Socialism

Repertorio Americano 21 El vaso de Fausto Refiere Anatole France que cierta noche, en su propia biblioteca, recibió la visita, curiosa y cordial. de an duende Semicuento extraordinario. Cadmo, el inventor del alfabeto, se allegó al gran escritor contemporáneo, el más ilustre de los es. De El Figaro, Habana. critores contemporáneos, nuestro Erasmo, nuestro Voltaire, y así le habló. Dime, France, babéis imaginado, AUSTO era un hombre como cualquier otro. En nada sobresalía. Ni alto como un bambá, ni bajo como un desconocida de nosotros. France recapacitó an instante, comido; ni delgado como un alambre, ni grueso como y ofreció a Cadmo un cigarrillo. Ila sola voluptuosidad un pipote. Se vestía al uso, comía al uso, se divertía al pueva, desde que se inventó el alfabeto, es fumar ta.
050, amaba al uso, pensaba al 180. Su mediocridad no bacol.
era dorada, era simplemente mediocre. Fausto, como todo el mundo, tenía su peculiaridad.
No la ostentaba, pi la ocultaba, la tenía. La peculiaridad de Fausto no consistía en hacerse acompañar de un perro, No hay placeres nuevos, ni puteva belleza, ni nueva ni en dejarse acompañar de un gato. No poseía una paja.
virtud. El gran poeta, por grande que sea, será sólo uno rera, para limpiarle el comedero a sus canarios; ni u de los pares de Homero. El gran virtuoso, por sublime jardín para ingertar sus rosales; di una huerta para aporque se manifieste, no superará a Sócrates. el más sabio car sus lechugas. No le daba por los cuadros firmados o y justo de los hombres. al decir de Platón. Lúculo si. sin firmar; ni por los libros bien o mal empastados; no gue comiendo en casa de Láculo, cuando se oficia con coleccionaba cacharros, ni siquiera sellos de correo.
arte supremo en los misterios del rito culinario. Ni pla Todo lo que Fausto tenía y cuidaba como a las niñas cer, ni virtud, ni belleza son mayores. La obra maestra, de sus ojos, era un vaso. De baccarat. de cristal de ya lo formuló Hugo, iguala a la obra maestra. Bohemia. de alabastro. de plata. de oro? No lo sé.
Tampoco si era un oinojoe gracioso, o un kylix de ancho borde llamativo, an kiazos elegante o un kadzaros dionisiaco. Quizás no pasaba de un sencillo yaso de cristal, Lo que sí ha aumentado, por modo espantable, al decir sin nombre técnico, y que sólo se distinguía por su escra.
de Durkheim, es el número de suicidios. Muchos pien. pulosa limpieza.
Ban hoy, como Lamartine: Porque, eso sí, Fausto lo limpiaba por su mano. Si me hubieran consultado, habría rehusado nacer. como si lo estuviera brotiendo, lo perfumaba, y lo guar. como no les consultaron, y el industrialismo no les daba en su pequeña vitrina, lejos de las miradas indisproporciona la dicha que ambicionan, se privan de la cretas. Le profesaba una especie de culto, de variadas vida. iPoco debe valer para su conciencia atormentada, ceremonias. veces colocaba en él las orquídeas de más la miseria de la parte alícuota de bien que les toca! suntuosas formas; veces un manojito de fragantes violetas. Hoy le servía de pecera, donde giran locamente pétalos animados, de vivos colores; mafiana, de joyero.
Un día lo rebosaba de un vido que semejaba rubíes No, ni industrialismo ni socialismo resolverán el pro.
disueltos; otro de miel que parecía oro derretido. Nada blema de la felicidad humana. Cristo jamás tocó una mo.
ofrecían la naturaleza o el arte, que pudiera contenerse neda. El oro amonedado es cosa que mancha. Hay que en un claro recipiente, sin que lo buscara infatigable para darlo al César. Al César, lo que es del César. dijo Jesús. regalo de sus ojos en su vaso de elección.
Nuestro mal contemporáneo estriba, en que no queremos He aquí por donde Fausto el mediocre, Fausto el mirar la vida por su lado religioso y trascendental. Estaadocenado, Fausto el corriente y moliente, era también mos envenenados de codicia incoercible, los poderosos y Fausto el Apico.
los humildes. Los mismos religiosos hablan de socialismo por eso me permito aconsejarte, lector mío, que si cristiano, sin advertir la tremenda contradicción que ex.
te interesa conocer a un hombre, conocelo en las entre.
ponen en sólo dos palabras, Socialismo cristiano, no; telas de su corazón, no pierdas tu tiempo mirándolo por cristianismo social. Esta es la sola salvación, el solo bien, fuera, bino trata de averiguar si guarda por ahí, en lugar Venimos emprendiendo una operación matemática, equino muy visible. que sí guardará el vaso de Fausto.
vocada desde sus comienzos. Mi reino no es de este mundo. ENRIQUE JOSÉ VARONA de julio, 1924.
Vedado, Calle 8, Núm. 18.
10 Habana, Cuba. 1 Pegaso Montevideo. Uruguay Se dirá. Hace veinte siglos se predica el cristianismo y nadie es cristiano. Contestaremos: Hace veinte siglos somos infelices, nos rebelamos contra nuestra desgracia, y no ponemos el único remedio eficaz, de nuestra amar. gara constante. El cristianimo, como todo ideal, no se realizará nunca en la tierra. Por eso, cabalmente, es eterno. Por eso nos relaciona, aquí abajo, con la vida de ultratumba. Es decir, el remedio sólo está en la religión, para esta humanidad contemporánea, infeliz, egoísta, irreligiosa y rebelde.
Es la mejor revista nacional de letras que se publica en el Uruguay. ANTONIO CASO.
San Salvador 2309 Montevideo Unlversidad Nacional, México. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica