Violence

REPERTORIO AMERICANO 147 cestos de flores y de frutas sobre sus cabees demásiado profunda para no arrastrar para compenetrarse mejor de la idea de que denzas gentiles o suspendidas de sus brazos nos tras sí. Zigzaguea la fulguración del tro de sí llevaba su esqueleto, que no era resultabesados del sol. genio. Asentimos, no hay otra alternativa.
do de la muerte. sino un algo que viaja con es realisnio medioeval. El tema de Pero no ocurre lo mismo con el soneto El nosotros, un espectro inseparable de la forma humana y que la armadura de la vida es ya el la muerte es la breve melodía en el volumen. Pensador de Rodin, porque aquí el tema es símbolo del sepulcro. Louys: Aphrodite, Liv.
Desolación. Mas no aquel tema de la muer exclusivamente intelectual. Sin vacilación Chap. I, La Nuit Supreme. te que hacia decir a Manrique: Este mun prorrumpen nuestras objeciones. Aquí ya do es el camino para el otro, que es mo no existe la violencia del genio que subyuLas ideas corren paralelamente, Pero lo rada sin pesar. Porque aquí la muer ga. preguntamos. Por esa frente esque en el francés aparece como una aspite es corto tránsito entre los dos mundos.
trecha pudieran alguna vez galopar en ración de expresión artística de una verdad, Ni aquel otro de las baladas de Villon en tropel los pensamientos. Son esos los es en la: chilena imperiosa necesidad de donde el refrán sugiere la cristalina fragi miembros del pensador o los del obrero?
realismo, sin el cual esa misma verdad surlidad de las cosas de los hombres: Mais Ese hombre musculosos representa el mungiría a sus ojos pálida, esfumándose e inaou sont les neiges antan! Alais ou est do de los seres humanos que habían venido sible. De allí el recurso a su inquisitorial le preux. Charlemagne. por siglos trabajando las obras del pensavocabulario. pero era solo tu garfio Para la Mistral, allá donde su poesía tie miento de otros y ahora, por la primera vivo y tu leño desnudom. y nunca desne los más hondos acentos de trágico liris vez, descubre que él puede pensar, que cendimos de tu apretado pudo. aquel nio, la muerte es la fosa, los diez palmos dentro de sí existe un creador. La con. madero fresco de sangre humana, y las lla. de tierra, el puñado de ceniza, dedos que. ciencia de su fuerza intima impone el regas, y el llanto, y la agonía en el último se desgranan, huesos que se espolvorean. poso al sus nervios y sus músculos. El verso, todo el conjunto es como una apariEs lo macabro de Baudoin de Condé en Les pensador de Rodin señala una hora, una ción de alucinado en una antigua sala del trois morts et les trois vifs o del mismo etapa de la conciencia humana. No, no Santo Oficio. Es el cruel naturalismo del Villon en la Balada de los ahorcados: es éste el monje contemplativo ante las vaCristo de Mateo Grünewald que tan terriQuane de la chair, que trop avons, nourrie, cias cuencas de una calavera. Es el desperblemente describió Huysmans en las priElle est pieca devorée et pourrie. tar de las clases trabajadoras calladas, meras páginas de La Bas. Ni se desvanece Et nous, les os, derenons dendre el poudre. arrebañadas hasta entonces y cuya voz aquella escena tan fácilmente. Porque en el comenzara a oirse clamorosa en el momento siguiente poema Al oído del Cristo, del La pluye nous a debucs et lavea, Cristo, el de las carnes abiertas. el segunEl le soleil désséchez et noirciz; en que el escultor titán infiltró su soplo de Pics, corbeaulx, nous ont les yeux cavez, eternidad en la arcilla. Asume el rostro do cuarteto del último soneto contiene esta El arrachez la barbe et les sourcils.
de este obrero una nueva majestad: ha senenumeración. No es la gracia juvenil de Thánatos, tido en la maravillosa caverna de su cráneo ;Garfios, hierros, carpas, que sus carne hienden hijo de la Noche; no es la fortaleza de la el primer divino relámpago del don de tal como se hienden quemadas gavillas: Prometeo.
llamas que a su gajo caduco se prenden, muerte como Adràsteia, la Inevitable, que. llamas de suplicio: argollas, cuchillas!
seda y que consuela todos los dolores. Esto Discutimos porque el tema es puramente sería como un aroma furtiyo de los jardi intelectual. lo es, además, de una inte Es precisamente el punto de vista menes del paganismo. nada está más dis ligencia masculina. Ni la emoción, ni la dioeval: la regeneración por el suplicio, tante de ellos que el ábrego austero que del intuición de la mujer agobian este pequeño la inquisitorial concepción de la rectitud. sauce sin nido.
Africa trajo en su vuelo el Cristianismo obtenida por el dolor. No por la revelación de Agustin, conservado en los terrores El segundo poema del libro es La Cruz de la belleza, por la realización de la dicha mortales de ciertos rincones de la Edad de Bistolfi. Una fugitiva gasa azul ha o por la visión de las cosas excelsas de la, caído sobre el último verso y vela el reaMedia, trasuntados en la obra de la Misvida. Que este camino también existe! tral.
lismo cruento del asunto.
si por su infortunio la poetisa tomó el somAquí, como durante el espanto del mibreado por los árboles que sangran como en De toda sangre humana fresco está tu madero, lenio, flota ubicua la obsesión de la muer y sobre li yo aspiro las llagas de mi padre, el bosque de la Encida, que así mismo atrate. Con emoción perturbadora, con relieve y en el clavo de ensueño que lo llagó, me muero. vesó el Dante, está justificada para afirde sepulcrales esculturas culmina la mayor mar la excelencia de su via. Mas la otra De esa aspiración y de ese clavo de enaltura de su genio en las grávidas estancias es igualmente eficaz.
de Éxtasis, Intima, Dios lo quiere, Coplas vislumbre de su gracia sobre esa alusión ta sueño cuelga el ideal que vierte la dudosa Pero la mente de Gabriela vuelve al doy otras más de Dolor. la sombra de la lor, al padecer, al tormento, como si un la herencia. Por lo demás su realismo duro obsesión se proyecta sobre muchos más de viento de borrasca hubiese bañado de eslos y escueto está alli en ese madero, en las poemas del libro. Pero a menudo es ya llagas y la sangre. Con más poética vercombros y de lágrimas el mundo. Mas sólo una sombra. Se oye casi el mismo son cuando como en los trigales de su bella de laudes, pero se ha escapado de su mey no menos belleza habría podido evocar dad tierra irrumpe la amapola de un poema. lodia el ritmo del corazón que hacía sobrela cruz de marfiles de la cual viajan prende amor, o de maternal ternura, entonces didas nuestras carnes. Pero entonces la sed cogerse nuestras almas. Se ha intelectualise halla más próxima de la genial Gabriela de realismo que la embargaba no se habría. zado el motivo. Es ya talento literario lo de Dolor Así en El niño solo o la Virsentido satisfecha. tal es el antiguo moque fué genio otrora. El tema de la muerte gen de la Colina. las veces su sed de preludia toda la Desolación. Es el Pensanacal realismo. Entre los diálogos y decirealismo le permite la imagen gráfica, andor de Rodin. La Mistral ha visto que el res de Buda hay más de un pasaje de ese zuelada, como un garfio de acero: la inPensador se acuerda que es carne de la hueestilo, particularmente en el titulado El variable pregunta lívida con que araño único sendero: Los monjes consideran en sa. carne que odia la muerte. El la oscuridad. Yo muerdo un verso de lo de. morir tenemos pasa sobre su frente.
el osario los cuerpos devorados por las bescura en cada tarde, muerto el sol. Otras. no hay árbol torcido de sol en la tia de la noche y de la muerte, y Buda les veces la visión de un mundo de ensueño, invita a reflexionar acerca de ese su mismo llanura, ni león de flanco herido. crispaa la manera de Blake, se incorpora ante nosdestino.
dos como este hombre que medita en la.
otros: Dulce ser! En su río de, mieles, muerte. En la estatua no hay una sola Una concepción semejante hay en el caudaloso, largamente abrevaba sus tigres linea que sugiera el tema. La escritorale capítulo La noche suprema de APHRODITA el dolor. Imaginación de vidente, capaz, traía esta vez en la mente, no en el corazón, de Louys: de dar materialidad al ensueño de un muncomo en litima, Interrogaciones o La Ob. do si la estimula una emoción honda. No Con espantosa lucidez tuvo (Crysis) la visión sesión. En estas composiciones la emoción de su cadáver y deslizó las manos sobre su cuerpo así cuando por deliberación clige un tema. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica