Democracy

338. IL DE Repertorio Americano trazado en los días coloniales y en los primeros años de vida independiente en Costa Rica La incombatida posesión de una sola mujer se lo da. Un caso de amancebamiento bace intervenir a las autoridades: uno de falta de respeto a éstas pasa a la Historia por su insólita extrañeza y conmueve al vecindario: un homicidio forma época. Ea cambio, todo lo que constituye el progreso moderno falta en la precaria colonia española, pobre e ignorante. En ciertos lugares es difícil elegir autoridades de entre los vecipos, porque pocos de éstos saben leer, Se puede aseverar, dice un informe oficial de los primeros años del siglo xix, que ninguna está más indigente en la monarquía, pues aquí se ven gentes vestidas con corteza de árboles, otras que su cama consiste en un cuero y otras que para ir al.
gunas veces a Iglesia, alquilan o piden pres.
tada la ropa que han de vestir. Ni agricultura ni comercio ni estímulo para el trabajo di escuelas, poseían entonces los costarricenses. Desconocían hasta el elemental arado y con hacha, machete y pala, labraban los campos, limitándose a cosechar los fru.
tos de la tierra necesarios para sus familias.
Así albores para ellos el siglo de las luces.
Su progreso durante el iba a ser rápido. Los comienzos del siglo xx los han de encontrar ricos y sabiamente organizados. Pero ab, cuántas de las virtudes pristinas, qué girón tan grande de la pureza de costumbres, quedarán en el camino! Repetimos para Costa Rica de a principios del siglo XIX lo que un día dijimos refiriéndonos a Hon.
duras: que dan ganas de detener al progreso y pedirle garantías de buenas costumbres Antes de dejarlo entrar a ella.
La misma queja exhala el escritor de costumbres. Conforme los tiempos pasan y la pequeña república se enriquece, se instruge y progresa, las costumbres se relajan. Algu.
Das de las quejas de hombres de aquel entonces, que deploraban la relajación de costumbres, tienen especial encanto, por su Ingenuidad. He aquí una que habla mejor que nada de la blancura sin mancha de los usos ticos. Es innegable que en el día, para celebrar cualquier contrato, ya sea de palabra o por escrito, es necesario testigos; y repetir con tanta minuciosidad las condicio.
nes, que se fastidian los que quieren asegu rarse, por el aumento de las palabras, que no serían necesarias, como no lo es cuando se trata de hombres de bien. El mejor canto de nuestros abuelos de los primeros afios de vida independiente no tendría la virtud de esta brava protesta, Por eso, porque no es una reconstrucción formal sino algo palpitante y cálido como un organismo vivo, algo suavemente perfu.
mado como un recuerdo familiar, algo que tiene carne y huesos y sangre, y modalidades muy criollas, todo impregnado del ambiente de seacillez incontaminada y de religiosidad de aquellos tiempos patriarcales, nos hemos aproximado con cariño a la obra de este gran costumbrista centroamericano: Si eso son en su esencia los cuadros de costumbres de Jiménez, formalmente sus narraciones tienen un estilo fluído y puro. con fervor como pudiera hacerlo ante el ua.
Dieron base estable a sus trabajos de re cimiento de un niño. Tiene detalles delica.
construcción de los tiempos pretéritos un dos para el balbucear de la vida política de léxico castizo, una sintaxis siu tacla y un Costa Rica, La prudencia de nuestros ascenamplio conocimiento del idioma, que hacen dientes ante toda innovación, que siempre su prosa ritmada y fácil. Por fortuna, pode puede envolver un peligro, lo hace sonreir.
mos añadir que no es un preciosista. Rubén Cuando llegan las noticias de la cautividad Darío nos decía que nada tan lejos de la u otras peripecias de la existencias del mobelleza como el demasiado atildamiento, narca español, o las aún más graves de la que linda con el amaneramiento. este declaración de independencia de los Estados credo del gran poeta es el nuestro, y, de vecinos, o en los hermanos de América Cenbecho, el de Jiménez. Por qué huir con tral; cuando el imperio mexicano, como tatto horror de un consonante, de un aso todo imperio, aún uaciente, ya forma planes Dante o de una repetición de palabra, que de absorción y codicia el suelo patrio; los muchas veces es insustituible, porque en antecesores coloniales del escritor ese agacastellano no hay en propiedad sinóninios? zapan. según su propia expresión, y ven La vida no procede así; la vida se repite, y venir las cosas, preparándose a arrojar sus sin embargo es bella. Vale más repetir un ciudades y pueblos en el platillo que pese verbo, una palabra cualquiera, que repetir. más. y Jiménez sonríe ante esto. En realiun procedimiento de crear, el mismo proce dad, ya desde entonces el pueblo tico era dimiento siempre, mecánico del todo, de un pueblo pacífico y amante del trabajo, las fáciles sustituciones de vocablos o de las como había de defipirse después en la vida mutilaciones, que hizo a Valencia dogmati independiente, contrastando con la inquieta zar así. La belleza se hace por restas; no y guerrera actuación de los pueblos herma.
por suması. No: sean el espíritu y el talento nos. En las pequeñas colisiones de aquellos claros que ya la forma lo será. Claudique, felices tiempos, entre ciudad y ciudad o dolorosamente, la inteligencia y en vano entre incipientes partidos, contadas de maempleará todos los recursos del oficio de nera verdaderamente sabrosa por el autor, escritor no llega nupca la sangre al río. Hay, si ma)
Lo que podemos llamar el procedimiento no nos acordamos, un caballo muerto y dos íntimo para crear, el estilo, en fin, se lo o tres flamantes guerreros heridos. Jiménez proporcionó a nuestro autor, sin duda, su ríe con risa sana y grata ante la evocación de cariño por el pasado de Costa Rica. Sólo un sus pacíficos abuelos, trabajadores, hoprados buen patriota pudo hacer la obra de Jimé.
e infantiles. el lector ama con él ese cenez. No es el escritor de oficio que se pro mento de diáfana probidad castellana sobre pone desarrollar un tema por cualquier esti el que después habrá de edificarse la pura mulo remunerador en oro o en fama. Es el democracia del pueblo costarricense, lla: hombre encariñado por un medio pretérito mado con razón la Suiza de América.
que da relieves de grandeza al nacimiento Repetimos que el escritor centro ameri.
de un pueblo querido. Solo esto lo pudo cano no tiene la fama de Palma; que acaso hacer apto para la evocación serena y sobria, es menos conocido que Milla o Kastos; pero y tan cálidamente fiel. No queremos hacer que no les es inferior ni por la forma di por una fácil antítesis al agregar que en toda el fondo, ni por algo, que es sólo tributo de su obra priva una piadosa ironía: la ironía la vida, que supo llevar a sus narraciones, con que juzgamos y gozamos ante los actos, Como, por otra parte, los cuadros de cosdel niño. Todo gran espíritu ha poseído este tumbres llenan un vacío tan grande en la amoroso y doloroso reir ante la vida. Los literatura patria, estos factores de necesidad escritores que además de grandes escritores y de oportunidad harán que su figura de son grandes corazones, todos lo tienen. Lo escritor se destaque eu primera línea en la tiene Cervantes, Verne, Daudet, amicis. historia del arte en Centro América. acaso no hemos querido comprender que su obra nos es amable y amada precisamente ARÉVALO MARTÍNEZ por esa dádiva de bondad, que al juzgarla (Centro Aintrica, Guatemala. como críticos llamamos habilidad de proce.
dimiento, claridad de iogeuio, cuando no es sino el perfume de un alma buena. estos trabajos humanos son los más queridos, los más populares y los más aplaudidos.
Hay grandes temperamentos literarios, ingénitamente literarios, que no poseen este suave medio de acción sobre las almas: los admiramos, pero no podemos amarlos; y quizá ni aún podemos aduirarlos pleda.
mente, porque la admiración es una forma del amor. Siempre hemos creído que la primer clave del éxito unico del Quijote está en la admirable bondad del generoso caballero castellano Cervantes. Bondad es sabiduría. Ser santo es ser sabio. Jiménez, con sencillez ejerce una influencia bienhechora.
Ante ese nacimiento de nación se inclina Este documento es propiedad de la Biblioteca electronica Scriptorium de la Universidad Nacional, Costa Rica