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REPERTORIO AMERICANO 169 za no Persiflage.
el sabio Gissing. Es Gissing quien me ha maridado hoy, escritas de su puño y Gissing mete su. cuchara en la olla podrida letra, recordadas de memoria por él. que de los Libros de Lectura tan excelente memoria tiene, las octavas reales en que Geoffrey Chaucer puso en Colaboración directa soberbio inglés la invocación a Venis Al Profesor de Estado don Molsées Vincenzl, porque con que comienza el poema de Lucrecin.
los almanaques que ha publicado para lectura de los niños de escuela superan a los que se importan. en larga carta, que algún día publi.
que integra, me dice: En una de sus cartas a Atico, Cicerón vivía fuera de París, sin roce intimo. Estoy casi seguro de que en tu Es.
nos cuenta cómo cierta fiesta pública con nadie del mundo literario de alli; cuela a Lucrecio se le conoce sólo snromana no pudo celebrarse porque quieu inapreciado. Ropa prestada parece el perficialmente. pesar de que se tiene debía presidirla, el gran patricio Memmio, amor a Francia que finge en sus versos.
la creencia de adolecer la educación, eli estaba ocupado en enseñarle eróticos. Porque, en el fondo, no amaba a Francia, estos pequeños países de América, de misterios a la esposa de Lúculo, el no amaba a París. Cariños tuvo, muy demasiado apego a la Literatura, no es hombre de los grandes banquetes. El hondos, por lo suyo. Pero la presunción, a la Literatura a lo que se rinde culté nuevo Menelao dice Cicerón, ha to rasgo característico de su escuela lite entre vosotros sino al reinedo: do ella mado a mal la cosa y ha repudiado a raria, lo llevó a ponerse un afrance cuya expresión más elocuente hallaràs su Helena. Antes de coronar a Lú samiento artificial, a afectar afrancesa en los almanaques. El grueso de vuestros culo, Memmio había requerido de amores miento; pero nunca fué afrancesado: poeta literatos: no son literatos sinoalmanaa la hija de Gayo Julio César, esposa de ninguno ha sido tan castellano en el habla, queros. no puede ser do otro modo Pompeyo. La decorosa Julia cometió la poeta ninguno ha sido psicológicamente cuando, desde su más tierna edad, es a indiscreción de contárselo a su marido, tan hispanoamericano del trópico. Con literatura de almanaque a lo que se y de mostrarle la carta en que Memmio Hugo fuerte y con Verlaine ambiguo»
educa el gusto de vuestros niños de esle proponía impúdicos deleites. Descen es farsa y literatura y comedia. Su fuercuela.
diente de una de las familias más ilusera con Hugo sino con Lope, Ayer he. conocido a una preciosa tres de Roma, hijo y sobrino de oradores más fuerte que Hugo, y su ambigüedad niña, morena y fina, no mayor de trece insignes, acostumbrado desde su juventud no con Verlaine sino con Góngora, más años de edad, pero casi una mujer. Está a intervenir en la política, gran señor ambiguo y de mejor manera que le pauvre en la época de la vida en que el alma en todo sentido, Memmio, al ser nom Lèlian. Para querer a Dario hay que perse abre para recibir influencias. El amor brado Gobernador de la Bitynia llevó a donarle presunciones. se las perdona es nuevo y precioso para ella. La litesu corte al gramático Nicias y al poeta mos porque es nuestro. Para perdonar a ratura preciosa y nueva. Concurre a una Catulo, dándose el lujo, fastuoso en toda Horacio y a Virgilio hay que sentirlos de las escuelas públicas de San José.
época, de rodearse de literatos de fama. nuestros. Sólo cuando olvidamos a Me Vino a pasar el día con mi fiel Maruxa Además de don juan, fué cuestor, fué cenas los podemos admirar sin dique a Castro. Cómo se le iban los ojos, como pretor; César lo acusó de mal gobierno nuestra admiración.
se le iban las manos, por mis libros!
en Bitynia, y él se defendió con fogosi. Lucrecio era distinto. Roma no la Había traído los suyos y le propuse que dad y virulencia dejándonos un retrato elogia: la fustiga. Lucrecio era el fa me los prestara a cambio de los míos de Gayo Julio en el que podemos ver vorecedor de Memmic. Lucrecio, esta que ella quisiera. No sé qué volumen: todas sus verrugas morales. Enemigo de mos seguros, quería reformar que no habrá tomado de mis estantes. Yo mo Lúculo, lo acusó queriendo impedirle alabar al patricio, y, patricio él misino, puse a leer detenida inente su libro de el triunfo merecido por vencer a Mitrí de la familia de aquella Lucrecia cuya lectura. Qué mamariaclio! Es de un tal dates. Más tarde aspiró al consulado, con violación por Sexto Tarquino fué motivo Estévanez. Me parece criminal el emtan mala suerte que, habiéndosele pro. inmediato que ocasionó la caída de la pleo de semejante almanaque en la enbado que empleó el soborno, fué deste monarquía, Lucrecio: era benefactor de señanza de criaturas como ésta. Hoy rrado. Amante de la literatura y del Memmio que no su protegido. Lucrecio mismo envio por los libros de Mantilla arte griegos, que estaban de moda en su no necesitaba de Memmio. Virgilio y de que tú me hablaste. También por el mundo, se estableció en Atenas; escribió Horacio si necesitaron de. Mecenas. No Lector americano. Si es cierto lo que me versos «abundantes en licencias no siem. sé qué glándula tengo entre el enredo has dicho, es preciso que emprendas pre poéticas. y murió de cierto mal de mis tripas que constantemente mana cain pana contra el uso de este último y que antes le paralizó la mitad de la cara. làstima, cuando no desprecio, por aque del que me ha hecho conocer el lirio ese personaje le dedicó Lucrecio llos que son necesitados, y odio, odio moreno que ayer llenó mi casa do alesu poema De rerum Natura.
feroz, contra la necesidad, tan frecuente, gría. Bien se vo que los inaestros que Meinmio era amigo del poeta. Amigo, de aceptar de grado la condición de ne han escogido esos malos libros jripas, que no favorecedor. No sé qué tiene el cesitado. Quién fuera libre, indepen mientras estudiaron en tu Escuela, adservilismo, aún cuando se revista de 10 diente, soberano, como ini viejo amigo, quirieron gusto literario ni conocimiento bles formas, que da asco. Mecenas no remoto de lo que debe ser la lectura.
es individuo grato, y mucho desmerecen Persiles Creeré que la situación tiene remedio si sus favorecidos Vigilio y Horacio, por Heredia, marzo, 1931. logras que en tu Escuela se llegue a colos loorcs que le cantan. Su grandeza nocer a Lucrecio. De qué maña te valde poetas viene a menos en cuanto redrás. Tenéis vosotros en vuestro idioma corda inos las miradas de gratitud, virtud Más libros alguna buena traducción del gran poema?
perruna, con que seguirían todo gesto Arturo Cancela: Tres relatos porteños. 00 Quiz se interesen tus alumnos en de su huésped sentados a su mesa y Emerson: Hombres simbólicos. 25 Lucrecio si les cuentas lo quo de él nallenándose la panza de su pan y de su Teresa de la Parra: Ifigenia. 00 rra San Jerónimo: que por apurar un vino. La glorificación que hacen de Roma Victor de Valdivia: El imperio iberofiltro que le dió una celosa enamorada americano 00 tain poco me entusiasma. Horacio y Viro. Eugenio Ors: Hambre y sed de Verdad. 50 suya, enloqueció; que escribió en sus inggilio no eran romanos; no se habían Lenin El imperialismo, etapa supetantes lúcidos, y que a los cuarenta y amamantado en la ubre de la loba; leche rior del Capitalismo. 50 cuatro años de vivir, por el 50 antes de de vaca de prorincia había satisfecho Pedro Henriquez Ureña: Seis ensayos en busca de nuestra expresión.
Cristo, se suicidó. Ello no se debe tener: 00 su hambre do recién nacidos. Roma los Arturo Capdevila. Apocalipsis de San por cierto, aunque lo diga tan gran deslumbraba. Uno siente que eran infe Lenin 00 santo, pero la personalidad del poeta riores a ella. entonces nos disgustan Const Fedin: Los hermanos. Novela. 00 puede intrigar a tus muchachos si saEmilio García Gómez: Poemas Arábigocomo nos disgusta en Dario, que no teben esas noticias de él. andaluces. 50 nía un pelo de francés, el elogio conti Schwartz: Figuras del mundo antiguo, 50 Hombre de escasos recursos para desnuo que hace de la cara Lutecia. Del John Reed: Diez dias que estremecieron pertar entusiasınos, si este Persiſage. 110 nicaragüense sabemos, dicho por él mis al mundo. 50 aviva interés en Lucrecio: me doy por mo en su autobiografía, que en París Pidalos al Adm. del Rep. Am, vencido. Valdrá la pena enseñar a le«r. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica