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Repertorio Americano 91.
Divagaciones.
seab.
la mayoría, una excepción desagradable en la civilización europea.
En las esferas oficiales de Españía reinaba por enton. Viene de la pagina ces la cuquería más refipada.
Había una oligarquía de políticos, oligarquía de ape.
Por debajo de su actitud se iba viendo como subía la ma.
titos, de petulancia y, sobre todo, de vanidad, que miraba rea del escepticismo.
el Estado como a una finca.
El tercer período de mi vida está dentro de nuestra Esta oligarquía, entronizada por la Restavración y la época. Este tiempo, posterior a la guerra, tiene un aire Regencia, favorecida probablemente en las altas esferas, de frialdad y de tristeza horrible. El mundo parece un captada por periodistas mediocres que se creían gepiales, campo de ceniza mientras arde esa llama siniestra de la trabajó constantemente en hacer una selección a la in.
Revolución Rusa, llama que o calienta y que, en vez de versa. Si no se establecieron escuelas de toreo en nuestras dejar en la Historia un drama sangriento y humano, ciudades, como en tiempo de Fernando VII, no fué por como el de la Revolución Francesa, no deja al descu falta de ganas.
bierto, en medio de sus inauditos horrores, más que Durante este tiempo las mercedes del poder se reser.
disputas doctrinarias de pedaotes del marxismo, una varon siempre para los yeroos, para los amigos, para los crueldad fría de aire chino y la avidez rencorosa de los tertulianos y criados de los políticos y de los palaciegos.
judíos, que hacen de gusanos de las paciones muertas. Es decir, para criados de criados. Si hemos decaído en entusiasmos políticos y sociales, Enfrente de la inmoralidad, de la chabacanería y de do hemos decaído menos en fervor literario y artístico. la ramplopería de los políticos, no había en la Espafia de Dentro de la literatura, en estos últimos afios, iqué cam. la Regencia nada organizado. El republicanismo nuestro bio en el sentido de frialdad y de falta de entusiasmo!
era un amaderamiento, una retórica vieja con la ma.
Zola, France, Ibsen, Nietzsche, Tolstoy. Las obras triz estéril; el socialismo obrerista odiaba a los intelectua.
de esos grandes escritores, que canto nos entusiasmaban les y hasta la inteligencia, el anarquismo se manifestaba hace veinticinco años, se han enfriado y parecen algo místico, vagoroso y utópico, y los dos separatismos apaviejo y cansado. Lo úoico que se conservu joven. quizá recidos en aquella época, ei catalán y el vasco, por su como una monstruosidad admirable, es la literatura de egoísmo y mezquindad, no tenían atractivo más que para Dostoiewski.
gente un poco baja. Además, en el uno había una pedan.
En este ambiente de frialdad y de inseguridad se com. terla y un super hombrismo ridículo; en el otro se veía prenden muy bien estas audacias de taller, un poco estó. demasiado el solideo del cora.
lidas, por muy disparatadas, insalsas y absurdas que Un hombre un poco digno no podía ser en este tiempo más que un solitario.
Es incalculable la cantidad de topterías que nuestra época va aceptando graciosamente. No hay supercheria El concepto de intelectual en España que no acoja: espiritismo y teosofía, metapsiquica y antroposofía, cubismo o dadaísmo, magia y psicoanálisis Por este tiempo, en España se empezó a propagar freudiano; todo pasa. Nuestro tiempo es un avestruz que un concepto, que vipo de fuera y que ha promovido se traga todo lo que le echen; claro que no lo puede dige. siempre gran irritación entre nuestra burguesía, el con.
rir, porque no se digieren las piedras, pero las traga.
cepto expresado con la palabra intelectual. la gente de Ante la impotencia de crear un ideal, o por lo menos buen tono le pareció esta palabra de una petulancia terri.
voa utopía, nuestra época se repliega en sí misma y ble y que indicaba una idea de superioridad intolerable.
quiere dar como Oba norma apetecible lo que es resultado La burguesía de las capitales, y con ella los periodis.
de su ipfecundidad.
tas y saineteros, aduladores del prejuicio, no comprendieAsí se la ve tender a la desvalorización de todos los ron el sentido de la palabra intelectual, y creyeron que el ideales humanos: al desdén por la cultura general, a la que se llamaba así se consideraba ya, sólo por esto, intetendencia a la especialidad, al sport y a la intensificación ligente y talentudo.
del mecanismo de la vida, hasta tal punto, que parece que Esta necia equivocación subsistió y subsiste en pues las cosas ellas mismas tienden a sustituir las inquietudes tros días.
espirituales por el puro movimiento automático y mecá El trabajo intelectual po presupone, sin duda alguna, dico. La ciencia, que es, hoy por hoy, lo único con aire inteligencia extraordinaria, como el trabajo manual do religioso que nos queda, dos aplasta con su frialdad.
presupone estupidez, Viviendo, como he vivido yo, en épocas de carácter Uo economista, un historiador, un filólogo, un crítico tan distinto, se puede dar el caso, como me ocurre a mi, son intelectualas, pero esto no quiere decir que sean sólo de pasar de piño a viejo sio haber sido punca adulto. por esto talentados ni de una inteligencia superior; un Yo, de chico y de joven, hace treinta años, cuando carpintero o un herrero son trabajadores manuales, lo que tenía veinte, era para mis conocidos do repolucionario; no qniere decir que sean estúpidos.
en cambio, hoy, para los jovencitos antirománticos que iQué duda cabe que hay obreros manuales, industria.
cultivan la elegancia o el fútbol, no paso de ser bo iloso, les y gentes de negocios que son mucho más inteligentes un viejo pompier.
que los intelectuales!
Esto no quitará su calidad de ser intelectual al inte.
Desorientación lectual, porque esta calidad no se la da su clase de inteligencia, sido su clase de trabajo.
En este segundo período de mi vida, en Madrid, para Entre nosotros no se consideró así, sino que se creyó mí, paturalmente, el más trascendental, porque era aquel que llamarse intelectual era una petulancia.
en que tenía más energías y más inquietud, yo me encon. No se pensó que, de ponerse a encontrar petulancia, tré, como la mayoría de los jovenes de mi tiempo, con lo mismo se puede encontrar petulancia en que una per.
que todos los grandes caminos abiertos por los españoles sopa diga. Yo soy médico, o diplomático, o militar, o de antaño estaban cerrados.
artistas; porque el suspicaz podrá decir. Este, al llamarse En las antiguas colonias de América, de Oceanía y de médico, se considera un buen clinico; este otro, al decirse Africa se nos odiaba, con razón o sin ella. En las ciuda. diplomático, se mira como un hombre lleno de perspica.
des de Europa se nos miraba con desdén. Eramos, para cia y de figura; el tercero, al afirmar que es militar, se Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica