite daba su mansa sombra y su perfume, penetrante. frente por frente con la desolada llanura el muro protector, horadado por una puerta; la pobre masa de cal y piedra se levantaba apenas del suelo como una defensa, como una amenaza, tal vez como una vaga provocación.
En uno de estos fortines, cuyo nombre ignoramos, vivió en su primera infancia un niño de Oaxaca, la tierra del zapoteca Juárez y del proces Díaz. Abrigaba el caserío ochenta almas Antonieta Rivas Mercado y asoinábase sobre la ruta de las caravanas: Pintura de Julio Castellanos jentos convoyes interminables que venían de la fabulosa California, perdida poco antes para México; oscuras recuas vigorosas procedentes rebozos multicolores. acariciaban las cabezas del sur con liogotes de plata; pesadas y chi de los chiquillos, y éstos, los ojos brillantes, rriantes diligencias ocupadas por viajeros osa bebían a sorbos, sin comprender, el épico redos; gente trashumante. el aduanero cobraba lato que a los mayores velara la realidad, y la alcabala. De pronto, el chasquido de un grito con gestos intuitivos, como para oír mejor, rasgaba el silencio áspero. Vienen, ahi vie apartaban suavemente las manos protectoras.
nen! Las mujeres despavoridas condenaban las Este marco austero: desierto, peligro, ancho puertas. Los hombres se aprestaban a la de cielo azul, encierra los pristinos recuerdos cla.
fensa. lo lejos, muy lejos, entre polvo y mal ros de un maestro de América. Su padre era diciones, surgian las plumas de los jinetes re aduanero de esos fuertes de existencia jos, los rebeldes al blanco, que en rápido asalto precaria; el pequeño tendría tres o cuatro años, solían caer sobre la presa descuidada, lleván y su madre, concluídas las faenas domésticas, dose al cinto el trofeo de las cabelleras, en le enseñaba los princípios de la ley de Dios.
ancas a los huérfanos clamorosos para dejar. Suponemos que escogia los atardeceres para tras de si en piras ardientes. lo que fueran instruir al hijo, al primogénito y que en esas habitaciones humanas.
horas. undivagas el misterio de las palabras Al grito de alarma la zozobra dilataba las evangélicas cayó en el alma del niño. Fue allí voluntades, trocaba aguda la mirada hecha san dónde por vez primera, oyó las bienaventugre, y cada disparo debería restar un enemigo. ranzas extrañas que habían de trazar el hondo El. peligro ahuyentado, la inquietud quedaba surco para el porvenir. Fué entonces, cuando suspendida largo tiempo en el aire como im la sed de justicia penetró en una vida llamada palpable aroma de muerte. al anochecer, en a abrasar. Sin saberlo, la criatura elegida to.
las veladas que atravesaba el aullido del co maba el camino que ha hecho de él «un peryote, al amor de la fogata, las viejas, con gre seguido de Dios. ñas de arrugas en el semblante, narraban en El peligro constante avivaba el amor de la incertidumbre de la media voz, la lucha inla madre temerosa, y la hacia apresurar la encesante con el enemigo rojo, el simún del deseñanza divina. Temía que la voluntad del Sesierto. Los hombres rudos, atalayas vigilantes, con cuencas profundas y opacas, escuchaban. Antonieta Rivas Mercado En tanto. las mujeres silenciosas cobijadas con Montreal, Canadá. XI 1930.
ñor encerrara para ella la muerte próxima a manos de los indios crueles y para el chamaco una dura existencia solitaria. Era menester prepararlo y, tarde a tarde, asi terminaba su lección. Hijo, si un dia llegare en que ya no me vieras y sucediese que hombres oscuros y mujeres de habla desconocida te llevaran a jugar con sus hijos, sobre todo, NO LLORES. Tu. trajecito será entonces de cuero bordado con chaquira menuda, adornado con flecos que se agitan al andar. Vivirás entre ellosa iya no me verías! pero recuérdame y cumple mi deseo.
No olvides lo que hoy te enseño. Si la volun.
tad de la Providencia es que vengan por ti, quiero que una vez allá lejos repitas mis palabras. Di que Cristo, el Hijo de Dios, se hizo hombre para abrirnos la senda del cielo, que vino a padecer aquí abajo para redimirnos y derramó su preciosa sangre para salvarnos a todos, a ellos, los indios, a nosotros, criaturas todas de un mismo Padre. Les dirás una y mil veces, hasta que te escuchen y crean en Él: después de que pasen los años y tus piecesitos puedan llevarte solo por el mundo, coge la ruta del sur y anda! anda! cuando después de mucho vagar llegues a dónde el blanco habite, dile quién cres, dile el nombre de tus padres, dile el sitio en que viven tus abuelos, para que te lleven hasta su hogar, para que te devuelvan a los tuyos. ponte siempre en manos de Dios.
3, Esta anécdota inverosimiles auténtica.
La madre del niño de Oaxaca, fue fuerte como: las mujeres de la Escritura. Al temer dejar al hijo desamparado en la tierra árida de México, puso en sus manos el pan de vida, no sólo para que con él saciara el hambre de su orfandad, sino, hecho fecundo en consecuencias, rogando que lo compartiese con los indios asesinos. cuando se piensa que esos mismos indios a quienes deseaba que el niño llevara, la Buena Nuevąhubiesen sido los que le habrian dejado huérfano, sentimos tocar el infinito misterio de las almas que anidan en Dios. Niño de Oaxaca, el que más tarde predicara con sus propias obras junto con el No Matarás del Decálogo, su apotegma que es anhelo del corazón y despertar de la conciencia: Por mi raza hablará el Espiritu. No escribió Gabriela Mistral, que el repren sentaba «una parte de la conciencia del mundo. no dijo Romain Rolland en plática con la insigne escritora. Es lo más grande que tiene Aniérica y yo querria escribir su vida entre la de mis hombres ilustres. Niño de Oaxaca, apenas una leve cosa ayer en brazos de la madre fuerte, fuerte como las mujeres de la Escritura; Hombre del Con. tinente hoy de que hablan veinte naciones, cuyo solo nombre es todo un simbolo a fuerza.
de ser todo un ejemplo: José VASCONCELOS. Nino, en México aunque, tal vez, siguiendo en la práctica los postulados de la propia crítica. La inquietud especulativa embargaba, ante todo, su atención.
Introducido en la polémica, hundido en la alta investigación, ofuscarlo por esa obra orden de corazón que es su Anti. Goeze, no tardaria en exclamar. Es kommt wenig darauf an, wie wir schreiben, aber viel, wie wir denken. Lessing asegura que la esencia del hombre es la acción. El destino humano, para él, no es la especulación pura a que, justamente, él se dedicaba con fervor pero con un propósito que atañía a la crisis de su momento; no es tam poco la visión, la imagen estética, sino ante todo y sobre todo, la praxis, la realidad claro que, para el progreso del hombre coperante. era preciso en toda la extensión posible el desenvolvimiento intelectual. Poco importa como escribimos, pero mucho como pensamos. en Anti Gocze; Zweiter. Lessing Gesammelte Werke. Neapter Band. Leipzig. 1858 pág 250. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica