REPERTORIO AMERICANO 35 mi.
Palabras de despedida De pronto, saliendo de debajo de un pe instintivamente creyó advertir que ella no. No creo lo que me dice!
nasco, uno de los chicos grito con voz ati correspondia a su emoción. La hallaba. no plada: sabia cómo decir. como si no fuera la Bah, y entonces ni se acordar de. Vengan, hom. Una lachiguana!
misma con él. Qué podía ser? Quizá lo En un instante acudieron casi todos supiera más tarde, sin preguntar a nadie, por instantes se interrumpia para reir.
como pájaros. Armados de sendos manojos por cierto, porque todo menos dejar entre Juan sintió como si le faltara el aire. Tede pichanas u otras plantas, para defen ver siquiera su secreto.
nia la garganta seca. Le latian las sienes y derse de las abejas, se dispusieron al atael machete temblaba en sus manos. Por un que. Uno debía picar la lachiguana. Juan se claro del seto vió después que la pareja aprestaba ya a ello, estimulado por la prePocos días después, una tarde estaba llegaba hasta la encrucijada y se detenía.
sencia de la Milagro. Muy bien tapado con cortando pasto en una viña. Dejó de El era un mozo alto y bien vestido. vio su poncho se arrimo hasta dos pasos de la hachear para examinar el filo de su maque la tomaba a la Milagro por la cintura rústica colmena y le dio un picazo con un chete, que acababa de dar contra una piey la besaba y que ella se desprendia de palo. Poco después la alegre compania redra, cuando sintió que venían conversando pronto y se dirigia corriendo en direccióu partiase los panales de miel, ya acaramepor el camino. Prestó atención. Eran un a la casa, mientras el mozo la seguia con lada por lo avanzado del año.
hombre y una mujer. Las palabras de él, los ojos, sonriendo satisfecho.
El nublado fué oscureciéndose poco a que hablaba en voz baja, no se entendían Juan lloró sus primeras lágrimas de bien. Las de ella, en cambio, llegaban clapoco, y de pronto empezó a llover. Entre hombre.
una viva algazara la chiquillada comenzó a ras. Juan se le saltó el corazón. Era la bajar a toda prisa, y la lluvia, muy fría, Milagro.
Luis FRANCO arreció rápidamente. Los leñadorcitos se gua Pero sí es su clavel ¿que no ve. La Prensa, recieron entre las breñas. Asi, la Milagro y Buenos Aires. Juan vinieron a quedar solos bajo un penasco, y allí se acurrucaron. Le hace frio? preguntó él, que sin saber por qué y casi sin advertirlo, había comenzado a tratarla de «usted. Sí, mucho. y a. usté. Barcelona, agosto 13 de 1925. esta honda simpatia es una fuerza y También. Tome, tapesé con mi ponSenior Director de El Sol.
una esperanza. Los españoles concho.
temporáneos me han hecho sentir Güeno. pero. se tapemos los dos.
Madrid.
toda la profunda ternura y la verdad Muy estimado señor mío y amigo: que se encierran en el nombre que Volviendo del pueblo donde había pasado En vísperas de salir de España, solemos dar a España del otro lado del mar: la Madre Patria. Como una más de año y medio al lado de un hermano me atrevo a pedir un nuevo favor amarla casado, Juan venía rumiando su tema favo a usted, a quien tanto debo. Quisie madre hubiésemos querido rito: la Milagro. La imagen de ésta, en ra que las columnas de su noble siempre, aunque no siempre nos ha efecto, no lo había abandonado un solo insdiario dispensaran acogida amable a sido posible hacerlo. la razón es entre la tante. Recordaba con precisión muy viva los unas cuantas palabras de despedida. muy clara. La diferencia más menudos detalles de su idilio: el priMe voy de España lleno de gratitud patria y la madre es ésta: a nuestra mer clavel que él se había animado a repor lo que he visto, por lo que he madre no la hacemos nosotros ni podemos cambiarla, en tanto que la galarle, el anillito de plata que le pidiera aprendido y por el afecto que me un dia, los versos escritos en una hoja de ha rodeado en cada momento de este patria es y debe ser obra nuestra. Si cuaderno que le entregara otra vez, y soinolvidable viaje. Por todas partes he por herencia se nos da una patria bre todo, aquel primero y único beso que sido tratado fraternalmente y me he injusta, tenemos el deber de correse habían dado, bajo el peñasco, la tarde sentido un poco en la situación del girla y de tornarla justa. Si. heredade la lluvia. Recordaba tainbién que desde descendiente de aquellos que un día mos una patria oprimida, tenemos el ese día la Milagro no había vuelto al cerro, dejaron la patria peninsular en actideber de libertaria. Esta posibilidad y la impresión que esto le habia producido tud más o menos rebelde y con el de trasformación de la patria nos a él, que sentia como si algo le apretara proposito de crear un nuevo mundo. obliga a ser severos para juzgarla y el pecho, haciéndole suspirar como a la ¿Y acaso esta herencia no nos da a. resueltos para enmendar sus yerros.
fuerza. recordaba cómo desde entonces nosotros cierto derecho de inquirir y mejorar sus propósitos. Fundamenesas idas al cerro, antes tan alegres, se de los que han quedado en el viejo talmente no es la patria una cosa habían vuelto una pura pena; no sabía desolar qué es lo que se ha hecho y que se hereda, sino una cosa que se cirselo en palabras, pero era construye, y todo constructor está como si lo que se intenta hacer de sus destitodo estuviera vacio, y que el cerro hasta nos? Así, pues, no me he sentido obligado a hacer que la obra coincida en la primavera fuese tan triste como en extraño ni por causa de ustedes ni con el ideal. Por eso es legitimo los peores dias de invierno.
por causa mia, y ahora con mayor hasta deshacer la patria, si lo exige Pero sentia que el corazón le golpeaba atención que antes seguiré ocupán la justicia o lo impone un ideal sumás ligero cada vez que se representaba dome de los asuntos de España, no perior. Sólo así será el patriotismo sólo con el derecho que por ser una fuerza sana y elevada. Yo, por la cara de la Milagro y ese modo de mirar que tenia en ciertos momentos, entrece.
hombre tengo de opinar y de juzgar mi parte, protesto que seré fiel al rrando los párpados, y su risa tan clarita y a todo el planeta, sino más particu amor de España, pero fiel a mi malarmente como miembro de la familia nera, fiel nada más a España y al tan linda, y la pollerita overa que tenía el de las naciones de habla española.
alto ideal que España debe llegar a último dia, y los ojitos tan tristes con que lo había visto partir.
Mucho me complace poder afirmar, encarnar en el mundo. La trataré al término de mi viaje por España, como trato a Méjico: con severidad que todo español, desde el más hu cruda muchos veces, con exaltación La habia visto a los dos días de llegar. milde hasta los más encumbrados. ferviente algunas veces, pocas veces.
Estaba ya casi hecha una mujer y más linda, profesa simpatía y demuestra cordia Debo a España, como ya dije antes, más señorita que antes. El se había sentido lidad por todo lo que se refiere a la una acogedora hospitalidad y el tetorpe y avergonzado al saludarla. Pero América hermana. La existencia de soro de muchas enseñanzas. Debo Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica