Individualism

Repertorio Americano 153 iítica. Tendremos, a través de los siglos, excelentes latioistas. Me permite usted un pequeño paréntesis de psicolo que no escriben sido a pesar suyo en español, cultos jo.
gía de los pueblos? Se nos ha dicho con tesón que Es. yeros de la prosa damasquipada, maestros de musical pafia es romántica. Entiéndase por ello el individualismo secreto, como Góngora; escultores de la medalla verbal, cerrado, la aversión a las imposiciones (aregla de tres como Gracián; reyes de armas del honor de los ricos, y, unidades que los españoles desecharon antes que nadie. como Calderón, poetas metafísicos. En una palabra: es.
el desorden en los sentimientos, no desprovisto de belle. critores solemnes, semejantes a esos hidalgos que arrasza, la improvisación continua (cuando un español se traban la espada por las pidas callejuelas de Castilla la pone a escribir ha dicho Ganivet no se sabe si va a Gris, iCuidado! El pueblo está hablando, a pesar de hacer una obra maestra o un mamarracho. la afición a todo, por la boce indecente de estos graciosos del teatro, la realidad, que no siem.
que van a decir os las verpre llega a purificarse, pero dades, como bufones que conserva inmortal sabor De esta carta han hablado ya: Gómez Carrillo, Sanin abandonaron la Corte. Sanhasta en la exageración Cano, Hernandez Catá, García Sanchiz, de Toro Gisbert, ta canalla, que tiepe el dia.
del buscón don Pablos.
León Pacheco, Francisco García Calderón, Zérega Fomblo en el cuerpo, y cuánto bona y Armando Donoso.
Este es el panorama; Quisiera el REPERTORIO AMERICANO oir otras opiniones.
ingenio! Es un lacayo como Ipero cuántas cosas quedan Se atreve a solicitar las de algunos de los escritores de Amé Juan Jacobo Rousseau quien por retocar! Durante siglos, rica y España que lo reciben y leen a menudo. La lista es se fisga de la rigidez am.
el español que leyera larga, si fuéramos a trasladarla toda. Para el caso, valgan 2009 cuantos nombres: biente; es Figaro, que emi.
Aristóteles y más tarde a Reyes, Vasconcelos, Antonio Caso, Mariano Silva y gra y va a ser figurante Boileau, desconfía de sí de la Revolución Francesa; Aceves, Xavier Icaza, Julio Torri, Genaro Estrada, de la mismo y de su genio. Su Luz León, Félix Lizaso, Dr. E: Varona, Jorge Mazach, pero me extravío en la pogenio no siempre es aristo. Roig de Leuchsenring, José María Chacón y Calvo, Emilia Bernal, Henríquez Ureña, Max, Henríquez Urefia, Coll crático, pero la literatura Volvamos a este realis lo es aco: las palabras que y Cuchí, Rafael Arévalo Martínez, Wild Ospina, Froylán Turcios, Raf. Valle, Alberto Masferrer, Altamirano mo que desinfla odres his.
Do provienen del latín, los y Viera, Presbítero Pallais, Salomón de la Selva, Brenes chados, a este Sancho que giros populares, enfurecen Mesén, Romulo Tovar, Rafael Cardona, Alejandro Alva.
pos lleva a la humilde tierra los puristas. Hallamos rado Quirós, Méndez Pereira, Nieto Caballero, Eduar.
do Santos, Ramón Vinyes, Germán Arciniegas, Guillermo de los anos. Un primer desde los comienzos espíri.
Valencia, Armando Solano, Restrepo Gómez, Res.
galán de Calderón, uno de tus de tendencias nobilia. trepo, Cornelio Hispano, Santiago Key Ayala, Mi. Díaz Ro. esos pasmados cortejadores, rias que oponen giros afec. driguez, Blanco Fombona, Austria, Jesús Semprum, ridículos y tan simpáticos tados al lenguaje simple de Gonzalo Zaldumbide, Adwin Elmore, Ureta, Belaunde, Jaimes Freyre, Franz Tamayo, Alcides Arguedas, a la vez; un Tenorio ma1a parroquia. En la más Pedro Prado, Enrique Molina, Eduardo Barrios, Gabriela gunto que sabe morir de admirable obra maestra de Mistral, Dr. Lenz, Francisco Contreras, Ingenieros, amor y de mil maneras España, e mi gusto, La Nin Frías, Leopoldo Lugones, Arrieta, Ricardo Celestina, se advierte ya el Rojas, Gerchusoff, Leopoldo Díaz, Giusti, Gálzorce ya sus madrigales vez, Mi. Ugarte, Natalicio González, Manuel Domínguez, complicados de jesuite, contraste: el más rápido, el Juan Leary, Hugo Barbagelata, Dr. Vaz Ferrei cuando su humilde escu.
más adorable de los lengua. ra, Juana de Ibarbourou, José Moreno Villa, Eugenio Ors, dero le recuerda con una jes, cuando son la alcahue.
José Ortega y Gasset, Pérez de Ayala, Federico de ta o los criados quienes Onis, Díez Canedo, Antonio Espina, Ea. Gómez de Bacarcajada que no estamos quero, Azorín, Gómez de la Serna, Juan Jiménez, en el famoso «país del tier.
charlad; el tono de orador Rivas Cherif, Miguel de Unamuno, Ramón del Valle no. Mientras los místicos latino cuando se lamenta Inclán, Lois de Zulueta, Américo Castro, Gabriel Alomar, repiten en su roca estéril el padre noble, con la gran.
Luis Araquistain, Pío Baroja, José Bergamin, Antonio Madeza acompasada de Man richalar, Ramiro de Maeztu y Antonio Machado.
la queja romántica de Job, Aprovechamos esta ocasión para declarar que faltan en escuchad al farsante demo.
rique. Notad cuán poco es. la lista de envíos del REPERTORIO algunos escritores hiopano crate, al manso ladrón y al timen los escritores de la americanos importantes de que no tenemos las señas. Que buen estoico que los nove.
época las farsas tituladas nos las den, si quieren recibirlo.
listas llaman picaro. Las Don Quijote, El Buscón; dos familias, las dos gran.
sólo el éxito popular y la des especies, se codean y.
posteridad apelarán de tal fallo patricio. Cervantes y se entienden, porque a menudo, como en el alma espaQuevedo no están orgullosos, como quisiéramos, de haber fola, don Quijote sabe de malicias y cualquier Gil Bias escuchado las reflexiones de la santa canalla; en duevos po carece de grandeze, IQué le vamos a hacer si tal mix libros procurarán mostrar, siguiendo la corriente, que, tura desconcierta a la crítica extranjera!
son capaces de escribir con distinción y ornato, según Comienza desde antiguo la vena borlona y popular, las pomposas reglas de entonces.
el realismo desvergonzado que suelta soeces decires con.
Mirad el reverso de la medalla. En la raza espafiola tra toda cosa patricia. La misma poesía, el arte sagrado, existe, desde Séneca, la preocupación del habla elegante.
comienza allí por boca de los humildes: el primer gran poeta espafiol, el Arcipreste de Hita, no desde a escribir los neologismos elegantes del poeta de Nicaragua. Son dos mo para los mendigos canciones que ellos repiten en las mentos patéticos del español, Otra vez hemos buscado la dulzura perdida; para hallarla mejor y más recondita, volvemos a extraferias o en el pórtico de la iglesias pueblerinas. Quizás viarnos por las selvas de las alegorías hasta que sólo Góngora y la canción es pimentada; pero el humilde artesano que los ruiseñores puedan comprendernos. Acabamos de italianizar la canta graba entonces en la piedra del templo la verdad con mieles de Petrarca la lengua recia cuando ya un comentador escabrosa que a nadie ofende en la Edad Media. Los de Herrera nog advierte que los modos de dezir en las obras poé. ciegos son en Espafia trovadores humildes, como los pro.
ticas an de ser escogidos retirados del hablar común. Si el mis.
mo Herrera vuelve al desusado y alto canto es para comenzar a tagonistas de la novela picaresca parecen héroes fraca.
escribir con los preciosismos de ciertas obras umbrías del gran sados. El lirismo es popular allí y las coplas anónimas Leopoldo Lugones. Si nos alejamos del hablar comun, nuestra nos prueban que la vena local nunca se agota.
lengua enrarecida llega muy pronto al jeroglífico; pero la simpli.
cidad también se llama Sancho. Para libertarnos de la jerigonza ¿Por qué se aleja el escritor de esta gracia estelar y o del pedestre refrán, es preciso que vengan, cada siglo, poetas de este don inocente? IAy. tiene razón a menudo, y de Italia, de Nicaragua o de París de Francia, Aquí nos sorprende un misterio peninsular. En el pueblo Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional. Costa Rica