Tomo REPERTORIO AMERICANO nam sa SAN JOSÉ, COSTA RICA LUNES 19 DE DICIEMBRE 1924 SEMANARIO DE CULTURA HISPANICA SUMARIO: Una hora con José Enrique Rodó, por Rafael Arrieta. El gorjeo de Ariel. Un Congreso libre de intelectuales latino americanos, por Edwin Elmore. In promptu dominical, por Manuel Segura. Un Instituto internacional en España, por Gomez de Baquero. Un mensaje de Lugones a la prensa española. Una tarde con Lucrecio, por Brenes Mesén. El Dinero nues Rey y el Negocio nuestro Dios, por. Box. Impresiones arte (Continua. por Yglesias Hogan. El poema de los Caminos, por Prado. Las obras del sabio Caldas, por Eduardo Posada. La lluvia prometida, por Pallais. Oh Tierra. por Eduardo Uribe. Martes, por Arias. Centenario de Valera. No sé cuándo. no sé. por Salas Pérez.
Una hora con José Enrique Rodó (De La Prensa, Buenos Aires. SORPRÉNDEME GENERO 1910 muchedumbre de baloeario. La ciu RODÓ reconocer todavía el ceptelleante, la promiscuided de oda eco de su voz, intacto, inconfun.
dible, como dielado, entre los ecos di dad nos pareció silenciosa y sedante, fusos que dad a nuestro corazón la La calle Cerrito, donde vivía el escri.
resonancia del caracol marino. Oh, tor, estaba casi desierta. Cuando lla magia de las voces muertas, incorpo.
mamos al ancho portal, la noche co.
radas a poestro ser, latieptes en un menzaba a espolvorear el aire.
reposo hermano del olvido, vibrátiles En lo alto de las escaleras brillaba en nuestro silencio, siempre dóciles un foco. Ascendimos. Yo me sentía para abandonar su alvéolo y acudir, dominado por toda extraña sensación través del laberinto de la memoria, a de ansiedad y timidez, como el amante la encantación del recuerdo! Sobre que acude a su primera cita. Estre viven al instrumento, aladas e inco.
char la mano que ha escrito un libro rruptibles; mas sólo vivientes en los hermoso. Dialogar con un espíritu receptores de una amorosa fidelidad, superior que a larga distancia dos reencarnadas en nuestros latidos, ha sedujera y deslumbrara. si el en blan mezclándose al caudal de nues.
canto se rompe miserablemente?
tros pensamientos y se apagarán defi.
Se nos condujo a una sala pequeña pitivamente con nosotros.
y sin luz. Apenas eotramos nos salu ¿Y qué otra cosa, fuera de la yoz, db una voz grave. Miré al lugar de hubiese podido recoger de aquella mis.
donde provedía y sólo distiogui, con teriosa impresión corporal? Ni la mi.
tra el muro más sombrío, una figura rada di el gesto eran perceptibles en corpulenta, algo encorvada. Por la la penumbra intensa de la estancia, puerta, pintado débil franja, llegaba Sólo la voz, como llegada de los muros vaporosos; la voz up regtero de claridad exterior y en su plano había una descorporizada y flotante, aliento de la sombra.
silla para el visitante. Invitóme a ocuparla; así podría él Conservo así un recuerdo como de sueño. 1Ah, si de observarme sin ser visto.
todos los hombres a los cuales por aproximamos un día Hablamos. Habló el maestro, de arte, de letras y con la curiosidad iofantil de conocer personalmente a hombres, de sus manuscritos joéditos, de un vasto plan quienes ya amábamos en espíritu recogiésemos una ima. de revista latinoamerica de que no llegó a realizar al gen tan sutil y esencial! Salimos de esos encuentros, la referirse a su pasión política sonámbulo de la belleza mayor parte de las veces, desencantados y arrepentidos, que baja al patio de las fieras. habló con melancolía de como el pifio que ha desarticulado au joguete predilecto. próximas luchas que atormentaban el ambiente. Su pa ¿Eso era todo? ya no podemos volver a la obra amada labra, precisa y reposada, desenvolvía paturalmente ideas sin tristeza.
y juicios que parecían haber sido madurados en largas reflexiones. Medido en su cortesía al evocar el país del La voz de la penumbra visitante, discreto al mencionar el suyo, generoo sin ampalosidad, sobrio sio evidente reserva, comentó hechos.
Fue un año antes de su muerte.
y libros, autores e instituciones, Alguien me había advertido, al conocer mi propósito: Yo intentaba adaptar mi visión a la oscuridad y arre. Rodo lo recibirá a oscuras; es si costumbre. Solicité al batarle su aliado. Allí estaba la frente del pensador, dos maestro una entrevista, y fjóla, en efecto, para la última veces impenetrable. Hobiera querido descubrir en ella hora de la tarde.
el relieve de las ideas pobles, la modelación del espíritu Era el mes de febrero. Volvíamos con un amigo de armonioso que creemos sorprender entre las sienes de un las playas, fatigados y atardidos: el sol tórrido, la arena artista. Allí estaban los ojos, abejas infatigables de los Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica