REPERTORIO AMERICANO 171.
a para no molestarme. Estaba todavía acus. El eterno nocturno marido seguía durmiendo. Ella se arrepada con el samovar cuando se me ocu Envio del autor gló rápidamente, para marcharse. Yo la rrió que había llegado un paqueteurpregunté: La ha pagado?
gente para él. Dejé el samovar y le llevé Cuando este sol no alumbre, en la pupila mía, Se sonrojó, me aseguró que después cuando el azul del cielo no me dé su color, el paquete. Me quedé parada, sin comprencuando este día se apague, este dia, mi dia, de lo que habíamos hablado no tomaría der, como la primera vez. Allí estaba dinero alguno.
cuando todo se oculte y no exista alegria, mi marido, y a su lado, una mujer alta, Compredí que quería marcharse antes esperanza ni dolor.
esbelta. Ambos se volvieron a mirarme.
de que despertara mi marido. No la reSe encontraron nuestras miradas. No Porque es lo inevitable, lodo habrá de pasar, tuve. La sorprenderá a usted, pero me estaba borracho. Eso me hizo daño, porque ahora lo digo y es un minuto más.
costaba trabajo separarme de ella. Era mucho daño; hubiera querido gritar. La En dónde están los otros, los que yo quiero tan joven, tan desgraciada, estaba tan amur?
mujer, también estaba confundida.
sola. Me vestí y salí a acompañarla. CaSe llevaron mis mieses, me dejaron sin haz. yo. Yo no sé cómo pude dejar el minamos mucho; luego nos sentamos en paquete en la mesa con tanta tranqui Si el paso por la vida pudiéramos grabar, un banco y seguimos charlando. Yo la lidad y decir. Esto ha llegado para ti. si hubiese una alma amiga, de suyo en la bondad conté mis penas. Todavía tenía el úl. Me fui. Pero, cuando me encontré sola que palabra a palabra, el Eterno Nocturno, timo sueldo. La convencí de que lo toestaba temblando como con fiebre. Tenía volviese a recitar, mara. Al principio se negó, pero lo tomó miedo de que se oyera mi temblor en talvez lo que es la nada, se tornara en caricia de al fin, con la condición de que, en caso la habitación de al lado; me echó en la suave claridad, de necesidad, me dirigiría a ella. Así cama y me cubrí la cabeza con la colмах Jiménez nos separamos, como hermanas. cha. No queria oír nada, saber nada, Setiembre, 18312 Para mí, mi marido había muerto. No sentir nada. Pero los pensamientos cosentía. ni rencor, ni dolor. Era como si rren, torturan.
Hacia dos semanas que se había lanzado lo hubiera enterrado.
Están hablando bajo. No duermen. a la calle, y tuvo suerte; hizo buenos Cuando llegué a casa él trató de jus.
La voz de la mujer se levanta, como conocimientos. Ahora está bien vestida, tificarse. Yo no le contesté, no lloré, no haciéndole reproches. lo mejor es su comé y puede socorrer a su madre. Al le hice reproches. Al día siguiente me amante y la ha engañado, la ha dicho contarme todo esto se retorcía las manos.
fuí a vivir a casa de una amiga. Emque no está casado. quizás me está. Tengo el título de bachiller. He es pecé a buscar trabajo. Lo estoy haciennegando ahora mismo. Pensé en todo. tudiado. y soy tan joven, diez y nueve.
do hace tres semanas y no tengo espeLo sufrí todo. Cuando en la otra oca años. Tendré que perecer?
ranzas de encontrarlo. Cuando comprendí sión, borracho, mo trajo a la prostituta, Usted no lo creerá; pero yo la escu qué no podía quedarme más tiempo en no sufrí tanto, aunque fué muy dolo chaba y temblaba de compasión. Lo vi casa de mi amiga, busqué, a aquella muroso. Pero ahora veia claro que ya no muy claro. Si no tuviera a mi marido chacha que mi marido llevó a casa. La me amaba. Ni siquiera como a una com estaría en la misma situación que ella, acababan de llevar al hospital. De mo.
pañera, como una hermana. una sin trabajo, sin techo. Por la noche do que ahora estoy sin trabajo, sin dihermana la habría respetado. No la ha había sentido una rabia feroz contra ella; nero, sin casa. Me esperará la misma bría metido mujeres en la casa. qué mu pero ahora la rabia se volvió contra mi suerte?
jeres. Compradas en la calle. Esta seria marido. Cómo se atrevia a aprovecharse Los, ojos tristes, desesperados, de mi seguramente una de esas también. Otra no de la situación desesperada de una mu visitante dirigen està pregunta a la vida.
iria a una casa por la noche. De pronto me jer? Él es un propietario, con sentido de En esta mirada se fundían toda la pena, entró tal furia contra ella, que hubiera esponsabilidad, que tiene un cargo de todo el horror, todo el dolor que está entrado en la habitación y la hubiera confianza. En vez de ayudar a una ca frente al enemigo aún no vencido: la echado de mi casa con mis propias. marada que no tiene trabajo, le compra. falta de trabajo; era la mirada de la manos si hubiese tenido fuerzas. Así es Compra su cuerpo para su propia sa mujer sola, que lucha contra el viejo tuve sufriendo hasta el amanacer. En la tisfacción. Aquello me dió tanto asco orden de la vida.
habitación contigua reinaba el silencio.
ue me dije. Con un hombre así no Se ha ido, pero su mirada me persigue.
Sentí pasos por el pasillo, muy quedos, puedes vivir más. Pide una contestáción, invita a la acción, como si alguien se quisiera escapar. Era Me contó muchas cosas. Juntas en a la construcción, pero también a la luella. Oi quo abría la puerta de la cocina.
cendimos el fuego o hicimos café. Mi cha. Qué buscaria allí? Esperé, escuché; no se oía nada; no salia de la cocina. De Alejandra Kollantay un salto me puse en pie y corri a la cocina. Allí estaba sentada en el banquito, junto a la ventana, con la cabeza hundida y llorando amargamente. Tenía el cabello largo, rubio, muy bello.
SAN JOSE. COSTA RICA Levantó los ojos hacia mí y estaban llenos de pena, que yo misma me enterAGENTES REPRESENTANTES DE CASAS EXTRANJERAS neci. Me acerqué a ella, que se puso de Cajas Registradoras National pie, y vino hacia mí. Perdone usted dijo que haya enThe National Cash Register Co.
trado en su casa. Yo no sabía que no vivía solo. Esto me es muy violento.
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Al principio yo no la entendi; sólo pensé. Esta no es una prostituta, sino Máquinas de Escribir Royal.
su amante. y no sé cómo se me escapó Royal Typewriter Co. Inc.
la pregunta. Le ama usted. Me miró muy asombrada.
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