Repertorio Americano HL. 45 45.
dulce angustia de las reconciliaciones, sin embargo, formaba como un aura podrá, copiar jamás. Son propósitos de ega remembranza ruborosa de las en torno a su sencilla silueta siempre que se esbozan sólo un instante y primeras citas, del amor extático y eplutada. Oyéndole se recibía la cari. mueren, intenciones secundarias ven.
encendido. Quiéu no conoce su Apai. cia melancólica del dolor, de su do. cidas en la lucha fraterna, minúsculos sement!
lor. Era algo impalpable, más fluido y derroteros hacia el mundo que se blando que cualquier cosa de la tierra. abren y se cierran en una renovada y Como dog piños que jamás sapieron Su dolor era la resigoación, el renun. turbulenta indecisión. De las mil fa de los ardores del amor, ciamiento degnitivo que a otros arroja cetas de esta multiplicidad el sol en la paz de la tarde nos miramos en el sombrio regazo monacal. El, en arranca un pleateado chisperío que de con novedad de corazón.
cambio, había quedado guardando esa lejos también parece úbico. Pero el El que trasparentan estos versos mu. vida joven que hoy le llore, sin duda, ojo experto descubre lo que hay de.
sicales es un dulce, un puro septi.
la misma por quien escribió: trás de los aspectos cegadores, el ca.
miento de amor. No lo creáis, sin em.
brilleo, la sucesión rapidísima de los llegarás con santo desprecio a comprender innúmeros trazos de luz.
bargo, en exceso a pegado a la blanda que la vida se dá por placer. por placer.
renuncia de la carne, a la iw posible extipción del deseo. Es sólo la tregua. De él lo esperábamos todo. Tanto Acodgojado, puestro espíritu no lo admirábamos, de tanto lo creíamos pudo, sin embargo, resistirse a dedi me sabes tuyo; te recuerdo mía; capaz, que su palabra no podía ser ya.
car una lluea de homenaje al poeta es el descanso tras la batalla de amor una sorpresa para nosotros, aún cuan. que tan ampliamente abrevó su horas.
que nunca ha terminado donde se do se revistiera de las mas insospe. Los que le hemos leído. cómo paga, creyó. Pero. cuándo el hombre se ha chadas y extraordinarias apariencias, remos la deuda que con él tenemos detenido ante algo? Su destino es per to Porque si miráis con cuidado amo.
contrafda. para angustiarnos más. seguir lo lejano, lo distante y lo ir.
roso en la obra de este artista como he squí que él se va, se hunde en la poto, violar el misterio y vencer la úl.
pocos grande, encontraréis aspectos sombra, se pierde sin ruido en la pers.
tima esfioge.
innumerables y fluctuantes como las pectiva de todas las angustias. en: estrías del agua que corre, desorde tonces pos aferremos eploquecidos a Son del color del agua tus pupilas, pada por libre, entre las piedras de lo upico que de él nos queda: su re.
del color del agua del mar, los campos. El caudal es uno y se pre.
cuerdo, y elevándolo en nuestros bra.
Desnudas en ellas se sumerge mi alma cipita hacia adelante, recto dominador zos jóvenes, no queremos oi sabremos con sed de amor y eternidad, de toda valla. Pero en él los dedos del dejarlo morir.
azar dibujan una trama maravillosa, RAÚL SILVA CASTRO Siempre será vencido, es cierto, pero un tejido que ningún telar humano (Mercurio, Santiago de Chilei.
persiste y se obstina. El poeta, en otros versos, ha evocado también la tímida resistencia del alma amante ante el objeto de su amor. Pero bien sabemos todos cómo es inútil esa misteriosa e inexplicable resistencia. El La expulsión de don Miguel de Unamuno en todo penetra, y a todo imprime su de Espafia al catedrático de la pasado toda su vida en Salamanca, sello angustioso y libertador.
Universidad de Salamanca, doo Miguel dando sus clases, haciendo paradojas de Unamuno. Más que una expulsión, y fabricando pajaritas. de papel. es la de Unamuno una deportación a cuando no versos, en los ratos libres. Quién ha dicho que ya en nuestros las islas Canarias, provincia insular de Acaso él; a pesar de todo, tenga en el días no se da el hombre del Renaci Espafia, lo cual quiere decir que lo fondo hacia su patria, aquel: sentimiento, sabio y sentimental, pensador privan de Salamanca, pero no de se. miento de romántica terpura que hizo y artista, amante desinteresado de la guir pisando el suelo de su patria, Siirrumpir a Castelar. Ninguna tierra, vida, enamorado acaso del espectáculo el fuera un chacedor de la vuelta al ningún aire y ninguna luz son como del mundo, y sereno segúo todas las mundo como don Vicente Blasco la tierra, el aire y la luz de España, apariencias? Magallanes lo fué. Cuando Ibáñez, o un apdariego como Zama. Sí, en las Canarias poede perfecta se le rememore, será el poeta ud cois, le sería indiferente estar en Sala. mente don Miguel de Unamuno ha.
poeta purísimo, en el que la forma tiene, manca, en Canarias o la Cochinchina; cerse la ilusión de que está en España, rasgos que denuncian la batalla, ardua pero lo cierto es que él, a lo que pa. y de que pisa la tierra, respira el aire a veces, entre el arte y lo espontáneo rece, punca ha salido de Espafia, y y se anegan sus pupilas en la luz de el que primero acuda. Pero no será que todo el gran viajar de su vida se España. No es el suyo a la verdad, un posible olvidar al pintor, al novelista, ha reducido a visitar de cuando en verdadero exilio, uno de esos exilios al dramaturgo. si hubiésemos vivido cuando la villa y corte y a recorrer al. en tierra extranjera que tanto han días heroicos. no habría el poeta for. gunos pueblos de Espafia. El no ha contribuido a la gloria y al triunfo mado en ejércitos como ese Garcilaso venido a América a dar conferencias, fipal de los exilados. Hubiera sido de alma columbina, en cuyos versos ni ha pasado los Pirineos, para ir a mejor para él. para su aureola de Do pudo persistir el resonar enconado París, a sentarse a un diván literario pensador rebelde de escritor inde: de las armaduras?
de moda, o a la mesa de algún maes pendiente. que Primo de Rivera, en Este poeta ha muerto cuando más tro ilustre. Doña Emilia Pardo Bazán vez de mandarlo a Canarias, lo ho.
falta tal vez hacía su voz cordial y se sentó un ala al diván de los Gon. biese obligado a tomar un galeón)
prestigiosa. Hace algunos afios estre. court, Pompeyo Gener se jactaba de para las Américas, o a pasar «los monchamos un instante su mano fuerte y haber sido un comensal asiduo de Re.
tes. y andar errante y pobre una dé: tostada, como su cara, por los soles náp; diz que don Vicente Blasco Ibá cada o un lustro por las capitales de libres de nuestra tierra. Oinos enton. fiez, euando está en París, es un ha Occidente. a fe mía que él necesita ces para yo no olvidarla gu palabra bitué a la mesa de Anatole France. esos viajes; los necesita para desespadulce, semivelada por algo oculto que, Don Miguel de Unamuno, no. Este fiolizarse un poco; para dar a si mente Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica