Violence

346 Repertorio Americano teria dura y resistente es digna de dar albergue a la for. sentir amable la sociedad de nuestros semejantes y de las ma imperecedeta. El lento trabajo de estilo fué más lento cosas. Un libro de lecturas espirituales, fervoroso y crisaun por la vastedad del plan del libro, si he de juzgar tiano, que predica la resignación con la suerte propia, por fragmentos publicados que tocaa materias muy va el carifio a las altas o humildes cosas que nos rodean, rias, entre el enjambre de problemas de política, de porque todas ellas se ensombrecen y torpan hostiles en.
moral, de religión, suscitados o agudizados por la gran vueltas en la bocanada del humo de nuestro tedio y se tragedia. Pasaron así, sin que vieran la luz más que esclarecen, en cambio, radiantes con la luz estelar, de fragmentos de El Canto a Aegir, los años de la estrella interior, de nuestra serenidad. Si así como poguerra.
Demos un poco de agua en nuestro vino aceptamos un La paz, paz de algunas horas tan trágicas y procélo poco de dolor en nuestra dicha, la hacemos más sana, sas como las de la guerra misma, impuso un cambio en por más en armonía con el universo y más soluble en la la concepción del libro. Quien pasó de unos en otros dicha, siempre relativa, de los demás. No desentonamos; afios sin mudar de juicio fué o porque nunca tuvo hondas no trazamos las rayas negras de la tristeza y de la negra convicciones o porque vivió en ellos, sin vivir de ellos, envidia. El hombre bueno y generoso cuando es muy sin quemarse el alma en las llamas del inmenso incendio. feliz debe sentirse endeudado y casi avergonzado ante espiritual. Un día El Canto a Aegir fué bautizado con los que sufren. Tal es el tono de esta homilia. Su punto Duevo Dombre: La profecia de Ezequiel. Con este de vista sería el de la vieja fórmula teológica, cien veces título, hace un par de años bien cumplidos, anuncié su más humana que la del ironista: contemplar las cosas iominente aparición a los lectores de La Nación, comen. sub specie eternis. Horadar, calar las efímeras aparientando algunas páginas sueltas, tomadas al azar, que me cias, para tocar las esencias eternas; adentrarse hasta las fué dado leer. Las divinidades hiperbóreas, los dioses del entrafías mismas de la realidad. He aquí de qué manera bélico misticismo del César germánico, se refugiaron este libro en que diserta de la guerra, del patriotismo, de vencidos en su remoto Walhalla, sin que por eso se aca muchas cosas que están en la raíz de las inquietudes llara el clamor de violencia y de venganza; no era ellos noiversales de los años de que vivimos, ha parado en los Goicoe poseídos de la embriaguez salvaje de la guerra sermón de meditaciones morales.
y del amor a la gloria sangrienta. Con el triunfo se ini. Zorrilla de San Martín ha consagrado gran parte de ció una nueva valoración moral, que traerá como secuela su vida, casi toda su actividad de escritor y de ciuda.
severas rectificaciones del juicio y del criterio sobre los dano, a plasmar, robustecer, crear el sentimiento naciopueblos y sobre las ideas: nal. ese fin tiende Tabaré, evocación del paisaje natiA posteri ardua sentenza.
vo, elegía sobre las razas sin historia que sembraron sus. Zorrilla de San Martin be vió entre las manos un libro huesos en la tierra patria; para eso fué escrita La Epo.
aun inédito y ya envejecido, con partes muertas. La pro peya de Artigas, epopeya de la formación histórica de la fecía de Ezequiel, la pavorosa visión bíblica, dió nuevo Dacionalidad; La Leyenda Patria, nacida del mismo in.
título a la obra, cayo eje se había desplazado lentamente. tento, canta la milagrosa resurrección del afio 25 y la Lentamente se fué formando un libro menos militante independencia final. Esta trilogía es lo fundamental de que el concebido en las primeras horas: invocación al su obra: en ella sube el alma del poeta de la tradición espiritu, sobre el campo sembrado de huesos y despojos, nacional como triple espiral de incienso quemado en el como en el poema del enorme visionario de los sagrados ara cívica.
libros, Frente a los nacionalismos irreductibles y agresivos El Sermón de la Paz, leo con asombro en la cara. que engendraron el conflicto y mantienen la alarma en tula del libro recién salida a luz. Noto la ausencia total, el mundo, se pregunta Zorrilla de San Martin si ese consalvo algún rastro accidental, de lo que podría llamar cepto de patria no llevará en sí un germen de mal. Sería prosa militante: páginas de concepción deformada por la negar lo evidente, negar que el falso concepto de patria pasión de la hora y por la información deficiente o ten. ha influido para desatar la tormenta e influye para map.
denciosa. De aquel libro primero se ha desprendido este tener los horizontes encapotados y eléctricos, mientras otro, sereno y meditativo. casi místico, advierte el autor, de cuando en cuando un trueno sordo rueda en las 16bre.
un libro de lecturas espirituales. El pensamiento del gas profundidades. Hay un gérmen de mal, dice, bien escritor se cierne cada vez en más altas y paras regiones. a la vista está, que contamina a todo pueblo que se con.
Renár inventó la expresión el punto de vista de grega y levanta una bandera. El hombre ha sido conce.
Sirio. Quiere expresar esta frase la perspectiva desde bido en iniquidad, no hay que ponerlo en duda. Desde fiosa de una ironía trascendente, que se goza contem. el instinto que aficiona al niño a jugar con soldados de. plando desde muy lejos la vanidad de las acciones y con. plomo y a seguir los de carne y hueso, cuyas musicales flictos humanos. No es Zorrilla de San Martín del numero bayonetas brillen al sol; desde el amor preferente, de la de quienes aspiran a la triste superioridad de contemplar mujer al hombre vestido de uniforme, hasta el nomen las cosas humanas como cosa extranjera, vista de un inspirador del poeta que canta al dios de la guerra y lo astro remoto. Nada más lejos de él que la iropía y el llama Gloria, todo nos revela que estamos bajo el enorme desdén. Sus pensamientos acompafiantes se llaman amor misterio del bien y del mal y de la muertev. Clarificar y caridad. Cuando en nosotros no hay paz ni alegría, cada dia mas ese sentimiento esencial del patriotismo, dice hermosamente, las cosas no son nuestras amigas; turbio como todos los que manan de la cenagosa fuente Do nos acompañan. Se llepan, en cambio, de serenidades del corazón del hombre, tal es el desigpio de este sermon y de pensamientos caritativos y de consejos, cuando les de paz, en el que se habla más de moral que de política.
damos la resignación de nuestras almas. Cuando no hay Predica el escritor la continencia, la resignación a la alegria, dice un hombre bien pensado, el alma se retira propia suerte, la caridad con los extrafios; recibamos, a un rincón de nuestro cuerpo y hace de él su cubil. De nos dice, como un beneficio, alegremente, nuestro retazo cuando en cuando da un aullido lastimero y enseña los de sol gratuito, eterna maravilla; aun queda sol para los dientes a las cosas que pasap. Y, además, cuando no otros; sofoquemos los instintos inferiores y ávidos que hay alegría, creemos hacer up atroz descubrimiento: per. anidan como alimañas en las tenebrosas cavernas del cibimos con extraña evidencia la línea degra que limita alma. Limpie y depure cada uno stu propio corazón, cada ser y lo encierra dentro de sí mismo, sin ventanas antes de aspirar a renovar la patria o el mundo; acate la hacia afuera. Es éste el tema central del libro; un ser. ley moral si quiere que ella sea también ley de la socie.
món de consejos aquietadores, que intenta enseñarnos a dad y de la sociedad internacional. Parecerá ingenuo. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica