Repertorio Americano 169.
tra Francia, fperon las de realumbrar por todas partes el iban a caotar el progreso» y dlas luces magníficamente; sentimiento de cada patria particular y de precipitar la pero el pueblo español seguiría siendo el conquistador constitución de nacionalidades. En cuanto a España, aburrido que perdió el señorío del mondo, y desdefa la que era entonces el eje ultramontano de Europa, ello no vivacidad de los otros pueblos como un motin de arri.
es cierto de identica manera. Fué un hijo de la Revolu. bistas.
ción, el general Bonaparte, quien rehizo, sin saberlo, la No existía aún la clase media en España; la aristo.
upidad moral española al pretender hacerse dueño del cracia y el pueblo se coligaron para aborrecer con tesón pueblo más orgulloso del planeta. Los mismos liberales de al extranjero, y la invasión de Napoleon po explica sino la época prolongaban la antigua desconfiapza. Carlos III, parcialmente tal estado de espíritu, más antiguo que este el monarca liberal y francófilo, siempre mira con ojo odio nuevo. iComo no comprender semejante aversión receloso al país que inventara la revolución, y el afiloso. patriótica! Es necesario afirmarse entonces en un espa.
fismos, como se decía por entonces. El conde de Aranda, ñolismo exagerado. Porque las modas vienen de Paris, sa famoso ministro, es, sin embargo, amigo personal de el Estado mismo pide a un grupo de damas ilustres (1788)
los enciclopedistas, y quiere, como su amo y sefior, en. que organice un «traje nacionals; los nobles adquieren sanchar el marco de esta Espafia hermética; pero descon aficiones y ademanes de chisperos; el literato innovador fía de sus propias reformas, y expulsa a los jesuitas por es el enemigo de todos; se le. colgará más tarde unifor.
que osaron pronunciar la palabra «regicidio, mado a la francesa, con uno de esos chalecos que llevaban Las dos Espafias se afrontan, y solamente algunos bordada en letras rojas la palabra Libertad. Vivan las libros acerca del Japón moderno pueden servirnos para caenasi. vocifera la capaila cuando regresa el tirano. El comprender tal copflicto. Para los bopzos guardianes de inglés sopla la llama que podría extinguirse. Cambiad ritos antañones, toda povedad es peligrosa. Cuando en el dicen irónicamente los marinos de la Gran Bretaña que siglo XIX pasan por el Guadalquivir los primeros vapo bloquean el puerto de Cádiz en 1808 cambiad vaestro res, el pueblo grita llamándolos monstruos demoníacos, león bacional por una gallina, pues los gallos franceses El divertido Barrow, autor de uno de los libros iogle. os dominan.
ses más populares, La Biblia en España (1842. nos cuen. Cómo puede usteed creer que sea fácil con todo esto ta que las muchachas quemaban los Evangelios porque escribir en una lengua que recuerde la elegancia ultrapi.
llegaban de tierra protestapte. Para qué leer tales obras, renaica. Los «afrancesados» de las letras son, créame que son tal vez luteranas? En primer lugar, los piños no usted, héroes desconocidos que no retroceden ante pada.
necesitan saber más que algunas nociones de doctrina ¿No pretenden, a semejaoza de la Francia de los sanscu.
cristiana. Carlos III contaba con orgullo que en su infan. lottes, transformarlo todo, la religión de nuestros mayo.
cia prefería école buissonnière del palacio a los cursos de res, la dignidad real, que es de derecho divino, y hasta la los ilustres pedagogos encargados de formar su espírita misma lengua incorruptible? América viene en su ayuda.
perezoso. Un día los maestros van a quejarse al Rey, su «Ella debía dar a su conquistador decía Larra. con padre, y he aquí el joven culpable ante el soberano de los intereses aumentados por la usura, el principio demo.
todas las Espafias. Cómo? pregunta el rey. El io. crático. Esos cabecillas id surrectos, esos mestizce inso.
fante no quiere estudiar? No, sefors responden a coro, lentes a quienes la Historia iba a nombrar libertadores, desconsolados, los dos maestros. Pues bien dice el rey. leen de tal manera libros franceses, que de ellos toman si el infante no quiere aprender, que no aprenda Dada. giros y palabras. Lugones ha podido llamar a puestro Este padre boodadoso y simpático, que parece primo poeta Rubén Darío el último libertador. Dario rescata hermano del rey Pausole, de Pierre Louys, muestra ser definitivamente a la princesa dormida que en las viejas de su tiempo y de su país. Cuando mi ilustre compa. leyendas españolas vivía prisionera de tin mago árabe.
triota Olavide llegó a España para civilizar una pro Así, a regañadientes, el hechizado país se despereza.
vincia, los libelos de la época se barlaban de este hombre Su suelo fué invadido, su imperio colonial zozobra. José «ilustrados del siglo de la ilustración. Era el supreno Cadalso había comenzado, con sus Cartas Marruecas, la insulto.
serie admirable y desconcertante de sus libros, que inat. he aquí que, en la España degra de los comienzos gurar el diagnóstico de la España enferma Doble in.
del siglo xix, un joven genial iba a lanzar un manifiesto quietud psicológica, que debía revelarse a fines del sicuya actualidad no ha envejecido. El artículo de Mariano glo xix: el sentimiento de una decadencia y la necesidad José de Larra, Figaro, titulado «Literatura. expone el de afirmarse en el orgullo Dacional; pesimismo intelec.
estado de alma de los primeros románticos; pero podría túal, optimismo sentimental.
ser firmado por cualquier escritor de hoy, por ejemplo, En este momento patético en que todo se hunde; en por el exquisito Gómez de la Serna, que usted cita en su que Espafia, abatida, parece surgir, como el Segismundo Manual entre las jóvenes celebridades. Larra, la perso. de Calderón, de su caverna medieral para afrontar el palidad más atrayente del romanticismo, por su ingenio, siglo de las duces. qué harán los más grandes afrance.
su daodismo y el suicido fipal, se educó en Francia. sados, que son, sin embargo, los más españoles de los Usted habla de él, querido maestro, en su Historia de la hombres, qué harán Goya y Larra? Ah, cómo descubren Literatura española, con los más clarividentes elogios. la perdide veta popular! Si el uno se inspira en Watteau ¿Qué ha hecho usted para no tildarle de galicista?
y el otro recuerda a Voltaire, preciso es confesar, sin Iniciado a la vida literaria inmediatamente después embargo, que son españolísimos. Las bucólicas madrile.
de la crisis napoleónica, icuán entrañablemente quiere a fias del primero y el «pobrecito habladors del segundo su vieja España, pero cuánto sufre al verla tan en retraso parecen salir de una povela picaresca. El gracioso anti.
medieval, toda erizada y cohibida por las innovaciones de guo, los criados de La Celestina, Sancho siempre, tienen la ciencia y de la política que llegan de Francial Jamás el mismo rictus doloroso y el sentido cómico de lo real pueblo alguno sintió tan extrema aversión a la moderni. que sólo los rusos igualarán. TQué gracia incrédula y dad. Es otra Chipa, pero helicosa.
sensata, qué don del color vivaz, qué ligereza vistosa de En el recinto de sus murallas, los Pirineos y el mar, la máscara sobre el conturbado rostro de la Vida! No, no sólo quiere ya vivir su sueño sonámbulo, escuchando la eran de España, o a lo menos de toda Espafia, las frases canción de sus glorias muertas. Todo inglés es una lentas y aletargadas, el tono bituminoso, la rigidez de isla, decía Taine. Todo español de entonces era una cuerpo y alma. En cuanto a la literatura del siglo que fortaleza. El hidalgo que despreció siempre las letras, se moría, el gongorismo de acrósticos y de charadas que burla a hora del siglo de la ilustración. Los románticos mechaba con retruécanos su extenuada insipidez, estaba. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica