Tomo REPERTORIO AMERICANO Núm. 16 San José, Costa Rica 1924 Lunes 22 de Diciembre SEMANARIO DE CULTURA HISPAIVICA SUMARIO: La geografia de monsieur Fatah, por Manuel Gálvez. Como un cuento, por Clara Diana. Nuevo descubrimiento de América, por Ruiz de la Serna. Julián del Casal, por Félix Lisazo Fernández. de Castro. Oración a Cristo, por Ecco Neli. Herejía, por Carlos Luis Sáenz. La Escuela milagro, por Frank Tannenbaum. Artistas y literatos argentinos solicitan un premio para Lugones. Dos capitulos, por Justo Facio. Discurso. De veras hay San Nicolás?
Versos de Julio Mercado.
La geografía de monsieur Fatah (De Caras y Caretas, Buenos Aires. dido una palabra de árabe. En vano pasábame sieur Fatah, autor de varios textos y director de las horas con los textos bajo los ojos, en aquella te una escuela árabe francesa. Encontré a monsieur fraza del hotel desde la que se divisaban, en ciertos Fatah en su escuela, rodeado de niños, algunos de momentos del día las colinas, ilustres y desoladas, de los cuales cubrían su cabeza con la roja chachia.
Cartago.
Monsieur Fatah era negro, pero debía tener sanAquel idioma pareciamę, la cosa más difícil que se gre árabe o kabila o quizá europea, porque su color hubiese inventado en el mundo. Estudiaba las gra negro estaba como gastado o envejecido. Monsieur máticas y vocabularios que comprara en una libreria. Fatah era alto, serio sin estiramiento y de maneras y, cuanto más los comparaba unos con otros, más amables. Pertenecia a la religión musulmana. Autor ininteligible hallaba aquella lengua. Debi renunciar a de textos, como dije; tenia en Argel prestigio inte mi sincero deseo de conocer, siquiera insuficiente lectual, y había representado a la enseñanza colonial mente, el idioma de mis probables antepasados. en un reciente congreso pedagógico que se celebrara Quince días en las bellas soledades de Hammam. en Paris.
Meskoutine me hicieron olvidar el fracasado apren. Comenzaron las lecciones en el hotel. Los ingledizaje del árabe. Pero al llegar a Argel, después de ses, yanquis y alemanes que se alojaban en aquel una helada noche de viaje, resolvi comenzar otra vez hotel del bello barrio de Mustapha, miraban con cumi tentativa.
riosidad a aquel señor negro, correctamente vestido Hay en la maravillosa ciudad de Argel toda clase y que jamás se descubría, como si su chachia estude encantos para el viajero artista: las mezquitas, viese pegada al cráneo.
misteriosas y solitarias; las casas de la vieja ciudad, Monsieur Fatah me explicó el primer día lo que escalonadas desde considerable altura y que en su yo no comprendiera en los textos. Había dos idiomas prisa de llegar pronto al puerto, bajan amontonadas, árabes: el regular, o literal, como dicen los españometiéndose una casi encima de otra, empujándose a les, y el hablado. El segundo es un dialecto, y varla codazos, torciendo bruscamente como en busca de en todos los países de lengua árabe. El primero es mejor camino; el pueblito de El Biar, con sus jardines el idioma del Corán, y en él se escriben los libros de rosas y aquellas villas de ensueño de perfecta y los periódicos, de cualquier índole que sean. Este blancura, que fueron propiedad de los grandes seño idioma admirable, de una lógica perfecta, debe ser res turcos; la campiña que rodea a la ciudad, en la escrito en forma rítmica y rimada; y así los editoriaque de cuando en cuando sorprende la blanca tumba les de los periódicos de agricultura o las noticias de de algún marabú; la iglesia de nuestra Señora de policía de los diarios árabes nos hacen pensar un Africa, frente al mar, sobre salvajes barrancas y cuya tanto en la literatura de monsieur Paul Fort. La exbelleza ha sugerido a Gabriel Alomar una de las más plicación de mi maestro fué lo bastante para concluir admirables páginas de su talento de artista; las bai con las dificultades que yo encontraba en el árabe.
larinas árabes, con sus sensuales y lánguidas danzas. Lo estudié con pasión, con rara pasión. En un mes y sus cantos melancólicos; y en una palabra, la vida yo manejaba el diccionario árabe francés, cosa por entera de la ciudad. Pero no voy a evocar ninguna cierto nada fácil dada la indole de aquel idioma. Rede estas bellezas. Sólo quiero recordar por ahora un cuerdo que a las seis semanas monsieur Fatah me episodio, en cierto modo. pintoresco, relacionado con dijo. Ha aprendido usted en mes y medio lo que mi aprendizaje del árabe.
mis alumnos franceses aprenden en siete años. MonEn la importante Librería Jourdán, que vende sieur Fatah no se explicaba mis progresos, y los todas las novedades de Paris, pedí que me recomen atribuia a que, con toda seguridad, yo tenía antepa: Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica