с 360 Repertorio Americano manera de autosilueta Nací en Valparaíso, el 25 de Octa. hambre, he gozado hartanzas. siem.
bre de 1884. Soy hijo de chileno pre, en medio de todo, me respeté.
y de peruana. Mis padres casaron en porque soy un sentimental.
Lima, durante la ocupación del ejérDice de mí Angel Cruchaga en un cito de Chile, en cuya comisaría genereportaje publicado en Caras y Caretas ral ocupaba mi padre un puesto. Hija de Buenos Aires a fines de 1918: de alemán y de una hija de francés y. fué amado y amó con la plenitud de vasca, educada además en Ham.
que el amor alcanza en sus obras; tamburgo, donde permaneció desde los bién fué desdeñado y desdeñó a su dos años hasta los diez y seis, mi mavez con la crueldad horrible y sin redre no podía tener a los diez y ocho medio del desamor. La vida, pues, un sentimiento patriótico capaz de lu.
dura en muchas ocasiones con él, forchar con el amor; y así, casó con mi jó en el dolor esta alma experta ya, padre, se vino a Chile y, ya en la paque más tarde se tradujo en. stis tria de su hijo y de su marido, se sintió libros. Creo que esto es verdad tam.
muy chilena.
bién. Acaso por la mezcla de todas estas Escribo desde. no sé desde cuándo.
sangres, mi patriotismo viva de una De niño, no diré que escribía, mate.
fuerza de simpatía humana, más que rialmente; pero soñaba mucho, y so.
de un exclusivismo de bandera. ñar es componer.
Murió mi padre cuando yo alcan.
Cuando estuve en Buenos Aires, zaba los cinco años. Como mi abuelo, había publicado ya mi primer libro, el alemán, segeba sus negocios en el Del Natural, en Iquique. No busqué Perú aús y allí vivía entonces, la viu.
allí a los escritores, por humildad. Com.
da prefirió irse a su lado. Entre la EDUARDO BARRIOS prendí que aquel primer libro no era casa paterna y la de los suegros, la credencial suficiente, que con él elección no permitía dudas.
combinó con lo observado en otros, se presentaría como un mediocre. mi Por esto me eduqué yo en Lima amalgamó con elementos que dieran humildad no daba para tanto. Hoy, hasta los quince años. Cursé allá todas resultados sintéticos y representativos, con mis obras, fraternizo con los ar.
las humanidades. Fuí condiscípulo de que especificaran individualidades y gentinos, como con tantos americanos.
los García Calderón. De ellos, Ventura, diesen cristales de psicología, de am. Mis libros, todos, tienen historia, que me iguala en edad, fué mi predi. biente, de arte, en fin. Sólo hay allí aun El Hermano Asno, que ha reci.
lecto. Leimos juntos a Julio Verne, un tipo totalmente exacto a su modelo: bido las emociones de mi amor, del soñamos, pos quisimos mucho. Am. Papá Juan. Auo cuando la mayoría definitivo, de este que hoy me da una bos éramos gordos. Aun me dice él en de sus episodios son equivalentes y felicidad que me asusta, que me cau.
sus cartas «querido gordo. No sé por no históricos, es él, mi abuelo ma. sa el espanto de la eternidad. El Niño qué nos escribimos hoy muy poco. terno, el alemán, con sus pensamien. que enloqueció de Amor recogió un epi.
Tacna y Arica. Yo sigo queriendo tos, con su alma, con su corazón y sodio de mi vida, cuandoa penas con.
a ese «gordo Ventura. tal vez irrazo. hasta con sus palabras. El influyó taba yo nueve años. así, Vivir, Lo nadamente. Los gordos son siempre como nadie en mi conformación apími. que niega la vida. Cada obra mía resbuena gente. Será superstición mía; ca; de su espíritu me reconozco des. pondió a una siembra que la vida pero yo, hoy casi flaco, temo deber cendiente genuino. Gracias a que de realizó en mi.
mi dosis de bondad a mi gorda in. él viene mi «cédula permanente. he No me quejo de la vida, porque hoy fancia.
logrado mantenerme sano en todos los me va pagando su deuda. Por mucho ¡En fin! los quince de edad, volví medios por los cuales la vida me ha tiempo me entregué a ella, y entre a Chile. Se trataba de seguir una ca. hecho rodar después. Porque, rotas sus inmensas manos ciegas sólo can.
rrera, y esto debía realizarse en mi ya las relaciones con mi familia pater. sancio hallo mi corazón. Al volver a país. Mis abuelos paternos (bisabue. na, a causa de mi salida de la milicia, Santiago, traía un gran cansancio.
los) me impusieron la milicia. Hube y muerto Papá Juan, y pobre mi ma. Mi esperanza se había refugiado en de aceptarla, por presión. Fuí cadete dre, hube de recorrer mundo, tras el un anhelo único: tener un hijo.
distinguido, goce de todos los privile. pan, tras la fortuna, tras. no sé cuán. me casé, ciego, contra toda pru.
gios que mis conocimientos, superio tos ideales de juventud.
dencia. Ah, yo estaba tan rendido!
res a los exigidos en la Escuela Militar, Recorrí media América. Hice de Es preciso haber vivido lo que yo viví, y mi fortaleza física me conquistaron. todo. Foi comerciante, expedicionario para comprender ese cansancio tras el Pero mi espiritu no se amoldó jamás a las gomeras en la montaña del Perú; cual la posibilidad de un hijo renovaal ambiente soldadesco. obtuve mi busqué minas en Collahuasi; llevé li. dor aviepta toda cautela. En fin, pabaja antes de ser oficial.
bros en las salitreras; entregué máqui. semos. Hice un matrimonio absurdo.
En Un Perdido he pintado con sin. pas, por cuenta de un ingeniero, en Pero tuve el hijo, dos hijos tuve; y ceridad la vida de esa Escuela. No soy una fábrica de hielo de Guayaquil; en por ellos y para ellos viví años y años.
yo, por supuesto, ese Lucho Bernales. Buenos Aires y Montevideo, vendí es aunque yo solo sé a qué precio. Pase.
Algunos han dado en suponer que Un tufas económicas; viaje entre cómicos mos. Hoy, anulado ya mi primer maPerdido es novela autobiográfica. Fal. y saltimbanquis; y, como el atletismo trimonio, y vuelto a casar, mi vieja 80. Yo lo acepto como un elogio: tal me apasionó un tiempo, hasta me pre ansia de amar, ya colmada y satisfe.
creencia me dice que la ficción con. senté al público, como discípulo de cha, cede su puesto a una más feliz, a vence. Pero hay en esa novela mucho un atleta de circo, levantando pesas. una feliz y terrible: la del espanto vivido; aunque todo ello se adapto, se He caído, he levantado, he sufrido (Pasa a la Spina 337. Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica