REPERTORIO AMERICANO 297 Hoy, mi esperanza que hacia ti corre, que mira el cielo donde tú estés porque la gloria se le descorre, ya no pregunta desde la torre. hermana Ana, dime. qué ves. Hoy en mi noche tu luz impera, veo tu rostro resplandecer, y en mis ensueños sólo quisiera enarbolarte como bandera, y, a ti abrazado, por ti vencer.
1997cm Pero mientras no ha llegado la elegida, el espíritu erra en la selva obscura de la Desesperanza. Pasajeros amorios distraen. fugazmente, el ingénito desasosiego que en el fondo de nuestro sér llevamos, como signo inconfundible de que este mundo es una escala transitoria en la eterna peregrinación de la existencia, y por sus feéricos mirajes y sus fiebres deliciosas nos hacen más leve la pesadumbre infinita de ser hombres. Como nubes que proyectan sus efímeras paisajes un momento, y se desvanecen lue.
go para siempre, erigen las frágiles pasiones de una hora sus torres de ilusión en nuestras almas, y se van enseguida, no dejándonos sino el perfume de sus reminiscencias; pero ¿qué importa que se vayan, si por la eternidad de un instante nos hicieron felices como dioses?
Es el beleño de esos bienhechores amorios el que vierte siis mieles en estos versos del poeta: Ven, jacércate más! El campo umbrio, el cielo torvo y el ambiente frio predisponen el alma a la tristeza.
Ven, apoya en mi hombro tu cabeza; asi, juntos, muy juntos, dueño mio.
Dibujo de Rafael Durand, jr.
Hablemos de tu amor: de aquel soñado amor! Cuando el invierno (lesolado reina doquier, y pálidas se ahuyentan la ilusión y la fe. cómo calientan los recuerdos benditos del pasado!
Nervo, orientador espiritual (De una conferencia Ven, acércate más, mi dulce dueño.
dada en México. y en tanto agita con tenaz empeño la niebla gris şu colosal cimera, sobre nosotros vuelque la Quimera.
ciende en nuestras almas el milagro de sus deslumbramienel ánfora implacable del Ensueño.
tos, por el arte gentil y delicado de sus Perlas Negras. El amor, para ciertos temperamentos, no es la pasión primitiva e ingenua, impulso instintivo de la naturaleza, que han cantado otros poetas Porque en sus versos primigenios vistió con túnica de mexicanos, Manuel Fiores por ejemplo. Es un sentimiento sutil hadas las fantasias pasionales de mi adolescencia, amé entonces y refinado, hecho de esperanzas y congojas, de angustiosos des la poesia de Nervo. La amé Juego por la acendrada idealidad consuelos y certidumbres exquisitas, de hondas tristezas y deli de sus estímulos espirituales.
quios inefables. La amada es un sér ideal, divinamente, incorpoEstá de moda, en este siglo de estupendos maquinismos, peo, en quien por singular hechizo se encarnan nuestros sueños; ponderar las excelencias de nuestra civilización positivista. Pero la dilecta compañera cuya llegada esperamos, con ansia inextin ¿ha llegado en realidad el momento de proclamar la gloria insuguible, para que embellezca y consuele nuestra vida.
perable de las realizaciones alcanzadas? Somos esclavos del Nervo ha evocado, en bellísimos versos, la figura sidérea dolor por la ciega hostilidad de las fuerzas naturales; lo somos de la amada: más aún por las miserias de la carne. Somos esclavos del dolor porque la vida es una pugna despiadada contra el medio físico; Ha mucho tiempo que te soñaba lo somos ante todo por la lucha inexorable que se libra dentro asi, vestida de blanco tul, de nosotros mismos, desde que la razón prende sus luces en y al alma mia que te buscaba, nuestra inteligencia, hasta que la muerte las apaga. Una a una «Ana dqué miras. le preguntaba, vamos venciendo las rebeldias de la naturaleza. Ya no vivimos como en el cuento de Barba Azul.
como fieras en las grutas, ni a las fieras disputamos a zarpazos, para nutrirnos, la carne palpitante acabada de arrancar de los flancos de una presa. Sometimos el fuego a servidumbre, y el Ha mucho tiempo que presentia sazona nuestros alimentos, da calor a los hogares, y forja las tus ojos negros como los di, herramientas con que a diario domeñamos la materia. De manos que, en mis horas de nostalgia, de Júpiter hemos arrancado el rayo, cetro despótico de sui omnila hermana Ana me respondia: potencia. Con audacia y rapidez no superadas por las aves, sal«Hay una virgen que viene a ti. tamos de uno a otro continente por la inmensa plenitud del cielo, y con los peces compartimos la soberanía de las aguas turbulentas del océano. Miden ya nuestros ojos las vertiginosas traY al vislumbrarte, febril, despierto, yectorias de los astros en el espacio sin fronteras, y del electrón Iras de la ojiva del torreon, en los átomos infinitesimales; y en alas del radio recorren nuesdespués de haberse movido incierto mensajes, con la velocidad del pensamiento, los ámbitos del orbe.
como campana que toca a miierto, Pero si en lo material hemos ampliado magníficamente los tocaba a gloria mi coruzón.
dominios de nuestra potestad, y cada hora un triunfo es galardón de nuestro esfuerzo; si cualquier persona de la clase media disfruta hoy de lujos y comodidades que no sonó el fastuoso Por fin, distinta me pareciste; Luis XIV; si. un estudiante de sexto año sabe más del mundo vibraron dianas en rededor, físico que Aristóteles o Galileo, y cotidianamente utilizan los huyo callada la Musa triste obreros en las fábricas diversidad de fuerzas cósmicas, que ayer y tú llegaste, viste y venciste no más eran sorpresa o terror de las muchedumbres estupefactas, como el Magnifico Emperador.
en las jurisdicciones del reino interior, en lo que al señorio de las fuerzas morales se refiere, apenas si estamos peldaño más arriba que los lejanos antepasados nuestros que en la escala. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica