122 Repertorio Americano disputaban los personajes más prominentes se hallaba por encima de las fuerzas de gada, el 21 del mismo mes, quedaban unidos de la alta sociedad parisiense, hasta el ex. la costumbre, o si el amante tuvo miedo por los lazos más legales.
tremo de que se ha asegurado que uno de de un compromiso tau temible. Posible. Esa unión, perfectamente legal en Inglasus primeros amantes fué el célebre Ague mente, colocado él mismo, por el exceso de terra, no hizo renunciar a ninguno de los por, Duque de Guiche, que era entonces su pasión, en esa alternativa que ponía en contrayentes a su libertad. Parece que no también Conde y más tarde Duque de Gra. pugna a su anior con su honor, o no osando tuvo otra excusa para el amante que su denuont y Príncipe de Bidache. Este personaje, pedir bastante, o temiendo obtener dema. bilidad, puesto que pocos días después del con el transcurso del tiempo, había de ocu siado, el caso es que se llegó finalmente a la matrimonio se sintió ya sin valor para sospar la cartera de Negocios Extranjeros en ruptura. Esta asumió la forma de una carta tener el compromiso contraído, mientras las postrimerías del Segundo Imperio, sien que, mutatis mutandi, conocen todos los que la excusa para la querida no fué otra do a él a quien incumbe la responsabilidad que ban presenciado la obra teatral, aunque que la de satisfacer su vapidad, puesto que material de baber declarado la guerra a Pru sin contener ciertas frases que el autor dra María Duplessis, desde su regreso a París, sia en 1870. Otros personajes de no menor mático creyó deber intercalar a su primitiva hizo marcar sus prendas íntimas, su carruaje relieve de los que frecuentaban la casa de esquela, que decía así: y hasta su servicio de mesa con una corona la futura Margarita Gautier, fueron el Concondal.
de de Mouguyon, el Marqués Aguado de «Mi querida María: Entre las cartas dadas a conocer a propó.
las Marismas, el hijo del Prefecto de PoliNo soy pi bastante rico para amaros como sito de esta célebre mujer, figura la siguiencía, Eduardo Delessert, el antiguo Embaquisiera, ni bastante pobre para ser ainado te que podría ser considerada como el prijador de Rusia en Viepa, Conde de Sta.
como vos lo desearíais. Olvidemos, pues mer paso de esa separación amistosa: ckelberg, a pesar de sus ochenta años, el ambos: vos un nombre que debe seros puuto Príncipe de la Moskowa, el Conde de Cam«Mi querido Edouard: menos que indiferente, y yo una felicidad bis, Charles Laffitte, Casimir Delamarre, que se me ha hecho imposible.
En todo lo que me habéis escrito, no veo el Príncipe de Belgiojoso, el Vizconde sino una cosa a la que deseáis que os contes.
Es inútil que os diga cuán triste me en.
Edouard de Perrégaux, de quien hablare.
te, bela aquí: cuentro, puesto que sabéis ya cuánto os amo.
mos después, y según rumores no confirAdiós pues. Tenéis demasiado corazón para Queréis que os diga por escrito que sois mados plenamente, Alfredo de Musset y libre de hacer lo que mejor os parezca. Yo no comprender la causa de mii carta y deEugenio Sué, para no hablar de otras nu.
masiado talento para no perdonármela.
misma os lo dije antes de ayer, os lo repito merosas personalidades conocidísimas en la Mil recuerdos.
y lo firmo. Marie Duplessiso.
sociedad parisiense de la época.
Nos encontramos aqui ante un caso verPocos meses después de esa boda inexpli.
daderamente extraordinario como lo es el cable, la Duplessis comenzó a agravarse a de que una muchacha de tan humilde ori.
Esa carta que lleva únicamente por fecha pasos agigantados y a ver cómo poco a poco gen haya sabido conquistar a hombres de la de 30 de agosto a media nochen, es sin iba formándose en torno de ella el vacío, y positivo mérito, que sin duda no se hubie.
duda del año 1845, y con ella puso punto fi cómo después de haber vivido durante su ran dejado apresar tan sólo por las gracias nal Alejandro Dumas a sus amores con María breve carrera de cortesana en medio de la físicas de la famosa cortesana. es que Duplessis, a la que su destino no le habría opulencia y del lujo, comenzaban los apuros María Duplessis, en cuya boca pone Dude conseutir volver a ver puesto que cuando materiales y las preocupaciones más mez.
murió su futura heroína se encontraba aumas esta frase. Soy una pobre muchacha quinas de dinero.
sente de París.
campesida que a los siete años do sabía esPor fin, después de una larga agonía, cribir mi nombre, tuvo la suficiente fuerza El mal que aquejaba a la cortesana iba para alivio de la cual fueron impotentes los de voluntad de consagrarse al cultivo de acentuándose de día en dia en día, sin que esfuerzos de la ciencia, María Duplessis mu.
su espíritu al mismo tiempo que a la adopor eso se sintiera inclinada a cambiar de rió el miércoles de febrero de 1847, poco ración de su cuerpo, y al cabo de pocos género de vida, lo que sio duda contribuyó después de cumplir veintitrés años. Parece años, después de recibir lecciones de nu.
a precipitar el fin, pero todavía hasta pocos que tuvo miedo a la muerte y que retrocedió merosos profesores, se hallaba ya, como las meses antes del desenlace, se vio rodeada de de espanto ante ese terible fin, habiendo mariscalas del Primer Imperio, en condiadoradores, siéndole fieles hasta su muerte sido sepultada en el Cementerio de Montciones de poder sostener una conversación por lo menos dos, el Conde de Stackelberg martre, de donde pocos días después extrajo interesante, de conducirse con propiedad, y el Vizconde Edouard de Perrégaux, de sus restos de Perrégaux, para darles sede bailar admirablemente y de cultivar la quien ofrecinos algunas líneas antes y ahora pultura definitiva eu un lote que al efecto música. Tomó gusto por lecturas que no nos volvemos a ocupar con más amplitud. adquirió en el mismo cementerio.
son el pasatiempo habitual de las vende.
Nieto del Mariscal Macdonald, era este Llegado a París a los pocos días de la doras de sonrisas, como lo demostraron los joven un brillante oficial de caballería que, muerte de su antigua amante, Alejandro doscientos volúmenes que a su muerte se arrastrado por los placeres de la vida pari. Dumas sintió renacer en su corazón con vió que formaban su biblioteca y que fuesiense, presentó su dimisión, llevando desde mayor fuerza que nunca su antigua pasión, ron parte de su patrimonio y objeto de reentonces como único objetivo de su existen y en Pecados de Juventud, poemas que pumate.
cia el de hacerse amar por María Duplessis. blicó en el curso del mismo año de 1847, las Como antes decíamos, no tardó en estaComprometió muy seriamente su fortuna páginas más sentidas son las que consagra blecerse un idilio entre María Duplessis y para conseguir de su amante una fidelidad a la memoria de sus juveniles amores.
Alejandro Dumas, a pesar de que éste no se que ésta no quería o no podía concederle, y Poco después hubo de convencerse de hallaba en condiciones materiales de poder llegó por fin a comprometer su nombre, ca. que Dumas padre, a pesar de la vida y lujo 80portar la pesada carga que implicaba el sándose con ella.
que llevaba, no era rico. Los acreedores, lujo deslumbrador de aquella mujer a la En efecto, segúu documentos incontesta cada vez más apremiantes, hicieron salir al que se disputaban personajes tan encumbles, el 25 de enero de 1846 María obtuvo joven de la disipación y resolverse a escapar brados. Sin querer profundizar el desenlace de la Prefectura de Policía un pasaporte a la esclavitud de las deudas. Con ese fin, de esa aventura si cabe decir que hubo un para Londres, extendido a nombre de la vertió las emociones que había vivido era moviento en que la cortesana se sintió tan iseñorita Alfonsina Plessis. pues abando demasiado joven para pensar, pues no con enamorada de su poeta, como llainaba al nando la gloria de la cortesana, la joven taba pi veintiún años todo lo que había futuro autor de La Dama de las Camelias, partía rumbo a Londres acompañada de observado y estudiado de la turbulenta vida que parece que llegó hasta proponerle Edouard de Perrégaux. En la capital inglesa de París, en La Dama de las Camelias.
abandonar la vida de la galantería, sin se alojeron en 37, Brompton Row (Keu La necesidad de más dinero le hizo dar que sepanios a punto fijo si tal sacrificio sington. y pocos días después de su lle forma dramática al mismo relato, no obs Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica